miércoles, 22 de mayo de 2013

ALOE BLACC

GOOD THINGS (2010)

Muchas veces tendemos a juzgar el gusto musical de otras personas solo por el mero hecho de que no se ajusta al nuestro y eso nos convierte en gente cerrada que se pierde todo un mundo sonoro. Lo mismo nos pasa cuando vemos en la portada de una revista ajena a los géneros que escuchamos habitualmente u oímos un tema en una radiofórmula y hacemos crítica necia, lo pienso detenidamente y es una completa estupidez despotricar sobre algo cuando en realidad hacerlo va en tu contra, porque creo que de cualquier estilo, por manido que sea, se puede sacar provecho teniéndole respeto. Tiene mucho mérito crear y cuanto menos debemos entender que debe haber espacio para todo y es por eso que me gusta prestar atención a todo y digerirlo sin importar lo más mínimo de donde provenga, si de la comercialidad o la independencia, si sea multiventas o underground. Desde la señora que aprovecha el cambio de la compra de Navidad en el centro comercial, para hacerse con una copia del último disco de Alejandro Sanz, hasta el chavalín de catorce años que se gasta unos euros en el itunes para descargar canciones sueltas de reggaeton con la intención de ofrecérselas a la chica que bailó con él en la discoteca el pasado sábado y le acabó agregando a alguna famosa red social en la que comparten perfil, pasando por el intrépido melómano que acude fiel a su cita con la tienda de discos que le abastece con piezas de coleccionista cada equis tiempo, todos compartimos un interés y es tan digno estar dos horas hablando sobre lo mucho que te inspira interiormente la discografía de Pink Floyd, como hacerlo sobre lo que te gusta sudar en la pista de baile mientras suena el último hit de Pitbull.

Lo que quiero decir con esto es que es muy saludable asumir una buena paleta y escoger cosas sugestivas, por eso he tratado de dar cabida a todo lo que me gusta en este humilde blog, pero hace unos días me di cuenta de la cantidad de veces que he gozado con álbumes que sin embargo nunca me he planteado postear por considerar que ya tienen suficiente promoción. Que idea tan simplista, no? pues si, siendo que esto lo creé para escribir sobre mis gusto, porque privarse de soltar una serie de parabienes sobre The Police, Kanye West, Gipsy Kings o Heroes del Silencio, entre otros, exclusivamente por la circunstancia de que son bandas de arcas repletas de dinero y que son de sobras conocidas en detrimento de otras que aún gustándome mucho, carecen de popularidad? que más da? si me gustan porciones de cada etiqueta no debería dar prioridad a nada, de modo que hoy quiero dedicar la tarde a un artista cuyo reconocimiento no para de crecer y que difícilmente se asociará nunca a la discreción mercantil. Un tipo con carisma que está llamado a ser uno de los grandes personajes elegidos para el inminente revival soul junto a Mayer Hawthorne, Raphale Shadiq, Cee-Lo Green, Eli 'Paperboy' Reed, Jamie Lidell y John Legend, en clara respuesta al ya consolidado boom femenino del género que tuvo a Macy Gray, Amy Winehouse, Duffy y Adele como cabezas visibles, dentro del mainstream.

Edgar Nathaniel Hawkins III, nombre real que se esconde debajo del alias artístico Aloe Blacc, hijo de inmigrantes panameños, nació en Orange County (California), en el 79 (quinto mío, buena cosecha, entonces...que si no lo digo yo, seguro que no lo dice nadie) y a la temprana edad de dieciséis ya andaba metido de lleno en la industria musical, sin embargo, hizo el camino de la música negra a la inversa.
Comenzó su carrera como MC en el dúo de hip hop, Emanon, con los que publicó sus primeros trabajos, 'Acid 9' y 'On another level', a finales de los 90's y tres discos más en el nuevo milenio, el último, 'The waiting room', a mediados de la pasada década, cuando ya rondaba en su cabeza la idea de emprender una carrera en solitario dando un giro estilístico que venía reflejándose en sus gustos musicales. Nuestro protagonista, se presentaba como un tipo ágil, de verso rápido, ocurrente y con ganas de explorar en los legados rítmicos que se cruzaban en su trayecto, así que poco tardó en dejar la banda y se lanzó a trabajar por libre con un sonido más soulero, con influencias del jazz y el R&B. El cambio recibió el beneplácito de la crítica y Blacc comenzaba a sonar en los círculos indies. Muchos ya le han bautizado como el nuevo Marvin Gaye (palabras mayores) y él se atreve a versionear en estudio a Sam Cooke y The Velvet Underground, sin perder en ningún momento la elegancia, la admiración, ni la honestidad y en directo a Michael Jackson con la dignidad intacta.

