KAREN O AND THE KIDS

WHERE THE WILD THINGS ARE (2009)

Hago con esta entrada dos excepciones en esta semana de las bandas sonoras y es que en esta ocasión recurro a un disco reciente y a una película que no me gustó mucho, por no decir nada. Esperaba mucho de esta adaptación a la gran pantalla de un cuento infantil de Maurice Sendak editado a principios de los 60's y que llevo a cabo el inclasificable director de Rockville (Maryland) Spike Jonze. Siempre me había atraído la estrambótica perspectiva del mundo que tenia este hombre y no veía el momento de que llegara este proyecto a las salas de cine, pero una vez salí de verla estuve a punto de pedir que me devolvieran el dinero. Bueno, quizás exagero, pero el caso es que no sé si por que cometí el error de verla doblada, práctica que defiendo ante la calidad de los dobladores de este país, a pesar de que siempre es preferible escuchar las voces reales de los artistas, pero que en este caso rozaba lo burdo y lo artificial, porque fui acompañado de dos amigos a cual más crítico y cascarrabias, o porque yo mismo me engañé esperando algo más que una fiel adaptación a la que añadir el sello personal que brota de la mente del cineasta, salí muy decepcionado y solo me consoló la gran banda sonora que compuso para la ocasión la vocalista de Yeah Yeah Yeahs con la colaboración de un improvisada banda formada por algunos de sus amigos más populares. Esta nativa de Corea del Sur, de madre coreana y padre polaco, pero criada en Englewood (New Jersey), fue la elegida debido a la amistad surgida con Jonze tras filmar éste varios videoclips de su banda, y no pudo elegir mejor, ya que la joven cantante creo un universo muy acorde a las imágenes y ese tono infantil inconformista que trató de transmitir el filme en un acertado paralelismo con el paso de la niñez a la pre-adolescencia, la soledad y la convicción familiar, temas que insisto, no acabaron de cuajar del todo en esta historia de manos de Jonze a pesar de que el esfuerzo tuvo alguna que otra recompensa. Una banda sonora atípica para conseguir que fantasía y realidad se den la mano, que como bien comentaba en una entrevista el afamado creador de la indescriptible 'Como ser John Malkovich', escribió Karen de una forma orgánica y casual dejando aportar cosas a su amigos cuando se pasaban por el estudio de grabación, ayudándose mutuamente ambos pasando una y otra vez las escenas para encajar a la perfección las melodías idóneas para cada cual y que salió directamente del corazón. Influencias de Arcade Fire y Kimya Dawson en una aproximación al mundo infantil juguetona e inquietante, libertina y misteriosa, rebelde y tierna, donde prima el gusto por lo acústico con un cierto tono lo-fi, incorporando un coro de niños sin formación previa que aumenta esa sensación de gamberrismo fantástico que le emparenta al brillante proyecto musical del actor Ryan Gosling, Dead Man's Bones. Los momentos más disfrutables de esta maravilla los componen la inicial "Igloo", dulzura tarareada que se repite a lo largo ya ancho de la película dejando una sensación nostálgica adorable, "All is love", que prosigue por la senda de las emociones melancólicas cantando al unísono con edulcorada marcha y un ritmo que la convierten en la mejor del lote, y que me hace sonreír cada vez que la escucho por su parecido razonable, en el parón central, con la canción que abría una de mis debilidades de crío, la serie 'Fraggel rock', "Capsize", donde destila esas guitarras algo post-punks que definen su ideario con Yeah Yeah Yeahs, "Worried shoes", original del genial Daniel Johnston, emotiva y tristona desnudez interior que pone las emociones a flor de piel, y con una Karen en estado de gracia entonando y ablandando el corazón del oyente desde la más tierna belleza armónica, "Rumpus" despiporre de la chavalería que contagia su energía despreocupada y que trae a la memoria a los primeros Architecture In Helsinki, "Hidaway" y "Cliffs", que ponen tierra de por medio para explorar nuevos terrenos en los que tienen cabida el jazz y el folk desde la más noble calma, "Animal", homenaje a esa psicodelia hippie setentera que tanto adora nuestra protagonista, rozando incluso lo tribal, "Heads up", hermosura pop soleada e impetuosa de estribillo enganchadizo que perfectamente podrían haber escrito The Shins, y "Sailing home", la vuelta a casa, el despertar amargo de los sueños o el consuelo de lo conocido. Una absoluta delicia que al escucharla hace que me pregunte si quizás cuando vi 'Donde viven los monstruos' (de verdad, que horror, que mal estoy quedando con lo que dije de que se suelen traducir mal los títuos de las películas en España), estaba en un mal momento. Tendré que verla otra vez?. Karen Lee Orzolek estuvo acompañada de grandes como Bradford Cox, voz de Deerhunter y Atlas Sound, Aaron Hemphill, voz de Liars, sus compañeros en The Dead Weather, Dean Fertita y Jack Lawrence (ambos también en The Raconteurs y varios proyectos más) y los otros dos miembros de Yeah Yeah Yeahs, Nick Zinner y Brian Chase.