martes, 10 de marzo de 2015

LA HEY


VOJVODINA (2015)

Hago un obligado alto en el camino respecto a mis planes iniciales de exponer varios de los discos que he disfrutado por territorio azteca, porque por fin tengo en mi poder la versión definitiva de 'Vojvodina', la nueva obra maestra de ese genio manchego que se esconde tras el nombre de La Hey, y ni os imagináis las ganas que tenia de que llegara este momento de sentarme a dedicarle unas líneas, acumuladas desde que pude disfrutar del primer esbozo (sin pulir) hace unos meses. Sin rubor alguno, anuncio que soy totalmente parcial en lo que se refiere a su música, porque toca todas las teclas de mi gusto y bebe de la mayoría de referencias que me hacen vibrar, aparte de que le considero amigo y eso produce en teoría un hándicap a la hora de que mi opinión se dé desde un punto de vista objetivo, pero lo cierto es que nada más lejos de la realidad si lo analizamos bien, porque si yo no fuera totalmente franco y cerebral en el rato de plasmar aquí lo que pienso sobre sus canciones, sería un colega lamentable, sucio e insincero, como diría el gran Pocholo. El segundo larga duración de este artista es excelente por muchas razones que explicaré a continuación y huelga decir que brilla sin necesidad de buenas palabras por mi parte, pero es un honor para mí poder publicarlo.

Hace poco más de un año destripé por aquí los entresijos de ese glorioso debut llamado 'Vamtcaänp', que me sedujo desde la primera escucha, y las dos continuaciones en forma de E.P. y rarezas instrumentales que había colgado en su Bandcamp (porque desgraciadamente, su trabajo está amparado en la autoedición) ya anunciaban una pequeña vuelta de tuerca a su sonido que le sentaba de maravilla a un discurso que ya sonaba excitante de por sí. En 'Sí pasaba Paul', nos obsequiaba con un tratado excelso que no le hace ascos a ningún género, pero que por una cuestión lógica podría decirse que tiene más relación con el post-rock liberal de vistas marítimas de unos Do Make Say Think, y 'Brillo chatarra', visto en perspectiva, parece el eslabón perdido entre sus dos discos grandes, una joyita breve pero concisa que abría el apetito para lo que estaba por llegar. Se puede confirmar que con esta colección de canciones da un salto de gigante, madurando su mensaje y alzando la voz, uno de sus mayores baluartes en mi opinión y que, en esta ocasión, tiene un protagonismo desvergonzado que a mi juicio veo como un acierto total. Como muy acertadamente decidió hacer mi querido James Mercer en el segundo álbum de The Shins, 'Chutes too narrow', grita, exclama, rasga y endulza según marca el ritmo o pide la melodía, se quita el corsé de la tímidez y saca el máximo rendimiento a unas cuerdas vocales que destilan magia y sensibilidad, sin sonar tan dóciles como mandan los cánones del pop, ni tan sobrias como dictan los códigos internos del rock. Aparte, cada pieza es una aventura auditiva, plagada de matices, y un compendio de estilos que tienen la mirada puesta en la nostalgia noventera.

Y comentados los tecnicismos que, a decir verdad, me podrían dar para mucho más porque hay infinidad de virtudes en ese aspecto en cada rincón de su minutaje, me voy a quitar la carcasa de flipadete y voy a echarme unas líneas pomposas pa'l cuerpo, porque me encanta lo que hace este hombre y no puedo esconder mi devoción en palabras sin pasión.