Con la mirada puesta en la Motown, este muchacho editó su debut 'Shine through', ese mismo curso, y recibió mucha atención, pero lo mejor estaba por llegar con este fabuloso 'Good things', el empujón definitivo que le ha catapultado internacionalmente, un álbum redondo donde todas sus influencias encajan a la perfección manteniendo la coherencia y asegurando una variedad que se agradece, reluciendo su potencial vocal y su habilidad para crear buenas canciones de sabor añejo pasadas por un filtro de modernidad. Un sentido innato del ritmo marca el devenir de esta colección de exquisitas pistas, que sirvieron de reclamo para que su nombre circulara como la pólvora a través de temas tan jugosos como ese magistral corte de apertura que a la larga ha servido de emblema para su discurso, "I need a dollar", primer single de presentación que se indentifica como estandarte y bandera de su mensaje, una buena forma de acercarse al global y que atrapó a millones de futuros adeptos, que como un servidor, descubrieron poco después la grandeza de esta obra completa. Este inicio arrebatador, justifica la adquisición del este disco por si solo, una maravilla de estribillo y compás pegadizo que reune todos los ingredientes necesarios para que su presencia sea eficaz al máximo, buen registro vocal, gratos coros, teclas hipnóticas, una letra atractiva y fácil de tararear, un bajo penetrante, una excelente sección de viento que no tapa en exceso y una producción que parece concebida en el pasado, pero no se limita a sus fronteras la calidad, la cosa suma y sigue con "la homónima "Good things", optimista alegoría con una instrumentación cercana al reggae en su trasfondo pero que no se aleja del patrón original, una pieza que no encajaría mal en el legado de Barry White por su poso  romántica, "Take me back", con una base hip-hop con la que parece querer hacer un guiño a sus orígenes, aunque por estrofas está mas cerca de ser una mezcla entre Gnarls Barkley y Bill Withers que de los convencionalismos del rap y sucedáneos, "You make me smile", seductora, nocturna, afina y sentimental, con el misticismo de un Isaac Hayes en pleno apogeo, "Politician", más carnaza setentera, pura esencia soul de la época, recordando a los míticos clásicos con George Clinton (otrora líder de Funkadelic) a la cabeza, "If i", la cual me resulta imposible imaginar incorporada a una nueva versión de la banda sonora de 'Jackie Brown', porque el bueno de Quentin Tarantino filmó la película antes de que apareciera este disco, y es que hubiera quedado ideal para acompañar el paseo por la pasarela del aeropuerto que nos regala la inimitable Pam Grier en la primera escena del filme, "Momma hold my hanbd", intimista y emocional deuda con el ryhthm and blues orquestal de aires gospel, "Hey brother", su más claro acercamiento al funk, próximo al Lenny Kravitz que exploraba antaño en las entrañas de tan bailongo como excitante estilo, "Femme fatale", majestuosa y respetabilísima relectura del clásico de The Velvet Underground, llevada a su terreno, eso sí, y "So hard", donde exprime su garganta hasta horizontes sorprendentes, jugando con el falsete y la entonación escéptica, añadiendo además un sonido de guitarra cautivador. Sensacional.

