DREAMERS OF THE GHETTO

ENEMY / LOVER (2011)

Ha sido la primera vez en mi vida que no me he marchado de la ciudad durante las vacaciones de Semana Santa. Han sido días fríos de muchas lluvias por mis tierras de procedencia y el viajar se antojaba peligroso amén de que la estancia en el pueblo podía tornarse aburrida, de esas en las que permaneces en casa sin gran cosa que hacer, carente de entretenimientos y saturado de relajación, algo que no me suele sentar mal como a todo hijo de vecino, pero sin hacer de ello un abuso, claro está. Por lo tanto me disponía yo a pasar estos días de ocio por aquí, tratando de hacer cosas pendientes en el blog entre otras cosas y resulta que la primera en la frente, pues justo un par de días antes de que diera comienzo el receso primaveral me entró un virus descomunal en el portátil que me dejó incomunicado desde ese medio y sin poder disfrutar de algo esencial para mí como es la música porque unos meses atrás se rompió el reproductor de cd de la mini-cadena y ya hace un tiempo que los discos los escucho en el ordenador. Al margen de todas estas pequeñeces, lo que principalmente me ha sabido mal es no poder hacer un humilde homenaje desde estas líneas a mi chica, que el Domingo cumplió años, así que hoy he puesto a todo trapo este maravilloso álbum de Dreamers Of The Ghetto, que ella misma me descubrió a finales del año pasado y del que me pidió ayer una entrada, así que con entusiasmo en su honor voy a comentar lo que me sugieren estas diez magnificas canciones de la banda de Bloomington (Indiana).

Es de lo mejor que he escuchado en mucho tiempo, rayando a la altura de grupos de onda similar como The National, Broken Records o los primeros The Killers. Cada canción es un honorable himno por su atmósfera y la magnificencia vocal de su líder, un tipo sobrado de valía en ese aspecto, con un carisma elegante y una templanza a la hora de definir las historias que iluminan sus textos de sensaciones agridulces que le convierten desde su condición de héroe desconocido, en un autentico genio.

'Enemy lover' es un álbum que encaja a la perfección entre una hipotética hilera de estante compuesta por vinilos de dEUS ('Vantage point'), Coldplay ('A rush of blood to the head'), Tommigun ('Come watch me disappear'), Bruce Springsteen ('Nebraska'), U2 ('The Joshua three'), The Ponys ('Turn on th lights out') o Simple Minds ('Once upon a time') así como cualquiera perteneciente a la obra de los tres grupos mentados en el extracto de anterior. Añadirle una fuerte carga de personalidad y un tono de voz similar al de Rod Stewart en sus inicios al frente de The Faces y tendréis una clara pista de hacía donde van dirigidos sus tiros, un popurrí de influencias intemporales que dejan un poso de rabiosa actualidad.

La aventura comienza con "Antenna", una intro instrumental de apenas dos minutos que les acerca al ideario de Brian Eno en su faceta como compositor de bandas sonoras y que además camina sobre las coordenadas del dream-pop para ir cogiendo forma como ideal presentación, "State of a dream", ritmo sobrio y quebrada en el aspecto vocal, una pieza robusta con un riff hipnótico de guitarra que podría encajar en el 'Draconian times' de unos trasnochados Paradise Lost, indicando que su espíritu sonoro no entiende de prejuicios, "Connection", un corte sensacional que crece en cada rasgo de las seis cuerdas, evolucionando hacia un terreno donde los seguidores de The Temper Trap aplaudirán a rabiar, "Regulator", siguiendo la estela marcada por las anteriores, con un ligero sabor a café con la justa medida de azúcar en su estribillo, aportando ese rayo de luz que necesitaba el minutaje, "Always", muy posiblemente mi pista favorita del último curso, una canción que podría escuchar horas y horas sin parar y que me hace soñar despierto con miles de cosas que espero con impaciencia, una delicia que posee una base constante acompañada de un compás de batería rudo pero excelso y una armonía incomparable, sin duda la mejor del disco, "Dark falcons", más próxima al manual de estilo de bandas como Interpol, Editors, Placebo y The Mary Onettes, pero con la curiosidad de que parece interpretada por David Bowie por el encanto sugerente de su desarrollo, y "Tether", cierre alargado hasta sobrepasar los siete minutos, al que no le falta de nada, ni unas polifonías que hubiera firmado con los ojos cerrados el mismísimo Peter Gabriel, ni unos leves elementos electrónicos que nos llevan a pensar en esta gran formación como un idóneo reclamo para cerrar un festival de estadio.

Melodías que activan nuestra adrenalina con ese manto épico que denotan sus teclados y la electricidad, para un trabajo que podemos encuadrar dentro del género indie-rock aunque huya de la etiqueta de marras a base de una precisión milimétrica en la ejecución. Cada nota crea un nuevo ambiente, una emoción distinta, lúgubre y esperanzadora a la vez, imprescindible de gozar en su conjunto como si de una idea conceptual se tratara. No me siento exagerado si digo que este debut del cuarteto estadounidense es una obra maestra de nuestros tiempos, porque cuando la música suena así de bien solo queda quitarse el sombrero.

No comprendo como no ocupan portadas, ni como resulta tan complicado encontrar información sobre ellos en cualquier publicación escrita, y aún menos como puede ser que no entraran en ninguna lista sobre lo mejor del año, pero me conformo con tenerlos entre mis favoritos del momento y poder transmitirlo en este espacio contento ante la posibilidad de que alguien más comparta mi pasión con ellos, tal y como mi querida Sra.Esmiz, a la que imagino con una sonrisa tan amplia que le deja mojadas las orejas al escucharlos, en unos días que han tenido más sombras que luces por haber sido quizás la semana más dura de su vida, pero que no han conseguido derrocar su fuerza ni ese aura que la convierten en la persona más adorable del universo. Así pues solo me queda decirle desde estas líneas aquello que cantaban en el musical 'Carousel' y que han popularizado casi más los hinchas del Liverpool...'you'll never walk alone'... y por supuesto, por enésima vez esta semana, felicitarle por su cumpleaños, que nunca está de más volver a hacerlo :P

Dreamers Of The Ghetto son los hermanos Lucas y Jonathan Jones, Lauren Jones (esposa del primero) y Marty Sprowles.