lunes, 7 de febrero de 2011

JIMMY EAT WORLD

CLARITY (1999)

Vuelvo a dar un giro para volver a defender, después de un tiempo prudencial sin hacerlo, el movimiento emocore cuando vivió su mejor momento, antes de sufrir la mayor de las prostituciones por parte de esos grupos insulsos que hoy se relacionan con el género y que desde mi humilde y siempre discutible punto de vista nos ofrecen propuestas vacías y maquinadas por la industria musical para conseguir adeptos a base de imagen y polémica. Es probable que la mayoria de los que ya conozcáis a esta banda de Mesa (Arizona) no seáis muy devotos de su sonido ni de dicho estilo, pero nadie puede negar la valía de una banda hoy en día consagrada e influyente que siempre ha hecho lo que ha querido desde la humildad y la honestidad, siendo un cuarteto muy afable que solo busca divertir y transmitir sus historias cotidianas. Pioneros de la evolución del emo hacía una tonalidad rock de melodías pop junto a otros ilustres de finales de los 90's como Texas Is The Reason, The Get Up Kids, Mineral, Christie Front Drive, Sense Field y Braid, Jimmy Eat World cuentan con el crédito que da haber creado una obra maestra, 'Bleed american' (que poco después sufrió un cambio de nombre, para pasar a titularse de forma homónima por culpa de que la censura lo vetó a raíz de la tragedia de las Torres Gemelas), capaz de traspasar las fronteras de lo underground para llegar a un público variado que no tenía porque ser un fan declarado de su orígenes ni disfrutar con otras formaciones relacionadas con ellos. Aquel fue un disco que la crítica alabó hasta la extenuación con todo merecimiento y que el respetable acogió como uno de los primeros clásicos del nuevo siglo, pero sin embargo los que hemos seguido su trayectoria desde el principio nunca olvidaremos lo que supuso toparnos en su día con este monumental 'Clarity'. No digo que éste sea un disco mayor que aquel, pero si que puedo afirmar que es un álbum más noble, menos encorsetado, fresco, adictivo e ideal para iniciarse en la discografía del grupo. Su tercer trabajo (cuentan con siete largos hasta la fecha) se compone de una colección de canciones de una riqueza magna que por momentos se acerca a otros ilustres indirectamente relacionados con su discurso como Death Cab For Cutie, The New Year o los Weezer de la era 'Pinkerton', y que están cubiertas de originalidad y nostalgia, amén de instrumentos poco habituales en este tipo de bandas, como el vibráfono, el violín y el violonchelo, que pasan de la tempestad a la calma con sumo cuidado y eso lo podemos percibir en la dulce escucha de "Table for glasses", tema de apertura que se muestra dócil y cálido y que engaña la primera vez por su orientación reposada, "Denver lucky mint", posiblemente su tema más emblemático y mi favorito del cancionero que adorna este álbum, con ese ritmo endiablado y esa armonía indescriptible que la convierten en un himno del punk-rock emocional, "Your new aesthestic", donde las guitarras quebrantan la paz atmosférica en virtud del ruido enérgico y rabioso que deriva del post-hardcore de ritmos musculosos, "Believe in what you want", saltarina y adictiva canción de tensión vertiginosa con estribillo lacrimal, la preciosa "A sunday", un medio tiempo de brillantes orquestaciones que invita a la reflexión sentimental, "Crush", que empieza de repente con un riff al aire y un parafraseo y que a partir de ahí no deja de trotar con fuerza para adentrarse en una región gobernada a medias por Foo Fighters y Rival Schools, "12.23.95", tierna y envolvente balada cercana al pop con un punteo repetitivo que conquista los sentidos, y un deje electrónico hasta entonces inédito en su ideario, "Just watch the fireworks", ecléctica sobrada de más de siete minutos que picotea en distintos estilos saliendo bien parada sobretodo por esa gloriosa sección de cuerda que le da color y que deja claro el nivel inalcanzable de este cuarteto para el resto de sus coetáneos, "Blister", hit potencial de velocidad adrenalítica, guitarreo constante y lustrosos juegos vocales, "Clarity", pista que da título al disco y que brinda los mejores momentos instrumentales rítmicos y melódicos del lote, y la trepidante y nerviosa "Goodbye sky harbor", monumental despedida a base de repaso de lo acontecido durante la presta audición de este sensacional libro de estilo. Jim Adkins, Tom Linton, Zach Lind y Rick Burch, o lo que es lo mismo, Jimmy Eat World, con la ayuda inestimable de Joel Derouin, Mark Trombino y Suzie Katayama, lo firmaron.

4 comentarios:

  1. uuuuuuu hola =) recuerdo que alguna vez me recomendaste una canción de ellos y... me encantó, un mua!

    ResponderEliminar
  2. Si!!?? y que canción era? no lo recuerdo, jaja. Me gustan mucho, sobretodo este disco y 'Bleed American', que es excepcional, su mejor disco si analizamos pista por pista. Espero que te guste este disco y si quieres algo más de ellos, no tienes más que pedirmelo, pues ya sabes que por ti lo que haga falta :)
    Un mua gigsnte!

    ResponderEliminar
  3. :) fue la de "Hear you me", jeje no la olvido pero no viene en este disco, gracias por darmelos a conocer jeje un beso y abrazo =)

    ResponderEliminar
  4. He tendio que buscarla, porque ni recordaba cual era por el nombre, jajaja. Ya recuerdo que te la envíe, ya! ese tema es de 'Bleed american', mi favorito de ellos. Te lo pasaré en cuanto tenga un ratito, guapa! mua!

    ResponderEliminar