sábado, 23 de julio de 2011

DEATH CAB FOR CUTIE

PLANS (2005)

Saldando la cuenta que dejé en el aire hace unos días con la idea de publicar unas líneas sobre este disco, aparco por un tiempo a los grupos estatales volviendo a la normalidad. Me complace escuchar este disco en una mañana tan fresca como titubeante, ya que sale el sol, se esconde, viene el viento a vernos en plan 'visita del doctor', se va como alma que lleva el diablo y cae la humedad derivada en bochorno pegajoso, se encapota el cielo de nubes blanquecinas e incluso amaga una amenaza de chaparrón. Que mejor ante esa tesitura climática que elevar el volumen del reproductor y disfrutar de las once paradas que componen el que fue el quinto viaje (hasta la fecha llevan ocho) del cuarteto de Bellingham (Washington). Es posible que el proyecto secundario de su líder Ben Gibbard (marido, por cierto, de la actriz y mitad de She & Him, Zooey Deschanel), The Postal Service, sea más reconocido por estos lares y el hecho de que casi nunca se acerquen a tocar aquí, salvo por una pasada edición del FIB en la que actuaron como cabezas de cartel, provocan que un servidor nunca haya entendido como una banda que goza de tantísimo reconocimiento al otro lado del Atlántico, carece de la popularidad que tienen otros compañeros de generación que tienen en común su procedencia, en nuestras fronteras, pero el caso es que es una de las grandes dentro del indie-rock alternativo y eso es innegable.

Hace algo más de dos años hablé sobre la que considero al igual que muchos otros, su obra maestra, 'Transatlanticism', un álbum sin fisuras, plagado de hits que sin embargo otros tantos ponen por debajo de su siguiente obra, este maravilloso 'Plans', que hoy me animo a postear. Sobre sus primeros discos podrían escribir mucho también, ya que los considero imprescindibles para entender el mensaje completo de su discografía, pero eso lo dejo para un futuro próximo. Me centro en este bello tratado que sigue basculando entre la consigna emocore y slowcore abierta hacía otros campos mucho más accesibles de lo que nos tienen acostrumbrados ambos géneros, con un discurso rock de melodías pop, fácil de llevarse a la boca con una sonrisa dibujada en los labios.

Dando más protagonismo que nunca a la calma a través de las notas de un piano, Death Cab For Cutie subieron un peldaño en su progresión convincente con piezas como "Marching bands of Mannhatan", emocional comienzo con las armonías al ralentí en un mundo en que podrían convivir Coldplay con sus dos más claras influencias, Modest Mouse y Built To Spill (aunque su sonido siempre se ha distinguido por sonar sumamente personal y esos dos grupos solo asoman la cabeza tímidamente como referencia), un corte que va evolucionando progresivamente hasta encontrar acomodo entre marañas de atmosférica contención, "soul meets body", una de las mejores canciones que han compuesto nunca y que sirvió para darles un poco más de fama entre el público adolescente por su aparición en sendas escenas de las afamadas tv series norteamericanas 'The O.C.' y 'Como conocí a vuestra madre (otras canciones de este disco han aparecido también en series como 'Scrubs', Nikita' o 'Anatomía de Grey'), para mi gusto la mejor del lote, un lujo por tempo y ejecución, con coros pegadizos y añadidos instrumentales preciosos además de ese tono tan próximo a Jeremy Enigk de Sunny Day Real Estate (si, lo sé, estoy muy pesadito con este grupo estos días) que se gasta el amigo Gibbard, "Summer skin", con la cual recuperan su habitual nostalgia de altos vuelos en un espacio vacío de esperanza, pero cargado de sensibilidad honesta, "Different names for the shame thing", que con un poquito más de energía podría ser un sensacional tema afín al alt-country en sus primeros compases y que guarda cierta similtud con la cara más dócil de Spoon, aportando un rayo de luz optimista con esas programaciones electrónicas saltarinas y esa coralidad polifónica tan amena que escuchamos en su segunda parte, "I will follow you into the dark", hermosa canción folk en la que Gibbard se vuelve a lucir en su intimidad minimal con el solo uso de una guitarras acústica y su dulce voz, "Your heart is an empty room", con un ritmo que se acerca al utilizado por Wilco en su canción "Kamera", pero es un espejismo, ya que el grueso de esta pieza es muy acorde a su propio ideario, "Crooked teeth", festividad bailable con una aclamación sincera y segura de sí misma, rock de herencia noventera en toda la extensión de la palabra, y "Stable song", un final espléndido por sencillo y eficaz, interpretado con suavidad para un disco gigantesco del que solo he citado algunas pero que no tiene ni una sola pista que rompa la magia general de su minutaje.

Los culpables, una vez más, Ben Gibbard (de quién además de The Postal Service, también podéis encontrar aquí su disco en solitario bajo el nombre de All-Time Quaterback!), Chris Walla, Jason McGerr y Nick Harmer.

