lunes, 2 de agosto de 2010

ANDREW BIRD

NOBLE BEAST (2009)

Por fin ha llegado Agosto,el mes de desembarco generalizado,de viejos recuerdos,de reuniones con amigos que viven lejos y de reconciliación con nuestros cuerpos y nuestras mentes en forma de descanso estival.Siempre ha sido mi mes favorito porque durante su paso he podido disfrutar cada año de sensaciones y tradiciones que he mantenido desde mi niñez,como desfasar en las fiestas patronales de mi pueblo o visitar pequeños lugares escondidos dentro de la geografía peninsular,ya que considero que aquí tenemos lugares que visitar realmente preciosos y que no tienen nada que envidiar a las grandes urbes del extranjero,pero de momento este año como tengo que posponer mi marcha un par de semanas me estoy entreteniendo en mi propia ciudad con paseos y anécdotas varias.Para amenizar esta estancia uno de los principales reclamos de diversión es seguir escribiendo entradas aquí aún a sabiendas de que prácticamente no las va a leer nadie porque lo normal es que la mayoría de los que se paran en este blog de vez en cuando estén ya gozando de unas merecidas vacaciones,pero como tengo la seguridad de que por lo menos las nueve o diez personas que mas aprecio de este interesante mundo llamado blogosfera aún permanecen a la espera de desconectar de su vida cotidiana o bien ya han degustado ese receso recientemente,me encanta postear algo cada día y fantasear con que les puedo devolver parte de su amabilidad en forma de música para agradecerles esos comentarios que dejan a menudo y que dan tanta vida a este espacio.Para seguir con esa tónica,hoy he decidido escribir sobre el gran Andrew Bird,del que ya hablé hace unos meses y del cuál no añadiré mucho más en lo personal para no alargar este post más de lo debido y para no volver a repetir lo que conté de él entonces.Me ha apetecido reivindicar este álbum en concreto porque el sábado pasado sufrí una anécdota muy extraña con mi colega Luther (en una de las operaciones de frivolidad más narcóticas que he visto jamás,el tío se compró un violín sin tener ni la mas remota idea de tocarlo),que hizo que buscáramos algunos vídeos en la red para ver su virtuosismo con el violín,instrumento que nuestro protagonista de hoy trata con dulzura,al igual que la mandolina,la guitarra y el carillón,además de declararse así mismo un 'silbador profesional'.Con este fabuloso 'Noble beast',que supone su última entrega hasta la fecha alcanzó la madurez,el éxito y el reconocimiento que se le debía desde sus inicios con los Squirrel Nut Zippers.El de Chicago (Illinois),creó un trabajo atemporal entre el folk,el indie rock y el pop barroco que se puede sentir al escuchar gemas gloriosas como la inicial "Oh,no",la mejor manera de comenzar al son de los silbidos sutiles y la belleza orquestal,que además suena nítida en la voz y pulcra en los matices animados de un ritmo elegante y abierto de miras,ya que es accesible hasta el punto de flirtear con la sonoridad de otras décadas y de las tradiciones musicales de otros países,la sobria e inquietante "Masterswarm",que varía su dirección en diversas ocasiones para viajar a otros continentes una vez más,con una capa clásica y hasta una ligera fragancia flamenca,la animada y vital "Fitz & Dizzyspells",una proeza pop de coros dulces que nos lleva atrás en el tiempo para acomodarse en los 50's mientras el violín hace gala de su maestría alcanzando la épica sobre silbidos entrañables,en resumidas cuentas mi favorita del minutaje junto a la sensacional y emotiva "Effigy",en la que acaricia las cuerdas acústicas para alterar la exaltación que provocan las polifonías y un violín de sabor irlandés,la asombrosa "Tenuousness",adornada con las notas del violín tocado con los dedos como un ukelele y un theremin que dota de atmosférica ternura su armonía de raíz,la excelsa "Nomenclature",que va subiendo de temperatura hasta acabar abrasando los sentidos con su ebullición final con Andrew desgañitándose como nunca antes lo había hecho,la curiosa electrónica de "Not a robot,but a ghost",que parece el resultado de una ficticia unión entre Antony Hegarty de Antony & The Johnsons y Calexico,la extraordinaria "Anonanimal",en la que entra una batería enérgica y una melodrámatica inspiración que recuerda a Death Cab For Cutie,y la magistral "The privateers",que asciende su propuesta hasta la cima de la perfección bailable.Una obra maravillosa para la que Andrew Bird contó con la ayuda de Martin Luther King Chavez Dosh (no! no pongáis esa cara de incredulidad,en serio...es su nombre real!),Jeremy Ylvisaker,John Hirsch,Kevin O'Donell,Mike Lewis,Andy Hopkins,Colin Bunn,Nora O'Connor y Jimmy Sutton.

2 comentarios:

  1. es bueno navegar independientemente en la web y encontrar este tipo de blogs, que contribuyen a la perspectiva y al reconocimiento de los grandes musicos, en escenarios donde la comercialización puede a la creación. gracias por contribuir.

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  2. Mil gracias por tus agradables palabras, Pablo! espero que sigas encontrando cosas de tú agrado en este humilde blog. Siento haber contestado tarde a tú mensaje, pero es que estoy de vacaciones y no puedo conectarme más que cuando paso a casa de algún amigo y aprovecho unos instantes de despiste, jeje.
    Un abrazo!

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