GOLDFRAPP

FELT MOUNTAIN (2000)

Poco sabía de este dúo de Londres (Inglaterra) cuando lanzó este sorprendente debut, salvo que llevaban por nombre el apellido de la mitad femenina del grupo y que ésta había puesto voz a algunas composiciones de Orbital y Tricky, lo cual me hizo pensar que su sonido navegaría entre la electrónica y el trip-hop, palabras mágicas para tentarme a comprar 'Felt mountain' en aquel inicio de nuevo siglo. Fue un hallazgo este trabajo porque Alison (nombre de pila de la susodicha), se destapaba como una vocalista prodigisosa, seductora, intrigante e imponente en un disco que es difícil de encasillar pero que encajaría a la perfección como banda sonora para una peli de James Bond, para el final de una cita a ciegas de desenlace pasional o como perfecto complemento a una discografía personal encabezada por Portishead y sucedáneos.

A día de hoy su fama ha subido como la espuma, aunque en torno a un cierto grado de accesibilidad en sus últimos lanzamientos, que a mi juicio le hace perder encanto en comparación a este disco. De sus cinco álbumes de estudio editados hasta la fecha, sin duda me quedo con la frescura e innovación de esta puesta de largo, sin desmerecer obras tan loables como los posteriores 'Black cherry' y 'Supernatural', pero es que las atmósferas densas y claroscuras con pinceladas de ambient y las coordenadas del trip-hop bien aprendidas, que se fueron perdiendo por el camino en detrimento del electroclash y el pop bailable de sus plásticos más recientes (aunque en honor a la verdad hay que destacar que son un dúo que destaca por su labor de riesgo al apostar por un punto de partida distinto en la sonoridad de cada disco, de modo que si aquí fue el trip-hop ambiental, en el siguiente sería el glam-rock, luego el synth-pop, después el folk, el cabaret, el pop danzarín...), eran un poderoso reclamo para atrapar a las mentes ávidas de nuevas sensaciones con esta fabulosa colección de canciones.

Un par de compositores que en sus entrevistas de promoción decían sentirse influenciados por Serge Gainsbourg, Ennio Morricone, Iggy Pop, Kate Bush, T-Rex o Donna Summer, no podía dejar más que un halo de curiosidad intrinseca por averiguar como sonaría ese abanico de gustos aplicado a su discurso, y aunque es posible que esas referencias estén muy escondidas, si que son asumibles en el sentido de que es un proyecto inquieto con ansías de experimentar con diversos estilos, y basta para dar fe de ello con reproducir pistas como la inicial "Lovely head", que con esos silbidos puramente spaguetti western abre un horizonte a la imaginación sobre una base lenta pero firme que va incorporando elementos orquestados, a mi juicio la mejor canción que han creado (mi favorita no obstante es "Number 1", corte de clausura de 'Supernatural'), la actualidad añeja de "Paper bag", que puede sonar totalmente atemporal con esas dulces cuerdas, esa deliciosa ternura acústica y ese modo de cantar tan acorde a la chanson en algún lugar entre François Hardy y Claudine Longet, la mística "Human", una especie de mambo tenebroso que nos trae a la memoria irremediablemente a la gran Shirley Bassey y que en una posterior dobel edición limitada del disco tuvo una nueva versión interpretada con Calexico como banda de apoyo, la sinfónica ensoñación de "Pilots", paradisiaca, muy en la onda de las producciones del genial William Orbit, y en cuya letra se describe lo que sienten unos aventureros que flotan en la atmósfera sobre la Tierra, con instrumentación inspirada en las creaciones del difunto John Barry para la saga Bond, según sus propias palabras, la coqueta "Deer stop", que juega en su texto con el erotismo narrando con una voz infantil e inspirándose en la figura de un lobo que emula la presencia de una fuerza mayor metafóricamente hablando y la goza en un lugar íntimo e idílico, "Oompa radar", un tema casi instrumental excepto por esos leves tarareos y que según ellos parte de su devoción por el filme de Roman Polanski 'Cul-de-sac', utilizando para ese ritmo cabaretero y feriante un fliscorno y un reloj de cuco para marcar los tiempos, y "Horse tears", (muchos la recordaréis de un viejo anuncio de una conocida marca de cafés, sino recuerdo mal), una bella balada a piano con la voz filtrada que cierra este sensacional trabajo. Alison Goldfrapp y Will Gregory, grabaron este álbum con la ayuda de Adrian Utley (bajista de Portishead), Nick Batt, Tony Orrell, John Parish (mano derecha de PJ Harvey), Andy Bush, Rowen Oliver, John Cornick y Stuart Gordon.