4 comentarios:

  1. No te quedarás sin comentario, chiquillo, je, je.

    Yo también tuve mi momento Death Cab... reconozco que son buenos, incluso muy buenos, pero esto de los estilos a veces va por épocas y ahora le pido algo más de marcha a la música... nuestro amigo Slim, de Denver, ya tu sabes...

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  2. Buena noticia! me daba pena que se quedara huérfano de comentarios este post :P

    Me gustan bastante, además desde sus incios cuando los descubrí con un Ep que incluía una muy buena versión del 'All is full of love' de Björk y aquel disco largo que salía el dibujo de un par de corredores de fondo sobre un cálido color crema. Voy alternando y como estos días no ando muy fino (de ahí la inactividad del blog) pues me apetece más escuchar algo tranqui.

    De todos modos mañana vuelvo por mis fueros 'rednecks' poniendo algo que apuesto un imperio a que te gustará :D

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  3. Pobre, debes de haber tenido un día muy movidito, como bien dijiste ayer que sería. Pensando en ello, he caído en que te debía un comentario a esta entrada desde hacía ya unos mesecitos (madre mía como pasa el tiempo, dos meses casi desde que fuimos a ver a Beach House!!), y he pensado que, aunque te dará faena, te gustaría que lo hiciera, así que aquí me tienes.

    Primero de todo, no me puedo creer que esta entrada no tenga más que un comentario. No puede ser, si este es uno de los míticos!!!! A lo mejor me equivoco y resulta que no, que Death cab for cutie y este disco no tienen tanta repercusión, pero oye, algo me dice que no, que it's not possible. Coñas aparte, qué decir de esta maravilla que no hayas dicho o no se haya dicho antes. A estas alturas del cuento, la verdad es que no sé si me gusta más Transatlanticism y sus guitarreos o la suavidad pop de este. Este fue el que me hizo enamorarme de ellos, pero al final creo que se lleva el gato al agua Transatlanticism, sólo por esa "Tiny vessels" que me rasga el corazón cada vez que la escucho. Pero después, escucho el plans y me topo con esa preciosidad de "I'll follow you into the dark" o con la delicia poppie "Soul meets body" y mis convicciones no son tan firmes. ¿Cómo lo soluciono, doctor??? En fin, pues disfrutando de ambos en diferentes momentos... o no, seguidos, por qué no, y más en esta época que se avecina, ya que me resultan tremendamente otoñales, tanto uno como otro. Algo de bueno tiene el otoño, y es que incita a escuchar maravillas como estas.

    Repasando el comentario que te dejé en la entrada de Transatlanticism y tu respuesta, a mí también me sorprende la gran popularidad en USA, mientras aquí son parte del mundillo indie. Pero creo que no es con los únicos con los que pasa, y a raíz de esto me acordé de una cosa que leí sobre un concierto en directo en un programa de tv de máxima audiencia en USA de Wilco. Vamos, igualito que aquí... Te dejo el link del vídeo:
    http://jenesaispop.com/2011/09/22/video-concierto-de-una-hora-de-wilco-en-la-tele/

    Besito de bona nit!!!

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  4. Ya te digo!! jaja, buen tute me dí ese día (respondo tarde, algo muy habitual en mí últimamente por desgracia), ya ves que ni posteé.
    Pues felicidad me produce ver un comentario en este suculento 'Plans', que gracias primero a Joaquim y ahora a ti, tiene un poco de vida en este humilde espacio.

    'Transatlaticism' es su obra cumbre para crítica, pero hay mucha gente que adora este disco e incluso hay quién se decanta por cualquiera de su primera etapa, muy buena también, pero más sombría. A mí me gustanambos casi por igual, porque si se escuchan seguidos se nota que tienen tanto en común como al contrario. Los arrebatos eléctricos con las melodías, los juegos vocales a cambio de ese piano conciliador, son una maravilla los dos. A mí me encanta cuando tiran de esos efectivos 'para-parapa-pa...' o 'papá-papá' en "Soul meets body" y "Sound of setling" respectivamente de uno y otro. Creo que la solución, como tú misma afirmas, es disfrutar de todo lo que nos brindan, porque son enormes, es más, ni te preocupes de la época, siempre se agradece escucharlos y desde los comienzos plasman temas perfectos como esas joyas de antaño llamadas "Song for Kelly Huckaby" o "405".

    Muchas veces pienso eso de que aquí no tengan tanto éxito como en los States, pero no me sorprende, aquí tenemos lo que tenemos en la tv (lo más decente que puede sonar es Amaral, así que para mear y no echar gota, jeje). Los yankees tienen el show de Letterman, de Holland o incluso de Leno, donde tocan bandas magnificas que nos gustan a todos los amantes de estos sonidos, pero me refiero más a que es curioso que aquí bandas similares que allí no son tan célebres llenen salas o vengan de cabeza de cartel a un festival y estos ni se asomen porque nadie quiere contratarlos. Muy extraño e injusto.

    Enseguida degusto ese video. Mil gracias!
    Un beso grande!

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