El bueno de Edgar contó en el local de grabación con la inestimable ayuda de músicos tan prestigiosos como, Nick Movshon (bajista de Lee Fields, Dr. John, Antibalas y la malograda Amy Winehouse, entre muchos otros), Homer 'Funky foot' Steinweiss (conocido por sus colaboraciones con Amy Winehouse y Mark Ronson), Tommy Brenneck y Leon Michaels (multiinstrumentistas que un día lideraron el proyecto Bronx River Parkaway), Luke Riverside, Tobias Pazner, y Aaron Johnson (que coincidieron con todos los anteriormente citados en El Michaels Affair), Jeff Dynamite (ingeniero del disco que toca la batería en varios temas del álbum), Garrett De Voe (vocalista y guitarrista de la recomendable banda francesa de indie-rock Pure Horsehair), Garo Yellin (que ha trabajado con gente como David Thomas y The Wooden Birds), Qunicy Bright (muy interesantes sus dos discos en solitario, editados con su nombre y que ofecen una grata dosis de hip hop instrumental) y el violinista ruso Entcho Todorov (al que podemos encontrar en los créditos de gente tan dispar como Evanescence, Kelly Clarkson, Iron & Wine, Patti Smith, Esperanza Spalding o Sharon Jones And The Dap-Kings).

4 comentarios:

  1. no puedo estar más de acuerdo!! A mí por lo menos me encanta descubrir cosas nuevas, y muy muy diferentes entre sí.....es maravilloso! Y efectivamente sin importar de dónde vengan, hay tantas joyitas por descubrir :)

    El disco es magnífico. Me ha encantao!

    :*******

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  2. No esperaba menos en vistas de tu gusto excelso y tu Don para encontrar bandas de nuevo cuño con gran calidad que luego tengo la suerte de ver colgadas en tu 'güol' o recomendadas para mi en estos comentarios del blog :)
    Es bueno escuchar de todo, con la cantidad de géneros y sonoridades que hay porque deberíamos cerrarnos en banda, no?

    Me alegra mucho que te haya gustado Aloe Blacc. Es un disco estupendo, de esos que valen para cualquier rato, ya que se hace ameno y tiene un par o tres de temas que son autentica adicción. A mi es que el Soul me gusta mucho, y ahora hacía abstante tiempo que no oía algo actual dentro del estilo, que tuviera tanta calidad y tanto respeto por los clásicos.

    Besosmil!

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  3. No conozco aún al cantante que nos presentas pero una crítica tan elogiosa hace disipar cualquier duda a la hora de acercarte a la propuesta, más si cabe si es de buena música soul.

    Te dejo, que debes estar hecho polvo, a mi se me torció el plan.

    Pd.: el nuevo de Ron Sexmith me encanta, gana a cada escucha. El de The National me ha dejado muy frío, voy a darle otra oportunidad porque son ellos, pero no más (en fin, no es fàcil estar siempre al cien por cien).

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  4. Estoy peor que si me hubiese pasado un tren de mercancías por encima y eso que te contesto un día después del supuesto día de descanso y que tan solo acudí la última jornada del festival, lo que pasa que me fui casi como aquel que dice de empalme a jugar un partido de baloncesto con mi equipo y no doy para tanto ya, jaja.
    Este año no me convencía mucho el cartel y encima fui el peor día (la suspensión de Rodríguez y Band Of Horses, fue el acabóse), pero bueno, pude disfrutar de alguna que otra buena actuación. De todos modos, este año me da que ha sido flojito y demasiado masificado.

    Este disco está muy bien, espero que te guste, la voz de este tio es muy buena y sus canciones muy pegadizas, ya me contarás...

    Por otro lado, decir que a mi el de The National me parece que no está mal pero raya muy por debajo de sus antecesores. Le faltan canciones con gancho, no sé, tal vez pusieron el listón muy alto con 'Boxer' y 'High violet'. El de Ron Sexmith no lo he escuchado aún, pero ahora mismo me pongo a ello. Gracias por la recomendación :P

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