lunes, 19 de diciembre de 2016

LEONARD COHEN (1934-2016)

DEATH OF A LADIES' MAN (1977)

No puedo decir que llega tarde este pequeño homenaje a la figura del incomparable Leonard Cohen porque nunca es mal momento para recordar a alguien de su magnitud y rendir pleitesía a lo que mejor supo hacer en vida que no fue otra cosa que crear música, pero reconozco que me he columpiado un poco y lo he demorado demasiado. Quería escribir sobre la triste noticia de su fallecimiento al día siguiente de enterarme que nos había dejado para siempre, pero entre unas cosas y otras lo fui retrasando. En cualquier caso, la cuestión es que ahora es el momento y tengo la sana intención de comentar un poco lo que supuso para mi su existencia, aparcando la lógica de plasmar su vida y milagros teniendo en cuenta que nunca he sido un devoto de su discografía o mejor dicho jamás profundicé al máximo en ella, pero si he admirado su figura y su carácter, amén de que de alguna manera me marcó lo que hizo durante mi infancia siendo uno de los primeros artistas por lo que me interesé. Es innegable que este canadiense de Westmount (Quebec), pasa por ser uno de los mejores y más emblemáticos compositores de la historia, con lo que se puede hablar sin fin de su trayectoria, por lo que como digo veo mejor contar algo más personal o simplemente centrarme en uno de sus álbumes. Fue un duro golpe despertar por la mañana y leer la noticia de su fallecimiento el pasado 7 de Noviembre, pero el legado que deja es inabarcable y su esencia perdurará para siempre. Hoy toca recordar un pequeño extracto de lo que nos brindó en vida.

Sería fácil empezar la casa por el tejado en lo que se refiere a mi vivencia personal con su mensaje recurriendo al primer álbum que escuché de él, de hecho me podría centrar en "First we take Mannhatan", la canción con la que lo conocí musicalmente hablando, pero aparte de que soy consciente de que llegué bastante tarde (en parte también por mi edad) y tenía muchos discos publicados antes de aquel rompedor 'I'm your man' que contenía la pieza en cuestión, me parecería algo conservador no escoger uno de los trabajos de su cosecha que considero transgresores o definitorios de lo que significó su modo de hacer las cosas. Su dilatada carrera estaba repleta de letras inspiradas, de versos empáticos, de sonoridades cálidas y tenía un público fiel, pero no por ello dejó de hacer siempre lo que le vino en gana, de adaptarse a los tiempos a voluntad propia y de renovarse constantemente sin desprenderse de su personalidad. Recuerdo vagamente estar viendo de pequeño (calculo que tendría nueve años recién cumplidos o quizá menos) la televisión con mi hermano y aparecer en pantalla aquel poeta, novelista y multiinstrumentista de aspecto impecable vestido de riguroso negro, sentado en una silla y encandilando con su voz grave al tiempo que un par de coristas de apariencia ochentera hacían una coreografía extraña a su alrededor, y claro, me quedé abobado. Interpretaban el tema mentado unas líneas más arriba y esa era mi primera toma de contacto con su existencia popular. Era tan hipnótica la estampa que incluso impactó a mi hermano, que siempre ha tenido un gusto dudoso para la música, de hecho creo que no es un arte que le motive mucho, pero la cosa es que aquella especie de spoken word de finalidad synthpop, nos emocionó por igual. No tardamos mucho en adquirirlo juntando nuestra paga semanal y durante mucho tiempo fue lo que más escuchaba en mi viejo radiocassette Sanyo, pero claro, no fue hasta pasados los años cuando entendí el por que de la diferencia de estilo entre aquella obra y la que correspondía a su etapa inicial. Tal vez, o al menos así lo veo yo, 'Death of a ladies man', era la respuesta.

Un disco que alejaba a 'Len' del minimalismo al que tenía acostumbrados a sus adeptos y que supuso su primera y única colaboración con el inclasificable productor Phil Spector, que se lo llevó a Los Angeles (California) para proporcionarle varias de las experiencias más surrealistas de su vida. Entre ambos escribieron quince canciones durante dos semanas de las cuales finalmente solo entraron ocho en el resultado final, pero en el momento de la grabación, el tan afamado como zumbado genio tras los mandos, le prohibió el paso al estudio de grabación e incluso contrató a un hombre armado para vigilarlo. Faltaban por grabar algunas pistas de voz, pero el disco apareció al final sin que se registrasen. El autor canadiense calificó el álbum de desastre e incluso se negó a intentar defender los temas en directo, pero más tarde algunas de las letras de las canciones aparecieron en su libro de poemas 'Memorias de un mujeriego', con lo que a pesar de las horribles vivencias con el excéntrico personaje nacido en el Bronx (New York), que en su día fue responsable del influyente método 'muro de sonido' del que sacaron partido ilustres como The Beatles, The Beach Boys o The Crystals, entre otros, fue aprovechable su colaboración y sin ella no podríamos disfrutar de su peculiar identidad discordante. En nuestros días el que fuera su imprevisto rival en el interés por pulir el sonido de esta imprescindible colección de canciones, cumple condena por homicidio impremeditado, pero eso es harina de otro costal y más allá del morbo por saber detalles de lo que pasó importa defender un trabajo que posiblemente sea indefendible incluso para el principal implicado tal como él mismo comentaba, ya que incluso renegaba de el, pero que para un servidor es un absoluto divertimento y una rara avis tan extraña como relevante en su devenir.