Preguntaba con asiduidad el difunto Andrés Montes a su inseparable compañero, Antoni Daimiel, en sus memorables retransmisiones baloncestísticas (que pareja tan distinta y compatible a la vez, como se echa de menos) que por qué todos los jugones sonreían igual, ya que, a su juicio, cuando un jugador estaba seguro de su calidad, no podía disimular en sus labios ser sabedor de ello, pero el comentarista ciudadrealeño nunca le respondía, como mucho se limitaba a soltar una leve carcajada. Estuve pensando mucho tiempo en eso a partir de la muerte del inolvidable locutor de las pajaritas llamativas, y cada vez que veía un partido analizaba los gestos de los ases de la canasta en ese sentido, tratando de hallar respuesta. Pues bien, una vez creí haber llegado a una conclusión, cuando el playmaker de mi equipo anotó un monumental tiro final que nos dio un título en la liga que jugamos y se quedó quieto esperando la llegada del resto para celebrar como posesos aquel épico triunfo. Se quedó bajo el aro, con el tiempo transcurrido, con una amplia dentadura asomando y la sensación de que le relucían los dientes y la saliva le mojaba las orejas, y yo creí haber visto la luz, pero la manera en la que por fin supe el motivo de la 'sonrisa común de los jugones' (podría ser un buen título para una novela biográfica del gran Montes, que bien la merece), fue al ver esa foto en miniatura de nuestro protagonista del post de hoy. La calma, la libertad de acción y el disfrute, la tranquilidad que produce hacer algo que te gusta, gozarlo con los cinco sentidos y verlo acabado, pero sobre todo, tener plena conciencia de que aquí no tiene cabida la egolatría, ni la altanería, simplemente participa en la faena esa deliciosa bendición que es la diversión.

Diego Rodríguez, nombre del jabato que compuso e interpretó esta sutil golosina nacida del vientre de la honestidad, nos invita a acompañarle en este viaje personal pero no introvertido, repleto de lugares comunes para una generación (la que se libró de ver a mujeres con hombreras en las discoteques, por no haber llegado a la adolescencia) que encontrará en sus textos mil motivos para sentirse identificado. Este portento de Toledo (Castilla La Mancha) comienza el abordaje con la anecdótica introducción "Tragapúas", en la que se escucha un intento de sacar la púa del interior de la guitarra, haciendo gala de su rebuscado humor y poniéndonos en espera durante unos segundos hasta prender la mecha con la seductora "Pulse", con esos melancólicos vientos al mas puro estilo The Long Winters, y esas autopolifonías arrastradas que emulan a los Nueva Vulcano más intimistas, un corte rebosante de capas, que requiere un estudio aparte para llegar a la conclusión de que en cuanto a desarrollo, es el más inspirado del repertorio, y es que todo crece en su transcurso, tanto esos magnos acordes de guitarra como ese bajo intrépido y ese ritmo de batería afín al jazz, como su cambio de ritmo tropical y esas teclas optimistas, ideales para abrazar esa letra agridulce que cuenta una historia de desamor con la más cabal de las corduras; "Lampreas", aroma a emocore embrionario, en algún lugar entre los Fugazi menos descarnados y los Codeine menos apegados al slowcore, con la base de "Danko Manuel" de Drive-By Truckers cogida a préstamo y la presencia de un xilófono que le acerca también al imaginario de The Dodos; "Plausible esfuerzo", donde su voz se enreda en una bruma de distorsión oscura pero no asfixiante, dando paso a la absoluta joya de la corona, "Vojvodina", la que probablemente sea la composición más efectiva y lograda de todas cuantas ha concebido, aunque sea atrevido afirmar esto teniendo en cuenta su facilidad para crear perlas infinitas, una canción pegadiza, enorme, redonda, que debo confesar como mi favorita del año pasado (tuve acceso a ella hace varios meses) y que además cuenta con un excelente vídeo que enlazaré al final del post; "Se nos muere el paquidermo", donde se transforma en un tahúr que anunciacon  el rasgar de las cuerdas y lo macabro de una trompeta triste, otro giro estilístico que encajaría en el ideario de Bark Psychosis o Slint; "Toledo en la postal", la sarcástica canción política de La Hey, ruda, próxima al punk-rock o incluso al grunge más sucio, aunque a mí personalmente me trae a la memoria a los primeros Sebadoh, un despiporre en el que se citan viejas y nuevas glorias de todos los ámbitos, a cuál más recurrente; "Y no me rompas más estatuas", hecha a pachas con Javier Sánchez, que además colabora tocando el bajo, una pista en la que planea la sombra de Bigott, aunque sea inconscientemente, usando la base de "Green Belly" de Ty Segall, una reflexión interior de las que nos hemos hecho todos alguna vez; "Qué y por qué", donde de nuevo se pone a los mandos del xilófono, para dar otro enfoque a su sonido, una exquisitez pop con dos partes meridianamente diferenciadas, elevando el nivel en la clausura, que es una preciosidad, y "La rótula de Clara", riquísima despedida, coqueteando con The Beatles por su coralidad y su ternura acústica, y cuya letra intuyo que esconde una gran anécdota biográfica, aunque sea por una escena de protagonista ajeno.

