jueves, 28 de julio de 2011

WHY?

ELEPHANT EYELASH (2005)

Why? irrumpieron en la escena indie entregando una de las obras cumbres del hip hop con denominación de origen Anticon junto a Clouddead, el vértice mas pop del triángulo que completaban Doseone y Odd Nosdam. Aquel descaro tenía por nombre 'Ten' y fue una autentica bocanada de aire fresco dentro del género, encabezando una oleada de grupos que pretendían acercar otro tipo de iniciativas para lograr captar la atención de los que todavía no comulgaban mucho con el movimiento. Hoy resulta fácil reivindicar a esta banda, puesto que en lo tiempos que corren, el rap y sucedáneos gozan de buena salud dentro del panorama independiente y ya no nos extraña ver a artistas como Kanye West, Mos Def o Raekwon reseñados o entrevistados en publicaciones ajenas a su estilo. De todos modos, lo que si me parece bien es comentar como evolucionó este grupo y como se fue alejando un pelín de sus coordenadas iniciales con este fantástico 'Elephant eyelash'. Ya desde la portada se anunciaban cambios en el discurso de esta fabulosa banda de Berkeley (California).

Esa imagen de un volcán en erupción y unos globos de colores en un collage de escuela de arte nos daba la clave para entrar en esa nueva mutación de lo que antes fue el proyecto en solitario de 'Yoni' (a partir de aquí Why? se convirtieron ya para siempre en una banda completa). Sus abstractas letras permanecieron intactas, pero las melodías cobraron fuerza prescindiendo casi en su totalidad de cualquier parafraseo asociado a su idea primeriza. Descolgados del sonido de su debut, entregaron un álbum en el que la verborrea que le caracteriza se pone al servicio del indie rock para radios universitarias. Un disco que seguramente a algunos puede repeler en sus primeras escuchas por alguna que otra armonía irritante, pero que nadie debe juzgar sin haberse introducido en él durante un largo tiempo, pues vale la pena volver a intentarlo y dejar que esas mismas líneas se conviertan en los cínicos y casi paródicos himnos adolescentes que verdaderamente son.

En esas siguientes oportunidades es posible que esbocéis una sonrisa y hasta que os déis cuenta de que el segundo paso de estos muchachos escondía tras todo ese humor ácido un ristra de hits llamados a dar vueltas en vuestras cabezas durante semanas, tales como "Crushed bones", fulgurante comienzo con la delicadeza de una guitarra acústica acompañada de un ritmo adictivo y un texto rapeado bien gozoso, "Yo yo bye bye", o como hubiera sonado un disco de Daniel Johnston con ellos de fondo, "Rubber traits", un capricho indietrónico adelantado a su tiempo, preciosa pieza que se puede localizar a medio camino de Aquedcut o los Bright Eyes menos apegados a la tradición americana, "The hoffs", una deliciosa edulcoración pop de texturas milimétricas, "Fall sadless", con un melancólico violín dando la entrada a un canturreo nostálgico que emociona y denota esperanza al mismo tiempo, "Gemini (brithday song)", tal vez la mejor canción del lote, una proeza redonda cargada de sentimiento y belleza, "Waterfalls", almíbar hipnótico sobre coros neuróticos en el buen sentido, "Sanddollars", excitante, divertida, optimista y vital, mi favorita del disco por esa sensación de alegría que deja en el ambiente, y "Light leaves", un cierre de finalidad folk realmente bonito.

Estupenda labor realizada por los hermanos Jonathan 'Yoni' y Josiah Wolf, Matt Meldon y Matt McDiarmid. Como dato curioso decir que el nombre del disco se refiere metafóricamente a una erección masculina (¿¡!?).

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