martes, 12 de julio de 2011

FOO FIGHTERS

THE COLOUR AND THE SHAPE (1996)

Abro un paréntesis en esa serie de discos rarunos para dar cabida a un clásico generacional. Foo Fighters es una de mis bandas favoritas de siempre, pero nunca me había dado el punto de poner por aquí alguno de sus discos, así que ya iba siendo hora de reivindicar la figura de ese gran genio prolífico llamado Dave Grohl, pues tampoco había escrito nada sobre ninguno de sus proyectos alternos formados tras la triste disolución de Nirvana (Them Crooked Vultures, Probot y Harlington A.D.), ni ninguno de los grupos en los que estuvo involucrado antes de enrolarse en la mítica banda grunge (Scream, As Late!, Mission Impossible y Dain Bramage)., tan sólo había hablado de él como referencia para otros músicos y como colaborador de lujo en el glorioso 'Songs for the deaf' de Queens Of The Stone Age, una más de sus numerosas participaciones en el trabajo de otra gente (desde Puff Daddy a Juliette & The Licks, pasando por Garbage, Bangles, Michael Jackson, Prodigy, Cat Power o David Bowie...vamos, que es más fácil nombrar a quién no haya recurrido a este hombre y acabamos antes).

Mucho podría hablar de esta gran banda, pero es mejor limitarse a compartir las sensaciones que me causa o como llegué a ellos, porque es más que probable que si estás leyendo esto, sepas ya todo lo que hay que saber sobre ellos gracias a la popularidad de la que gozan. Poco después de que el bueno de Kurt Cobain se volara la tapa de los sesos, Dave Grohl decidió que debía continuar disfrutando de su principal pasión y se metió en un estudio en solitario (salvo por la presencia de su amigo Greg Dulli de Afghan Wighs) a grabar unos cuantos temas que más tarde pasarían a ser el embrión de Foo Fighters debido al éxito cosechado con el boca a boca. En pocos meses, fijando la sede del grupo en Seattle (Washington), editaría un debut homónimo que obtuvo una respuesta masiva, quizás por venir de donde venía, pero poco importa eso, aquel álbum ya forma parte de la memoria colectiva del rock alternativo, y lo cierto es que desde el primer momento que escuché los dos primeros singles extraídos del conjunto, sufrí un flechazo instantáneo con su sonido.

Había pensado en un principio en comentar ese disco, peor luego he recordado lo mucho que me impactó su segundo paso 'The colour and the shape' y lo bien que hice en no comprármelo hasta pasados varios meses de su publicación, ya que así pude pescar una jugosa edición limitada en doble formato, que incluía cuatro versiones. Los continuos videoclips que sacaron para presentarlo me cautivaron y en cuanto reuní unas cuantas monedas de cien pesetas en mi hucha de los caprichos fui al centro a pillar una copia. Al llegar a casa y reproducirlo aluciné en colores del gigantesco despliegue sonoro, jamás había escuchado nada tan bien producido, tenía que bajar el volumen y regularlo en su justa medida para que crepitara, era asombroso y mi idilio con esta obra quedó a perpetuidad.

De sus ocho discos de estudio oficiales, sin duda me quedaría con este, sin desmerecer al resto (especialmente los que pertenecen a su primera etapa, que son mucho más accesibles), porque sus diecisiete canciones son himnos innegables, empezando por "Monkey wrench", ese trallazo power-pop en el que se desgañita la garganta nuestro protagonista de hoy, que es imposible no relacionar con su versión en vídeo, con ellos subiendo pisos en un ascensor mientras escuchan una melodía de su "Big me", y que viene precedida por "Doll", una intro de apenas minuto y medio, dócil y melancólica y a la que siguen pelotazos descomunales como "Hey Johnny Park!", una de mis favoritas, y no digo la que más porque es imposible quedarse con una sola, un riff esplendoroso y unas estrofas imponenentes en su tristeza que acarician un estribillo sensacional, "My poor brain", con un ritmo adictivo que va y viene a golpe de guitarras lascivas, "Wind up", de desarrollo pesado, jugueteando con las teclas que conectan la vena grunge al subconsciente de Grohl, aunque añadiendo una armonía que no hace oídos sordos al pop en su exposición, "My hero", sencillamente apoteósica, una gozada que consigue poner el nudo en la garganta al tiempo que eleva la adrenalina de nuestro apagado interior, una canción que también cuenta con un excelente vídeo (me atrevo a decir que es la mejor banda a la hora de crear historias en un ambiente perfecto dentro de ese formato y más teniendo en cuenta su notable sentido del humor), al igual que "Everlong", motivo por el cual me enganché a ellos en plan seguidor acérrimo, aquella divertida escena en digna metáfora del cuento de 'Caperucita roja', pero sobretodo por lo grande que es esta pieza, la emotividad que logra alcanzar y la brillantez de su trepidante recorrido, "Walking after you", clara muestra de su calidad inagotable, tocando un palo más reposado y bordándolo, y "New way home", robusta, vitaminada, reluciente y pegadiza despedida con griterío desgarrado, para lo que representaba en sí el disco en su primera versión, pero es que luego estaban las cuatro joyas completistas que formaban el Ep adjunto, con relecturas del "Requiem" de Killing Joke, un tema presidido por un riff entrecortado y una línea vocal taciturna, muy fiel al original, "Drive me wild" de Vanity 6, plegada de tintes ochenteros sobretodo en las guitarras, "Down in the park" de los Tubeway army de Gary Numan, una maravilla con tonalidades ensoñadoras y efectos atmosféricos abominables en la que se salen literalmente y la ilustre "Baker street", del recientemente desaparecido Gerry Rafferty, que llevan a su terreno y de la que solo puedo decir que quién no la recuerde por su título seguro que le bastará con diez segundos para identificarla.

Pedazo de álbum. Dave Grohl, su compañero ocasional en Nirvana, Pat Smear, los fabulosos miembros de mis adorados Sunny Day Real Estate, William Goldsmith y Nate Mendel, y el que ha sido siempre su batería de directo, Taylor Hawkins, formaban entonces Foo Fighters. El nombre de la banda responde a la forma en que llamaban los pilotos aliados a los objetos voladores no identificados durante la segunda guerra mundial.

2 comentarios:

  1. Vaya discazo. Recomendado para todos!

    Gracias Txarls!

    ResponderEliminar
  2. Estaba seguro de que te vería por aquí, Jota! jaja.
    Es que este es un disco que tenía que ser de tu agrado fijo.
    En tu faceta de batería me imagino que te parecerá atronadora la manera de tocar de este hombre en este álbum, no? yo desde la más absoluta ignorancia de como tiene que sonar para que se diga que un trabajo es bueno por eso, creo que aquí se sale el bueno de Grohl.

    Un alegrón verte por aquí, como de costumbre.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar