martes, 15 de marzo de 2011

NO AGE

NOUNS (2008)

No recuerdo haber visto llover tanto en Barcelona en toda mi vida, os puedo asegurar que está cayendo la de Dios, y sé que últimamente estoy un poco plasta con esto de hablar del tiempo, que parezco uno de esos tipos que recurren a este tema cuando suben a un ascensor con algún vecino y creen que deben hablarle de algo por obligación, pero es que impacta mucho esta racha de varios días pasados por abundante agua, además me viene muy bien para introducir algunos discos y encontrar una razón para su escucha. Si bien es cierto que hay varias bandas cuyo sonido es muy apropiado para estos días grises, la verdad es que bien pensado siempre hay razones para dar pie a otros aunque sea a través de un viejo recuerdo como punto de partida, y eso es lo que he sentido esta mañana al levantarme y decidir que disco llevarme para amenizar el viaje matinal, porque al ver como había empezado la jornada en el exterior me ha venido a la memoria una antigua tradición de Calatorao, mi querido pueblo zaragozano, que me intrigaba mucho desde niño y a la que nunca encontré sentido hasta hace bien poco (después de todo tampoco ha pasado tanto tiempo, que estoy hecho un jovenzano todavía). El caso es que cada vez que había borrasca y se avecinaba tormenta, en el preciso instante en que empezaban a caer las primeras gotas con mucha fuerza, desde lo alto de 'El calvario', un monte a las afueras, se disparaban cañonazos (literalmente) para provocar que escampara. Nunca vi que diera resultado, pero recientemente me dio por preguntar a mi tía de Madrid y me dijo que más bien lo que pretendían como principal objetivo era evitar que cayera granizo y de ese modo no peligraba la cosecha, que cosas tienen los pueblos, fíjate. Pero bueno, que me voy por cerros de Úbeda, la cuestión es que me parecía una forma contundente de abordar el problema y desde entonces, cuando llueve, me dan ganas de efectuar una terapia de choque y escuchar discos crudos, con distorsiones abrasivas y ritmos potentes y de esta manera he llegado hoy a descomprimir este segundo paso del dúo de Los Angeles (California), No Age, porque sin hacer oídos sordos a las melodías montan un noble ejercicio de ruido furtivo capaz de dibujar una lona gigantesca que nos proteja del chaparrón. Para quién no haya llegado todavía a su propuesta, he de decir que a pesar de lo que digo, su discurso no se hace pesado ni es demasiado bruto, nada más lejos de la realidad, puede gustar a todo el que busque una evolución del sonido que un día practicaron Sonic Youth, My Bloody Valentine o Pavement, pero hacía terrenos más luminosos como si impregnaran de la inspiración del sol californiano cada una de sus canciones, aunque eso sí, sorprende y mucho que esta maquinaria sonora este formada tan solo por dos jóvenes muchachos (batería y guitarra, sin añadir ni tan siquiera un bajo) y a raíz de su aparición haya surgido una pequeña gran escena en la que también están incluidos Wavves, Japandroids, Ave Vigoda, Times New Viking o Japanther. Una suerte de noise-pop experimental y actualizado de finalidad lo-fi y coordenadas punk-rock que hace las delicias de un servidor gracias a piezas tan certeras como "Miner", un comienzo incómodo para paladares sensibles, en el que martirizan los pedales de efectos y las baquetas en plan shoegazing dejando las voces en un segundo plano para crear una furiosa atmósfera, "Eraser", más suave y juguetona, cercana por momentos al folk silvestre al menos hasta que deciden cambiar de marcha, "Teen creeps", deudora del hardcore menos primitivo con un punto de pericia instrumental al crear un sonido más uniforme y elaborado, "Things i did when i was dead", reposada, ambiental y reiterativa, formando los minutos más accesibles, y extravagantes a la vez, del disco, "Cappo", o el ruido al servicio de la convicción personal, muestra implícita de su imaginario, con tintes ramonianos y desarrollos que emulan la técnica de J Mascis o Thurston Moore, "Keechie", que se podría englobar en el post-rock de exteriores que practican Explosions In The Sky y Sigur Rós, "Sleeper hold", inminente destello indie-rock apta para todos los públicos ejecutada a una velocidad de vértigo y que posiblemente sea la mejor del álbum, "Here should be my home", imposible resistir la tentación de brincar a su merced esperando ese arranque enérgico tan excitante que sabemos que no tardará en llegar aún cuando la abordamos por primera vez, "Weirdo rippers", mi favorita, una de esas pistas que volverías a reproducir una y otra vez sin descanso para poder disfrutar de esas guitarras que sacan toda la esencia de su interior y que se complementan a la perfección en esa reivindicación de la importancia de Superchunk en la historia del género con "Brain burner", enorme despedida magnifica que deja la sensación de que este crecimiento no tendría fisuras y así lo corroboraron con el genial "Everything in between', su más reciente trabajo. Y a todo esto ha surgido su efecto el haberlos puesto a tope otra vez porque el mal tiempo se desvanece, aunque solo sea a ratos. Randy Randall y Dean Allen Spunt son los implacables No Age.

2 comentarios:

  1. Yo también he visto eso de los petardos contra las nubes de niño en el pueblo de mi abuelo, Hoyales de Roa, provincia de Burgos.

    Le echaremos un vistazo al Lp, a ver que tal.

    Un saludo.

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  2. Me figuraba que no era una cosa que solo pasara en mi pueblo, jeje.
    Pues que curioso, Burrino y Viola, que suelen pasarse por aquí a comentar de cuando en cuando son de Burgos, les preguntaré a ver si conocen el pueblo. Que suerte poder ir a desconectar fuera cuando éramos críos eh? yo aún lo gozo y creo que será así siempre, estar todo el año en la urbe puede volver a uno loco, jaja.
    A ver si te gusta esta gente. Es un grupo bastante ruidoso pero si le coges el punto te harás adicto. Si acaban convenciéndote, creo que te agradarán todavía más Japandroids, que van del mismo rollo y también los tengo por ahí posteados.
    Un abrazo crack!

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