jueves, 19 de mayo de 2011

ELLIOTT SMITH

EITHER/OR (1997)

La muerte violenta de personajes notorios siempre ha sido pasto abonado para la rumorología gratuita y la desaparición de Elliott Smith no fue una excepción. En poco tiempo circularon distintas teorías mas o menos absurdas de las cuales la más sensata fue la que se redactó en el informe forense de la policía, que decía que el influyente músico de Omaha (Nebraska), murió de camino al hospital después de arremeter contra sí mismo dos certeros cuchillazos en el pecho, incluido uno de ellos en el corazón, que a la postre sería letal. La autopsia hablaba de la ausencia de restos de drogas ilegales en su sangre y de pequeñas heridas de cuchillo, además de que se encontró una breve nota de suicidio escrita en un post-it y de las declaraciones de su novia. Han pasado más de siete años desde que ocurrió este lamentable episodio y hoy me parece un día tan digno como cualquier otro para loar la figura de este grandísimo artista. La vida de Elliott Smith estuvo marcada por numerosos altibajos, pero también por grandes momentos que nos mostraron a un genio atormentado pero apasionado, cercano y entregado a la música. Su infancia le llevó de su tierra natal a Dallas (Texas), donde se trasladó con su madre y el novio de ésta, tras la separación de sus padres al poco de cumplir él un añito. Allí estaría residiendo hasta llegar a su primer año de instituto y esa etapa marcó su vida, puesto que allí visitaba a menudo a sus abuelos maternos que eran músicos y le inculcaron su fijación futura, además que cada vez que volvía a su tierra de origen para ver a su padre, éste le ponía constantemente el 'White album' de The Beatles, una obra con la que decidió que quería ser bajista a la tierna edad de cinco años. Poco tiempo después empezaría a estudiar piano y con doce años abandonaría su destructurado hogar materno para instalarse en Portland (Oregon) junto a su padre, quién le regaló su primera guitarra y con eso, los vinilos de Dylan, Beatles y otros grandes clásicos que había en su casa y la primera cinta que compró (el 'Alive II' de Kiss), empezó a labrarse su talento. Un última mudanza, esta vez para cursar estudios de filosofia en Hampshire (Massachusetts) y por fin inició oficialmente su periplo artístico grabando una maqueta con Strangers Than Fiction y posteriormente, al volver a Portland, formando parte de los poderosos Heatmiser. Ensayos y grabaciones que compaginaba con trabajos esporádicos en perreras y granjas y que estuvo a punto de abandonar por el sueño frustrado (afortunadamente para nosotros) de ser bombero. Lo que vendría tras la ruptura con su primera banda seria, ya es una historia de culto. Una trayectoria en solitario impecable de la que he elegido su álbum más clásico, en el sentido de que posiblemente sea el más significativo de una carrera que nos brindó seis discos de estudio contando su soberbia obra póstuma 'From a basement on the hill'. Muchos han sido los nombres de bandas y artistas con un nexo de unión con nuestro protagonista, como por ejemplo Mary Lou Lord, Spinanes, Softies, Hazel o Quasi (Sam Coomes, líder de estos últimos, formó parte de Heatmiser), con los que colaboró en más de una ocasión, hasta se puede decir que varios como Ron Sexmith, Sufjan Stevens, Iron & Wine, Rogue Wave, Doug Martsch (voz de Built To Spill) o Bright Eyes han introducido abierta o disimuladamente, algo de su esencia a su imaginario personal, y si hay un disco que resuma bien su muestrario y su humildad instrumental enlazada a sus dramático pesar es este formidable 'Either/or'. Precioso y durísimo a la vez, fue la obra de alguien que aprendió a entenderse a sí mismo en el sufrimiento y buscó solución aún sabiendo lo complicado que era todo, consciente de la magnitud de su propio personaje y luchando por salir a flote más allá de frases hechas. Una vez leí un artículo que con mucho atino, describía este álbum como la otra cara del 'Bubble & scrape' de Sebadoh, diferenciando ambos discursos en que mientras en éste Lou Barlow usaba el lamento y actuaba acorde a ello, en el 'Either/or', Smith se conformaba con desear sin demasiada esperanza otra oportunidad para querer y ser querido. No se me ocurre mejor manera de describir la cordura de este trabajo ilustrado por cortes tan próximos y conmovedores como "Speed trials", con ese tono vocal tan cálido que siempre le caracterizó y ese nerviosismo instrumental tan ensoñador, "Alameda", ejemplo de lo que hoy se llama indiscriminadamente lo-fi, ya que sin pretenderlo todo sonaba medio enlatado, sin que eso dejará de verse como algo encantador, "Ballad of big nothing", pop de altos vuelos, la sombra de Lennon y McCartney acariciando cada nota en la que casi con toda probabilidad sea la canción más bonita del lote, "Between the bars", con Nick Drake en el horizonte lanzando su última sonrisa cómplice mientras esperaba paciente conocerle en esa vida que ambos presumían mejor, un ejercicio creativo de profundidad sensible e intimista precioso, "Pictures of me", otra proeza a la que añade algo más de ritmo para pasearse libremente por la psicodelia folk de los 70's y tontear con el power-pop accesible de Big Star, "Rose parade", ternura acústica portentosa en la que es mi predilecta del minutaje, una pista que nunca me cansaría de escuchar a pesar de que no tenga nada realmente especial, salvo ese envoltorio musical optimista que tan bien la cubre de ilusión, "Angeles", maravillosa pieza folk para la que volvía a desnudar su alma, "Cupid's trick", un acercamiento al rock de los Jane's Addcition más inspirados en la fragilidad de los sentimientos, y "Say yes", otra delicia minimal que bebe de todos sus referentes para despedir con simpatía este placentero viaje sonoro, y de la que hay que añadir como dato curioso que formó parte de la banda sonora de 'El indomable Will Hunting', junto a la cuarta y la novena pista de este mismo álbum. Steven Paul Smith (su verdadero nombre), compuso e interpretó este trabajo en soledad y se inspiró en el libro del mismo nombre, escrito por el filósofo danés Søren Kierkegaard, para darle título.

