ISLANDS

RETURN TO THE SEA(2006)

Volviendo una vez más a mi adoración por las bandas canadienses, le toca el turno a estos afables muchachos de Montreal (Quebec), que se formaron a raíz de la disolución definitiva de The Unicorns. Ellos practican un indie-rock edulcorado de melodías enganchadizas con influencias que van de Neil Young a Brian Wilson, y que me ha parecido idóneo para acompañar un día de sol otoñal como el que luce flamante en este mediodía barcelonés, aunque lo cierto es que limitar el sonido de Islands a dicho género y referentes sería una desfachatez que eliminaría por completo su pintoresca forma de cubrir su discurso de un abanico inagotable de estilos, que van del dancehall al calypso, pasando por la psicodelia, el pop de cámara y el folk barroco, elementos presentes como una pincelada sutil en el acabado de un fresco y que dan una perspectiva mucho más amena y disfrutable a su propuesta. Si a todo esto le añadimos que debido a su excelente relación personal con consagrados de la escena indie de su ciudad como Arcade Fire y Wolf Parade, contaron para éste primer disco de los tres editados a día de hoy, con diversos miembros de dichas formaciones, pues entonces sube el precio del pan como la espuma en día de marea. "Return to the sea", es un álbum ameno, optimista, alegre y variado en el que destacan sobremanera los desarrollos largo en contraprestación con los temas más cercanos y cálidos, sobresaliendo en un trabajo basado en once piezas preciosas, la inicial "Swans (life after death)", que en sus casi diez minutos va evolucionando de un folk juguetón de atmósferas esponjosas a un final eléctrico de eclosión firme, "Humans", que recuerda algo al dramatismo cabaretero de Dresden Dolls, con instrumentos de viento incluidos y esos silbidos animados que corta una pequeña parcela de clasicismo que les aproxima a sus paisanos de Bell Orchestre, "Don't call me Whitey", tal vez su canción más reconocible, que aparece además en un capitulo de la popular teleserie estadounidense 'Como conocí a vuestra madre', y que contagia su ritmo fortalecido por coros tontorrones que resultan entrañables a la par que adorables, "Rough gem", de tonalidad elegante en sus primeros compases hasta que pasa a erigirse en una delicia de tarareo fácil acorde al pop sabroso y digerible de Belle & Seabastian, "Where there's a will there's a whalebone", corte de rock alienigena al más puro estilo The Flaming Lips o Super Furry Animals con un spoken word risueño de por medio que incluso podría recordarnos a aquellos inclasificables Bloodhound Gang que se tomaban la vida con mucho humor alpargatero, "Jogging gorgeous summer", canción de aires tropicales que gracias a esos flautines saltarines nos lleva a pensar en el folk sesentero de los añorados Bikeride, y la templada "If", de intimismo desigual y coqueteos jazzísticos. Un disco muy goloso y placentero en el que Islands, es decir, Nicholas Thorburn, Aaron Harris, Patrick Gregorie, los hermanos Sebastian y Alex Chow y Patrice Agbokou, contaron con la lujosa participación de Sarah Neufeld, Pietro Amato y Richard Parry, los tres de Arcade Fire y Bell Orchestre, Becky Foon de A Silver Mt.Zion y Spencer Krug de Wolf Parade.