lunes, 22 de abril de 2013

CRAFT SPELLS

IDLE LABOR (2011)

Hace un tiempo, vi en uno de esos exquisitos blogs que tenía Outdoor Miner-Dead Man-Boo Radley (los tres seudónimos que utilizaba en la red su autor están linkeados a sus perfiles para que desde allí podáis acceder a sus bitácoras, repletas de buenos discos pero por desgracia inactivas desde hace unos años), un vídeo cautivador con una sonoridad espléndida, en el que se veía una escena de 'Vivre sa vie' (aquí traducida literalmente como 'Vivir la vida') de Jean-Luc Goddard, con Anna Karina bailando sola y sonriente ante la mirada juiciosa de los comensales de una cafetería. Di a reproducir sin mirar siquiera a que banda pertenecía, solo tuve claro que tenía que tratarse de una actual porque en aquel espacio solo ponía novedades, pero el caso es que me fascinó y lo siguiente que hice fue mirar el nombre y descargar un single del grupo que había guardado en un enlace y que constaba de dos canciones, de las cuales he de decir que ninguna era la que había escuchado. Dejé un comentario entusiasta tras escucharlas y él me contestó que se trataba de una banda novel, sin ningún referencia editaba excepto esa y que esperaba con ansías su debut en formato largo. Escuché durante una buena temporada esas piezas porque las incluí en un cd de datos que solía poner mucho en el reproductor del coche cuando viajaba a Zaragoza, y nunca me cansaba de oírlas ni mucho menos tararearlas, pero nunca me dio por mirar si ya habían publicado aquel esperado álbum, tanto fue así que pasados unos meses grabé un nuevo recopilatorio, aparqué el otro e incluso olvidé lo mucho que me gustaban, pero un día se me iluminó la sección memorabilia de mi cerebro y volvieron a mi en un momento de canto de estos que nos dan a veces sin necesidad de que estemos disfrutando de música de fondo y que acompañamos una melodía que nos sorprende recuperar y entonces decimos 'aiva! ya no me acordaba de esto'. Fue una alegría que derivó en la búsqueda exhaustiva de material de este cuarteto con óptimo resultado, y fue así como llegué a esta joya que a día de hoy puedo decir que es de mis preferidas de los últimos años en cuanto a las relacionadas con el indie pop más cristalino y refrescante.

Craft Spells, formación que vive a caballo entre San Francisco (California) y Seattle (Washington), tiene un ojo puesto en el legado de The Smiths y otro en la evolución de The Magnetic Fields, aunque también tiene cierta semejanza con sus compañeros de generación, Wild Nothing. Su propuesta está influenciada ante todo por el pop británico de mediados y finales de los 80's e inicios de los 90's, a pesar de que son muy jóvenes (los componentes apenas superan los veintitrés años de media), pero lo que destaca de verdad en las canciones de estos mozalbetes es la facilidad con la que crean melodías adictivas, algo que solo he visto  hacer con tanto acierto a The Pains Of Being Pure At Heart y Yuck, con los que si bien en formas estilísticas no tienen apenas nada que ver, si que comparten con ellos ese descaro propio de la edad o más bien ese desenfreno que permite crear sin miedo al error ni a la presión.

Concebidos para saciar la inquietud de su vocalista, que en una etapa de marginación social en el instituto se cerraba día si día también en su habitación para escribir letras con la idea de musicalizarlas en un futuro, comenzaron su andadura en plena efervescencia adolescente tras conocerse primero el citado cantante y el guitarrista y buscar rápidamente a un batería y a un bajista. Hicieron buenas migas al instante entre los cuatro y sentaron las bases y el camino a seguir. Se vivía la recta final del último año de la primera década de este siglo que inicia este nuevo milenio y habían ganas de lucir en el exterior su ideario, así que pronto comenzaron los directos y la ilusión de poder llamar la atención de un sello relevante que tuviera suficiente capacidad de distribución como para que su mensaje llegara a un amplio público. Poco les costó lograr el objetivo, Captured Tracks, humilde pero emergente hogar de bandas y solistas como Soft Metals, Marc DeMarco, Widowspeak, Beach Fossils u Holograms, entre otros, lanzó sus zarpas sobre ellos y en periquete les publicó un par de sencillos ('Party talk' y 'After the moment'), que debían servir para presentarlos en sociedad, y el árbol dio suculentos frutos que hicieron plantar la semilla grande, esa opera prima que nos ocupa.