Para que introducirnos más en su entorno si no es necesario...demos play y sonriamos al pensar que tuvimos la suerte de disfrutar del talento de un hombre único que compuso piezas tan placenteras como "True love leaves no trace", con ese ritmo coqueto entre la amargura y la emoción contenida, "Iodine", con un inicio que en su base puede recordar al 'Needles and pins' de Ramones, un corte sixtie agridulce donde fluyen los instrumentos de viento y una segunda voz femenina que sirve de perfecto apoyo en contraste, "Paper thin hotel", con esa melodía ebria que parece querer darnos una perspectiva del hombre golfo y cansado que menciona el título y el álbum en su concepto, la endiabladamente animada "Memories", coralizada épica en cuyos primeros segundos planea la sombra de un Tom Jones trasnochado, aunque luego nada que ver porque acaba yéndose por derroteros donde el doo-woop vive en armonía, "I left a woman waiting", que podría haber encajado en el discurso de Serge Gainsbourg, aunque no está exenta del sello con el que impregnaban Cohen y Spector a sus canciones en individual, "Don't go home with your hard-on", entre el rock, el bluegrass, el soul y la música disco más primitiva, un carrusel de géneros aplicados con soltura, poseedora de un estribillo ganador y una anarquía contagiosa, "Fingerprints", una festiva tonada country que muestra su lado más amable y optimista, moviéndose como pez en el agua en estas lides, y la homónima despedida "Death of a ladies' man", calmando las aguas revueltas y poniendo todo en su sitio en la que quizá sea la única concesión a su anterior visión que permitió el loco de los peinados extravagantes. En resumen un trabajo diferente, ni mejor ni peor que el resto a pesar de la sorpresa general que supuso antaño y en el cual Leonard Cohen tuvo poca implicación muy a su pesar, pero que no deja de ser otro peldaño más en su prolífica actividad. Muchas cosas pasaron alrededor de la concepción de este álbum y sin embargo jamás fue tajante a la hora de analizar la situación y solo por ese hecho me ha apetecido escribir sobre el que fue el quinto disco en su haber, porque muestra a la perfección que clase de persona era: un tipo honesto y humilde cuyos valores siempre estuvieron por encima de su enorme Don. Descansa en paz, maestro.

Leonard Norman Cohen creó este interesante álbum conceptual en su totalidad, pero Phil Spector lo pulió (o sobrecargó, según se mire) recurriendo a músicos tan granados como Art Blaine, Ronee Blakley, Bobby Bruce, Brenda Bryant, John Cabalka, Conte Candoli, Ron Coro, Jesse Ed Davis, Billy Diez, Steve Douglas, Oma Drake, Bob Dylan, Gene Estes, Venetta Fields, Gerald Garrett, Terry Gibbs, Allen Ginsberg, Barry Goldberg, Tom Hensley, David Isaac, Pete Jolly, Jim Keltner, Dan Kessel, David Kessel, Clydie King, Sneaky Pete Kleinow, Michael Lang, Charles Loper, Sherlie Matthews, Bill Mays, Don Menza, Jay Migliori, Art Munson, Ray Neapolitan, Al Perkins, Ray Pohlman, Emil Radocchia, Don Randi, Hal Blaine, Jack Redmond, Bob Robitaille, Devra Robitaille, Nino Tempo, Bill Thedford, Julia Tillman Waters, Oren Waters, Lorna Willard y Robert Zimmitti...vamos, que el estudio parecía 'el camarote de los hermanos Marx'. Como comprenderéis, por una vez y sin que sirva de precedente, no voy a destacar otros trabajos en los que hayan estado involucrados los músicos que pasaron por allí porque el hacerlo me ocuparía un centenar de líneas más como mínimo.

https://www.youtube.com/playlist?list=PLhuv5LuNp0Tg-xx1dmvFrV3b-qVsiTjbP

2 comentarios:

  1. No llega tarde. Y lo considero uno de los mejores homenajes, si no el mejor, que he leído estos últimos tiempos de Leonard Cohen. Por cierto, este disco creo que nunca lo he escuchado como es debido. Abrazos.

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  2. No sabes cuanto agradezco lo que dices y lo mucho que me ha alegrado leerlo. Al publicar tuve la sensación de que me había quedado un poco tontorrón todo en si y me volvieron a entrar esas inseguridades extrañas de que siempre ando filtreando con el desastre a la hora de expresarme por aquí, pero saber tu opinión y ver que es positiva hace que se me pase por completo esa paranoia, jaja. Cohen era muy grande y me da respeto afrontar un post cuando se trata de artistas de esta talla porque quieras que no es complicado defender discos cuestionados dentro de discografías extensa como la suya, pero me apetecía arriesgar por eso de que incluso en lo extravagante salía bien parado. A mi el disco me gusta mucho, espero que en este renganche le hayas cogido el gusto al profundizar.
    Muchísimas gracias por el comentario, Johnny, de verdad.
    Un abrazo bien grande y buenas fiestas, que ya casi se puede decir estando como están de cercanas :D

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