lunes, 24 de junio de 2013

SUMMER HYMNS

VOICE BROTHER AND SISTER (2000)

No se me ocurre mejor manera para dar la bienvenida al Verano que con la luminosidad, belleza, simpatía y entrañabilidad de algo tan grato como la música de este maravilloso grupo de la inagotable cantera indie rock que es la ciudad de Athens (Georgia), y que además aporta una variación estilística que si bien puede agradar a todo aquel que goce de las propuestas de gente de allí como R.E.M., Phosphorescent o las bandas afiliadas al colectivo Elephant 6 (Neutral Milk Hotel, Olivia Tremor Control, Elf Power, Of Montreal y The Apples In Stereo), es  muy distinta  en general a todas las que nos llegan desde esa localidad del nordeste del estado situado en el sur estadounidense. Lo suyo es un folk preciosista que recoge influencias sesenteras con sumo respeto y que navega sobre aguas tranquilas con algún momento puntual de exaltación pop psicodélica, algo que podemos percibir en viejas propuestas como las de Love, The Zombies y Donovan, con los que tienen ligeras conexiones, así como con las de otras formaciones actuales como The Shins, Rogue Wave o Mazarin, con los que también se les puede relacionar por finalidad sonora, pero que destaca por su buena comunión con la música de raíz sureña, algo de lo que hacen gala con orgullo a diferencia de la gran mayoría de sus paisanos citados hace un momento. Un mensaje domesticado y apacible que entra directo al corazón con la más sutil delicadeza, inmerso en una instrumentación exquisita en la que tan pronto entra un banjo divertido, como una guitarra acústica empática, unos teclados celestiales, un clarinete nostálgico, un órgano espiritual, un violín conciliador o un saxofón espídico.

No fue hasta el año de edición de 'Clemency', el tercero de sus cuatro discos de larga duración editados hasta esta fecha  (tienen aparte dos Ep's) , que me enteré de su existencia, pero a partir de la escucha de dicho disco, sufrí un ídilio perpétuo con su música, especialmente con el que fuera su primer paso 'Voice brother and sister', que guarda ese sabor espontáneo y novato de los debuts concebidos desde la pasión y el querer. Ninguno de sus predecesores le desmerece, incluso puede que rayen a un nivel notablemente superior, pero este álbum fue el que hizo que les cogiera cariño, el que más he escuchado de su discografía y de algún modo el que mejor muestra sus virtudes. Aquí, con una clara finalidad lo-fi, Summer Hymms, van desgranando cada uno de los quince himnos veraniegos que anuncian en su propio nombre, con una sutilidad inusitada, en algún lugar donde el alt-cuntry y el pop nebuloso acogen las enseñanzas de sus reconocidos héroes, Robert Wyatt y Neil Young.

Formados a finales de los 90's, han sufrido innumerables cambios de plantilla durante su trayectoria, y en la actualidad el proyecto se encuentra parado indefinidamente (desconozco si de forma definitiva, pero llevan ya siete años sin editar material). En este tiempo han tenido como miembros esporádicos o fijos a gente como Mark Nevers de Lambchop, Jimmy Hugues de Elf Power, David Specht de Quiet Hooves y Aaron Jolley, que ha militado en bandas como Folklore, The Lickety Spits y Dark Meat, magníficos músicos que han aportado su granito de arena para hacer de este proyecto algo muy interesante. En todo su periplo se han visto apoyados por el sello Misra Records (salvo en su primera referencia, que salió a la luz por medio del humilde Made In Mexico), una 'casa' que dio cobijo a los comienzos de combos tan importantes en la actualidad como Centro-Matic, Phosphorescent, Great Lake Swimmers, Destroyer o Mobius Band, solo por citar algunos ejemplos, y que tiene su sede en Dayton (Ohio). Un medio pequeño para unos artistas nobles y honestos que siempre nos han dejado buenos trabajos, lejos de cualquier pretenciosidad. Tal vez no sea un nombre clave dentro del panorama independiente, pero debería serlo

