viernes, 6 de enero de 2012

REEF

GLOW (1997)

Ya se desvanecen las últimas horas del día de reyes y por lo tanto de etapa navideña, mañana (bueno, técnicamente esto es un decir, pues la mayoría gozaremos aún del fin de semana) comenzará del todo la vuelta a la rutina y la larga espera de días de ocio consecutivos, sensación más angustiosa si cabe por la creciente amenaza de suprimir los puentes trasladando los festivos a lunes para engañarnos como a bobos con la pantomima esa de que hay que competir con el resto de Europa para luchar contra la crisis. Independientemente de esas problemáticas futuras, lo mejor es degustar las pocas horas que quedan de esta siempre idílica jornada en la que muchos habréis recibido suculentos regalos de vuestros más allegados, otros carbón y otros al igual que me ha pasado a mi de nuevo, la clásica prenda con la que la familia te recompensa, ya sea un pijama o unos gallumbos de talla pequeña para que te ofendas pensando que te tienen por un tipo de atributos reducidos (nada más lejos de la realidad en mi caso, que estoy muy contento con lo mío). Ante tal tesitura es casi imposible no echar la vista atrás y rememorar los tiempos en los que te obsequiaban con algo que no esperabas, aunque fuera un detalle mínimo comprado a ciegas, como un caso que recordaba hoy, una vieja fecha tal como esta en la que mi hermano me regaló un disco al tun-tun, adquirido en una tienda de música cualquiera, rebuscando en las novedades más vendidas dentro del entonces manido rock alternativo.

De ese modo llegó a mis manos el segundo álbum de Reef, una banda de Glastonbury (Inglaterra) de la que no había escuchado más que el sencillo de adelanto del disco y que según el tendero iban a ser el no va a más en el futuro del rock. El bueno de mi hermano Ernesto, que no tenía ni idea de esos sonidos ye-ye con los que disfrutaba tanto el 'pequeño', se lo llevó tan feliz, pues sabía que me gustaría, y el caso es que solo por ese hecho, por ver la cara de alegría con la que me lo entregó a primera hora de la mañana tal día como hoy hace ya casi quince años, lo escuché hasta la extenuación a pesar del chasco que me supuso averiguar que el famoso tema de apertura estaba años luz por encima del resto del minutaje.

Curiosidades de la vida, cada año viene a mi memoria ese episodio y me pongo 'Glow' para sonreír pensando en los buenos efectos que produce la música, que un disco te puede parecer flojo en primera instancia y ganarse tu corazón con el paso del tiempo por meros valores sentimentales o simple insistencia.

Vaya por delante que este no es en absoluto un mal disco, pero "Place your hands", era un tema tan redondo, tan soberbio que eclipsaba a los demás cortes. De ellos ya no se acuerda casi nadie, pero muchos lo harán de aquel innegable himno generacional que les situó en lo alto del panorama de la época y les permitió girar con bandas y artistas del cálibre de The Rolling Stones, Soundgarden o Paul Weller, al volver a oírlo unos segundos. Cuanto menos nos haría esbozar una amplia sonrisa nostálgica a todos los que disfrutamos como enanos en la gloriosa era de los 90's. Quizás las otras diez pistas nos despisten por su sonoridad diametralmente opuesta, mucho más lejana a ese sabor sureño emparentado con los primeros The Black Crowes, Blind Melon, los más clásicos Primal Scream, o sus propias satánicas majestades, para acercarse a ser un perfecto acompañamiento a los venerados álbumes de Pearl Jam, Terrorvision, Stone Temple Pilots, Candlebox, The Wildhearts o (con un pistón menos de carga) Rage Against The Machine, que poblaban las estanterías de gran parte de los adolescentes inconformistas del momento.

Metidos en el saco del blues-rock moderno, el indie-rock y el brit-pop, me costó de digerir tanta diferencia de estilos, pero al final acabé encontrando su encanto a canciones como "I would have left you", donde la influencia de la aclamada formación liderada por Zack De La Rocha y Tom Morello es casi descarada a pesar de fusionarse a ratos con un cierto deje grunge que podría haberse desarrollado a tiro de piedra de los profundos bosques de Seattle (Washington) si hubieran decidido cruzar el charco a la hora de grabar (incluso me atrevería a decir que es un adelanto de lo que después harían los músicos de RATM con Chris Cornell, bajo el nombre de Audioslave), "Summer's in bloom", aguerrida y potente, crujiendo la base rítmica en un destello ecléctico radiante, "Latly stomping", elementos funky, vacile seductor y riffs trotones que beben de los Red Hot Chilli Peppers melódicos que asombraron al mundo con 'Blood sugar sex magik', "Consideration", balada de envoltorio melancólico muy en la línea de lo que tan bien sabían hacer Satchel, bien rematada además por unos preciosos coros gospel, "Higher vibration", oscura, sobria, su pago al hard-rock de alma soul, más que nada porque al igual que en el primer corte, su vocalista Gary Stringer, saca a relucir todo su potencial registro, "Yer old", veloz, contundente, elástica y penetrante, ideal para desfasar imaginando como debe sonar en directo, y "Lullaby", que trata de acabar como empieza, con una buena dosis de rock sin fisuras que indique su respeto por los clásicos.

Buen disco, puede que sin más, tal vez simplemente pasable si no se tiene un aprecio por él motivado por algo especial con lo que relacionarlo, pero da igual, no puedo dejar pasar la ocasión de decir que merece la pena si queremos pasar un rato agradable que no nos permita permanecer inmóviles. Reef, que publicaron cuatro discos hasta su teórica disolución durante el primer año del siglo veintiuno (digo que no está claro ese dato porque en Agosto de este año que hemos agotado hace escasos días, actuaron en la final de la Community Shield entre los dos principales equipos de fútbol de la ciudad de Manchester, el United y el City) eran y son (se supone) Gary Stringer, Kewyn House, Jack Bessant y Dominic Greensmith.

2 comentarios:

  1. Me consta!!!!!!!!!!! es tan sólido y claro que te cumplo!!!!!! ya no digo más :D hahaha!!!!!!

    En lo absoluto me parece flojo, que buen regalo recibiste y el primer tema es un rolón como dirían en mi pueblo, también I Would Have Left You y Don't You Like It?, tremendas bombas... eh? :) un enorme beso.

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  2. Dí que si! actos y no palabras, de eso nos encargaremos pronto y a lo grande, ya verás que eficacia la mía :D

    Me alegra mucho que te haya gustado el disco, mas allá de la canción que te pasé hace unos días, pues ya ves que es bastante distinto el global del resto.
    Es duro pero muy ecléctico y rítmico, con energía y potencia a raudales. Creo que de vez en cuando viene bien recuperar este tipo de propuestas.

    Mi hermano tiene buenos detalles a veces (aunque este año no se ha estirado nada el bribón). Con esto compensa un poquitín el ser el tío mas pelmazo que hay sobre la faz de la tierra, tú ya sabes, jeje...

    Un beso de dimensiones desproporcionadas y todo lo que quieras recibir de este humilde servidor tuyo :)

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