THE SEA AND CAKE

ONE BEDROOM (2003)

Da comienzo una nueva semana y vamos cerrando un primer mes del año que se ha pasado volando, así que me viene de gusto una vez más dar un pequeño giro musical respecto a lo publicado el fin de semana y de paso proponer algo divertido a razón de lo que os voy a comentar sobre la portada de este disco. Resulta que hace unos años, posiblemente cuando salió a la luz este magnifico álbum de la banda de Chicago (Illinois), The Sea And Cake, vi una película de Roman Polanski rodada en París (Francia) titulada 'Frenético', de la que me llamó especialmente la atención la belleza de su mujer y protagonista femenina del film, Emmanuelle Seigner, la brillante actuación de un Harrison Ford que con los años perdió fuelle al caer en el bucle de interpretar el mismo tipo de personaje, la canción principal compuesta por Grace Jones con el consiguiente baile de la estelar pareja, y las persecuciones con tiroteo incluido a orillas del Sena. Pues bien aparte de eso, en ese largometraje que por cierto ofreció ayer Televisión Española pasada la medianoche, hubo una imagen que se me quedó grabada no sé muy bien porque, de hecho no sé si aparecía de verdad o fue producto de mi imaginación puesto que hace tiempo que no la veo (ayer opté por ver 'Símbolo de fuerza', una interesante peli sobre las huelgas sindicalistas con Sylvester Stallone bordando el papel, aunque esto cueste de ceer), y fue una tan parecida a esta portada que me dio un vuelco el cerebro cuando la vi en la tienda de discos a la que fui al día siguiente a curiosear las novedades que habían salido al mercado. Fue algo tan curioso que lo tomé como una señal, que si compraba ese álbum me iba a gustar e hice bien en dejarme llevar por esa corazonada, porque me encantó 'One bedroom'. Tan sólo conocía a The Sea And Cake de oídas, de ver su nombre en un cartel en el que se anunciaba a los estadounidenses como teloneros de Yo La Tengo y Tortoise en una vieja visita a Barcelona, pero mas vale tarde que nunca y desde hace unos ocho años, no he dejado de disfrutar con el sonido personal de este excelente grupo. Pero bueno, antes de destacar las virtudes de este trabajo, quiero aclarar lo que he dicho al principio con aquello de proponer algo divertido. Cuantas veces habéis comprado un disco por la portada y que os llamó la atención de ella? y ya que estamos, cuales son las portadas que consideráis más bonitas? seguro que todos tenéis buenas historias que compartir y como no puede ser de otra manera, os diré que sería un lujo que os animarais a contarlo aquí. Tengo que confesar que cuando compraba un disco y la cubierta era chula, la miraba abobado un buen rato e incluso rozaba la demencia oliéndola, y aquella escena que os digo que tuve grabada en mi mente del ilustre del celuloide que encarnó a míticos como Indiana Jones, Han Solo, Bob Falfa o Rick Deckard, bajando unas escaleras entre la niebla con la torre Eiffel y un Citröen Tiburón de color negro al fondo, era casi idéntica a la se ve en esta obra. Y la verdad, son detalles como estos los que nos hacen apreciar más la música, esa relación entre nuestra imaginación, el gusto por las distintas manifestaciones artísticas con las que gozamos y el sonido. No sé si el que fue el sexto de los ocho discos que han editado hasta nuestros días The Sea And Cake es el mejor, porque tienen una discografía sumamente excelsa e interesante, pero obviamente es el que más valor sentimental tiene para mí y no solo por la de veces que me he visto bajando o subiendo esas escaleras y montándome en ese misterioso automóvil, sino por todo lo que representa musicalmente para una banda que revolucionó el indie-rock para crear una fusión con el post-rock de fijación jazz, el kraut y la electrónica casi imperceptible, a finales de los 90's desde el sello Thrill Jockey, cuya fundadora fue (es) una mujer Bettina Richards, figura imprescindible a la hora de valorar el rock actual. Destaca sobremanera la calidad de sus miembros, entre los que cabe reseñar el nombre de John McEntire, líder de Tortoise, que toca la batería en todos sus discos, pero no se debe considerar a The Sea And Cake como un proyecto paralelo o secundario, puesto que es un grupo firme que está a la altura de cualquier referencia con la que se le asocie y eso, queda demostrado en la belleza de "Four corners", donde prima la velocidad y las melodías cristalinas, hasta que su luz se va apagando entre destellos de refinadas guitarras y teclados aéreos, "Left side clouded", cuyo ritmo se asocia con el pop trotón y accesible de bandas como Stereolab o el noise contenido de Sonic Youth en esa distorsión de guitarras en sus últimos coletazos, "Hotel Tell", que apuesta por el baile setentero y recuerda algo a los Phoenix del primer disco, "Le baron", que vuelve a recurrir a los sonidos digitales, esta vez para apoyar un tema de cocción lenta y poso tristón, "Darkest night", que flirtea con el jazz tímidamente y que suena algo lo-fi, no sé si en busca de aplicar un enfoque de directo, "One bedroom", pieza homónima que atrae gracias a ese tono seductor con el que se percibe la voz y esa base resplandeciente canalizadora de buenas sensaciones optimistas, "Interiors", posiblemente el mejor corte por su técnica individual que va entrando en confrontación a medida que van pasando los segundos logrando un giro radical a mitad, sin abandonar la dulzura coral cuando llega el momento de rasgar las cuerdas y machacar los parches con contundencia, "Try nothing", cruce de caminos donde fluye la bossanova, el folk, y el pop acústico, "Sound & vision", una ricura de canción repleta de texturas y matices placenteros, que vence por su cándidez, su jugueteo con el synth-pop ochentero y la felicidad que transmite su letra, pero ante todo por ser una estupenda reinterpretación de un tema de David Bowie, enlazada a la perfección con la jovialidad de "Shoulder lenght", que despide esta labor en la misma línea. Sam Prekop, Archer Prewitt, Eric Claridge y John McEntire forman grupo que extrajo su nombre de un tema de Gastr Del Sol.