El caso es que la que fuera su puesta de largo, es una de esas maravillas musicales que te pueden trasladar a la infancia, a esas temporadas estivales que pasabas en el pueblo de tus padres y dejaban la escuela como un recinto perteneciente a un recuerdo vago, en las que desconectabas de esas minúsculas obligaciones pre-adolescentes para centrarte en la diversión, la travesura y el disfrute de la niñez en general, aquella etapa inolvidable en la que te puedes ver sentado en una mecedora comiendo fruta que habías ladroneado de algún árbol de los campos cercanos a la casa de tus abuelos, mientras escuchas las dulces melodías de esta colección de piezas creadas por Summer Hymns rememorando una tranquilidad que desearías recuperar en el futuro, volviendo a sentirte como un crío despreocupado absorbiendo la energía solar con optimismo infinito, y aunque luego, cuando acabas la audición, vuelves a la realidad, nunca es tarde para dar al botón de 'repeat' y deleitarse de nuevo en ese grato rincón de la memoria con canciones tan bien obradas como "Beginning to see", un primer golpe al mentón con ritmo machacón, línea de bajo lozana y percusiones robustas que cubren de gloria toda coralidad al compás de unos teclados locos y alterados, "Mr.Brewer (crackle, crackle)", que aligera el pulso con la presencia de banjos, guitarras suaves y xilófonos que se unen en una insólita jam session de patio trasero sacando la cabeza entre la bruma, ceando una niebla que sale de los altavoces en una sensación mental psicotrópica, "Stick your tail in the wind", que sigue la línea compositiva, aminorando todavía más la marcha para dibujar un horizonte adornado con burbujas de jabón y confetti, una gema pop deliciosa, "A songbird i will find", introducción efímera pero asombrosamente dócil a "Half sick of shadow", que echa más leña al fuego para que la máquina destile un vapor más denso y añejo, un corte sensacional que refleja su adoración por las armonías power-pop de The Beach Boys, pero pasándolas por un filtro ligeramente arraigado en las coordenadas del country-rock, "New underdressment", punto culminante del minutaje, una canción de largo desarrollo, que sobrepasa los siete minutos, y que comienza con una parte de guitarra simple y una genial melodía vocal enterrada justo debajo de la superficie de la misma pieza, que da paso a unos violines bluegrass y pistas corales adicionales que penetran lentamente en la mezcla de elementos, sin lugar a dudas su idea más eleborada, "Knock louder", que inevitablemente trae a mi un poco de tristeza, porque me viene el nombre de otro gran ninguneado como fue el difunto Tony Carbone con sus impagables Bikeride, con los que está pista guarda gran similitud, y "Train song", ternura acústica de poso tristón en el que posiblemente sea el tema más accesible del lote, amén de mi favorita, transparente, prosaica, muy en la onda de los Pink Floyd más etéreos o incluso los Camel de 'Breathless'. Unos pocos ejemplos de la magnitud emocional de una formación estupenda.

Zachary Gresham, Philip Brown, Bren Mead (miembro de los brillantes Masters Of The Hemisphere), Derek Almstead, Dottie Alexander (componente de Of Montreal) y Adrian Finch era la formación de Summer Hymns en aquel debut, contando además con la ayuda de Chris Bishop y Chris Colbert.




2 comentarios:

  1. hoooooooooooola señoooooorrrrrrrrrrrrrrrr... sabes? ...d eseo sentarme en encima de ti en la mecedora jaja para comer fruta y escuchar este disco :) me lo permites? mua mua mua mua jaja

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  2. No te lo permito sino que te lo suplico yo a ti.
    Quiero que te sientes conmigo a esuchar estas canciones y convertirlas con tu presencia en algo inolvidable, saborear le deliciosa fruta que te iré a recoger a los árboles para que te sepa bien buena y fresca, y ser feliz contigo para siempre.
    Que bonito será cuando lo cumplamos.
    Mua!

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