martes, 25 de mayo de 2010

PAPERCUTS

YOU CAN HAVE WHAT YOU WANT (2009)

Tras un single en formato cassette y un par de discos de discreta distribución,el sello fundado por Devendra Banhart y Andy Cabic (líder de Vetiver),vio en Jason Robert Quever,a la gran esperanza blanca para publicar en su discográfica,y aunque el barbudo hippie de sobrevalorada reputación no es santo de mi devoción (tal vez sea porque fue pareja de mi adorada Natalie Portman),lo cierto es que ya sea por mérito suyo o del bueno de Andy,lo cierto es que acertaron de lleno con este joven artista descubriéndole al mundo lo interesante que es su propuesta.Poco tienen que ver las canciones de este proyecto con banda de apoyo fija,con el sonido de aquellos dos,pero aún así se le puede englobar en el saco del folk de dulces melodías.Pero no pensemos en esa simple etiqueta,porque aquí hay mimbres suficientes como para alabar este álbum como uno de los mejores surgidos en el último lustro,en cuánto a mezclar lo mejor del pop británico con el folk setentero americano e incluso el synth pop.Un trabajo que viene precedido de un flamante debut para dicho sello (gnomonsong),llamado "Can't go back" y que tuvo esta certera continuación donde muestran una diversidad alucinante,que hará las delicias de quién guste de escuchar formaciones tan distintas entre sí como Sterolab,Beach House,The Magnetic Fields,Casiotone For The Painfully Alone,The Zombies,Galaxie 500,The Velvet Underground o The Byrds.Un viaje atmosférico que engancha a la primera escucha,en una espiritualidad espectral que desborda en una dimensión de dolencia vocal,casi de sufrimiento susurrado adolescente,como si estuviera compartiendo su gran secreto con nosotros,mientras la música sirviera de perfecto guardaespaldas sobre los márgenes que nublan los limites de esta preciosa obra.Sensaciones placenteras a velocidad intermedia que se van sucediendo en canciones tan bonitas como la inicial "Once we walked in the sunlight",con esa fragilidad ambiental y ese ritmo pausado cubierto de bellos teclados que traen a la memoria a los fabulosos Vitesse,la animada "Dictator's lament",con esa maravillosa similitud en el estribillo y la melodía con The Shins y The Beach Boys en la que para mí es su mejor pieza,la comatosa "The machine will tell us so",relajante y reservada canción con recesos para el júbilo discreto,la más psicodélica "A peculiar hallelujah",con ese sabor genuinamente americano que parece un tributo a las más emblemáticas bandas surgidas en los 60's en su ciudad natal,San Francisco (California),la dulce "Jet plane",con esas voces corales tan apetitosas como nostálgicas dejando una leve sensación de redención,aunque hacía el final parezcan querer avanzar hacia la luminosidad tímidamente,la sedosidad de "Future primative",que va progresando bajo una marcha muy cincuentera que nos arranca una sonrisa aderezada con ganas de bailar,y la cadencia narcótica de "The void",que deja un complaciente aura de ingravidez para un disco que nos hace el cielo mucho más grande al contemplarlo si nos dejamos llevar por lo que transmiten con sus instrumentos el ya citado Jason Robert Quever y sus amigos Jeremy Brown,David Enos,Alex DeLanda,Matt Stomberg,Kelly Nyland,Trevor Montgomery y Malcolm Pullinger.

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