Obra maestra para un servidor, 'Vojvodina' debe su título a una provincia autónoma del norte de  Serbia, cuya capital es Novi Sad y que en la década dorada del baloncesto europeo, tuvo un reputado equipo que fue fijo en competiciones europeas en tiempos de la antigua Yugoslavia. Un motivo más para que este disco llamara mi atención. La elaboración de la portada corrió a cargo de Scout Finch desde su México natal, partiendo de una fotografía cedida por Saioa Rolán.
http://soylahey.bandcamp.com/album/vojvodina


6 comentarios:

  1. Encantadora música!! tanto como tu, yo estoy muy contenta que la hey exista, :D besos colorados!!

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  2. Yo también soy feliz con su existencia, mi preciosa :)
    Y sí, su música es encantadora, pero más lo eres tú.
    Sabes de mi devoción por su propuesta y por su persona. Ojalá llegue un día que se forre con esto.
    Besos en colores pastel :D

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  3. Voy un poco con retraso, pero menudo discazo. Qué producción, rediós! Y valentía con el castellano. Me encantan los vídeos. Me suena a la Buena Vida tocado por unos Planetas tranquis. Y, claro, me encanta el verdadero "por amor al arte". Viva La Hey!

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  4. Que bueno que mis dos artistas estatales favoritos conozcan sus propuestas y confraternicen. Precisamente ayer, me decía este hombre que había escuchado vuestro nuevo disco y que de primeras le sonaba muy bien, que pretendía oirlo a fondo, pero que le gustaba mucho por el momento. De rebote aprovecho para decirte que ya estoy enredado totalmente a 'Everything is a drum', y que pretendo dedicarle unas líneas como Dios manda, esta misma semana, si te parece bien, claro :P

    Y añado que La Hey, está de dulce y ha colgado otro álbum en su bandcamp, ya le echarás un ojo, Se me acumula la faena, jaja.

    El símil Planetas-Buena Vida, muy certero! y la producción es fantástica, se lo curra mucho eso.

    Un abrazo!

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  5. Es un honor que escribas sobre nosotros. Estoy seguro de que La Hey coincidirá en que, gracias a tíos apasionados como tú, grabar música tiene más sentido, y que, precisamente ese espíritu, es uno de los motores que empujan estos modestos proyectos. Modesto entre comillas por que aquí el LA Hey, suena de lujo. Y sigo pensando el la valentía de sus textos. qué textura también. Es un viaje por la independencia... me recuerda mucho a Mercury Rev, rollo hipnótico. "el amor al arte" llega mu lejos!

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  6. El honor es todo mío. Sé que puedo parecer un tanto cansino con los halagos y habrá quien piense que es por mero colegueo, pero nada mas lejos de la realidad. Tanto lo que hacéis vosotros como lo que hace este hombre, me parece enorme y me encanta, con lo que afortunado soy de conocer como se cuecen vuestros discos de primera mano y hacerlos llegar a más oídos dentro de lo que humildemente puedo. Anteayer un amigo de lo que juegan en mi equipo, me devolvió un pendrive que le dejé con un buen puñado de discos (los últimos de José González, Hanni El Khatib, Sufjan Stevens, The Black Keys...básicamente cosas nuevas que puse para llevarme de viaje y oirlas en el coche en Semana Santa) entre los que se encontraba vuestro flamante 'Everything is a drum'. Pues bien, de todo lo que le pasé, le pregunté que qué le había gustado y me dijo, que el de Sufjan un poco lento, el de González muy bueno, como siempre y el de The Oral Poets genial. Luego le dije que te conocía y que teniáis sede en Burgos y no lo creía, pensó que era broma, que erais de fuera y que ya llevábais un porrón de años, que cosas, jaja. Por cosas como esa pienso que no exagero cuando digo que suena más refrescante lo que hacéis que lo que hacen muchos de los que copan el boca a boca del panorama musical que seguimos.
    A ver si mañana puedo empezar la entrada, que hoy me ha atacado una gripe bien pesada :(

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