10 comentarios:

  1. Que bonito!!! Tenia ganas de hincarle el diente a este disco, porque todo lo que he oido de este hombre me ha encantado, cuanta sensibilidad y que calma que transmite. Y encima vas y posteas el disco que contiene las canciones que conozco, que mas puedo pedir?? (perdona que no ponga acentos, estoy en un pc donde no puedo ponerlos). Pues nada, lo degustare a la vuelta, ya te contare.

    Un besazo enorme desde Milan!!!!

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  2. Te has lucido con el post. Un pedazo de entrada, maestro.

    A Elliot Smith, por desgracia para mi, lo he descubierto muy recientemente y es lo que más me ha impactado en, por lo menos, el último año. Degustaré el Lp con devoción (hasta ahora he tirado de un recopilatorio que pillé por ahí).

    Saludos.

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  3. Buon pomeriggio! come stai ragazza? :)
    Como te va por tierras transalpinas, muchacha? estás apurando eh? señal de que lo estása pasando en grande, imagino que entre Milano y Bologna.

    Pues me alegra haber subido este disco en concreto :P
    Para mí era un genio este hombre. Sus discos posteriores tenían un matiz orquestal que quizás te atraería más, pero este álbum es fabuloso por su intimidad, su minimalismo y su sensibilidad. Si además dices que vienen varias canciones que ya has escuchado, apuesto que será de tu agrado.

    Un beso grande y sigue disfrutando de estos días de desconexión que a la vuelta vienen curvas concierteriles :D

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  4. Gracias, Uri! jaja, yo que he pensado que me había salido un post más plomizo de lo habitual (que ya es decir). Me viene bien esto que me dices, oye!

    A mí me afectó la muerte de este hombre, porque lo descubrí casi, casi en sus inicios. Era un maestro, uno de esos artistas capaces de conmover y conquistar con dos acordes.

    Este disco es más sencillo, de su etapa más intimista, pero vale mucho la pena. Ojalá te guste. Ya me contarás...

    Un abrazote, crack!

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  5. Y hablando de suicidios, ayer se cumplieron 31 del de Ian Curtis, ¡el Señor los tenga a todos en su Gloria!

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  6. Que me dices!!!???
    no me entero de las efemérides, porlagloriaiancurtis! mañana escribo algo sobre ese pedazo de grupo que fueron Joy Division, más vale tare que nunca, aplazo la idea de poner a un grupo holandés de esos raros míos, jeje.
    Zenqiu por el aviso :P

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  7. Burrino (in may and june, no great Burrino)22 de mayo de 2011, 10:40

    este es un discazo. honesto de cabo a rabo y, encima, pura calma como dice la amiga atticus.

    voy a probar con dawes que tiene todos los requisitos para gustarme mucho.

    saludos

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  8. Que bien que te guste Elliott Smith, Gran Burrino (bendito tú eres entre todos los contertulios). Te he echado de menos, caimán, me entristece 'verte' desanimado, aunque las palabras de aliento, mejor te las pongo en el otro mensaje :P

    Creo que la buena de Atticus dio en el clavo con la definición de este álbum, si que es verdad si, pura calma.

    Dawes suenan muy bien. Es uno de esos discos que te apacigüan, serenan y animan a partes iguales, espero que te guste.
    Por cierto, en comentarios, Joaquim me dejó un enlace de su nuevo Ep, si quieres escucharlo también.

    Saludetes!

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  9. Los invito a una página con letras traducidas de Elliott Smith:

    http://elliottsmithylagrannada.blogspot.com/

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  10. Muchas gracias J. le echaré un ojo de inmediato que además se agradece un montón leer las letras de este hombre traducidas, que yo soy muy lerdo para entender el inglés al cien por cien y siempre se me escapan cosas.
    Siento la tardanza en la contestación (estaba de vacaciones).
    Espero que hayas encontrado más que cosas de tu agrado en el blog.
    Un abrazo!

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