La ventaja de trabajos como este sobre el resto, en un sentido de etiqueta sonora, es que aparte de poder canibalizar impunemente a otros que tratan de sorprender de la misma manera desde otros campos musicales, admite cualquier truco de artificio, cualquier arreglo o elemento siempre que las piezas sean los suficiente buenas como para que nos digan algo y nos queden en subconsciente de modo que las hagamos nuestras, como himnos o bandas sonoras de nuestra vida. Creo que por eso me gusta tanto este grupo, porque cada vez se hacen menos canciones que nos calen de esa manera, que recuperen la magia de antaño aunque sepamos que no han partido de lo autodidacta, sino que han tenido muchos referentes a los que copiar (en el buen sentido), y que consiguen que no importe que sean temas imperfectos, que su desarrollo sea básico, simple en cierta medida. Las once (número ideal en todos los sentidos) pistas que componen 'Idle labor', no solo entran de fábula a la primera, si no que crecen sin parar en cada audición que se les hace, con ellas en conjunto lo que recibimos se aproxima a los restos triturados de armonías posibles, ecos de sinfonías ensoñadoras de bolsillo que se adhieren a la piel como arañazos de fantasía ineludible.

Pequeñas proezas adornadas de una atmósfera preciosa, rayos de luz curativa  que atraviesan cada espacio de cortes tan deliciosos como "For the ages", con una caja de ritmos que marca un golpeteo paladeable al tiempo que las teclas iluminan sin ayuda externa y ese tono peculiar de su líder espiritual roza el registro grave pero tristón del gran Ian Curtis de Joy Division, aunque resulte difícil no pensar también en Stephin Merritt, "Scandinavian crush", preciosa gema que nos lleva a imaginar un lado dulce dentro de la vieja cuadrilla de Morrissey o en unos Nothern Portrait que han reivindicado lo mismo que ellos desde Suecia, país de la Escandinavia citada en el nombre de la canción, "The fog rose high", otra perla de estribillo perfecto y acordes cristalinos, con un ritmo de brillo púrpura, ligeramente melancólico en su aspecto, "Party talk", tropical, refrescante, esperanzadora, una joya, en algún lugar entre Two Door Cinema Club, Ducktails, Yeasyer y los Beach House menos taciturnos, incluso con un poco más de nervio encajaría en la discografía de Best Coast o en el otro lado de la moneda en el de Atlas Sound, una pieza que coquetea con el lo-fi y el dream-pop de alma costera, "From the morning heat", heredera de las huestes de la mítica cassette C-86, caramelizada y excitante, veloz, pivilegiada por conseguir atrapar en un solo gesto, "After the moment", la más bailable del lote, veraniega, adictiva por su repetitiva letra que repite hasta la extenuación su título, "Ramona", antítesis del clásico del genial actor aragonés Fernando Esteso, por mucho que la homenajeada se llame igual, un ejercicio ochentero en toda la extensión de la palabra, "Given the time", muy afín a ese indie-rock contemporáneo de Bombay Bicycle Club y al pop espectral de Lansing-Dreiden, aunque empieza con una breve intro que lleva a la electrónica oscura de Lovers, una inmensidad mística donde el bajo adquiere un rol protagonista, "Your tomb", recurso fácil para convencer a los seguidores de The Drums de que si dan con ellos les encantará su propuesta, "You should close the door", su mejor composición o al menos la que más me gusta, una genialidad magistral, un autentico hit que recupera la esencia de aquellas formaciones pioneras de la independencia pop y que también me recuerda cuenta con una finalidad que hace frontera con la belleza terrenal de Papercuts, y "Beauty above all", clausura a lo Mystery Jets, de una obra impecable.

Esta cortesía majestuosa tuvo continuidad el pasado año con un brillante mini-cd de seis canciones entre las que se incluye "Sun trails", la pieza del vídeo que he comentado y enlazado al inicio de esta entrada. Craft Spells son Justin Paul Vallesteros, Javier Suárez, Andy Lum y Jack Doyle Smith.



2 comentarios:

  1. Holaaaaaa :)

    Pues mira que ya he escuchado dos veces éste disco y mientras más lo oigo pienso que son familiares de Smith Westerns y de los Drums, pero en lo personal me declaro torpe y a mucha honra en eso de los similes y ya ves que no me agrada hacerlo.

    Y me da un gozo y no en el pozo jajajjaa que puedas transmitir la pasión que te da este álbum. La portada es tan dulce como ellos.

    11 besos :)

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  2. Ahí está!!! el nombre que buscaba aquel día que escribí esto y no había manera de que se instalara en mi memoria, Smith Westerns!!! (mira que era fácil llevando mi 'apellido', jeje). Es una comparación de diez, y no porque esté insinuando que la pude haber pensado yo, eh? jajaja, que tontaína, que mal quedaría eso de no aclararlo :D

    No sabes cuanta alegría me da que te gustara este grupo, pues bien sabes que todo lo que he ido poniendo estas últimas semanas es para sorprenderte o compartirte. Son geniales, verdad? que raro que no hayan sido muy nombrados, con lo accesible y bonito que suena este disco.

    Anda, que luego dices que eres torpe y bla, bla, bla, dos zurras en el culo te llevarás al final (con mucho amor, claro).
    Ah! la portada es preciosa, es cierto!

    11.000 besos ;)

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