domingo, 17 de junio de 2012

BRIAN

UNDERSTAND (1992)

Que abandonado tengo al indie-pop en este blog desde hace meses. Me he dado cuenta de que ha pasado mucho tiempo sin que le de cabida a las guitarras y melodías cristalinas, de hecho si echo la vista atrás para hacer memoria, quizás el último grupo puro dentro de ese género al que dediqué unas líneas fue Another Sunny Day y si hago recuento, veo que en los dos primeros años de existencia de esta humilde bitácora, creé un buen puñado de entradas a bandas del estilo, pero en un largo período, ni rastro del mismo. Pues nada, a poner remedio se ha dicho que de vez en cuando es muy saludable dar un giro brusco de sonoridades.

Que mejor forma de hacerlo que recuperando a un grupo y un disco malditos, ya no tanto por su contenido sino por su discreta fama y distribución, por pertenecer a esa hornada de desconocidos de culto que cuenta con un buen número de adeptos a pesar de ser tan difícil la misión de encontrar referencias sobre ellos. La razón puede que sea que al final todos somos un poco curiosos y cuando acogemos del boca a boca una recomendación sobre algo de lo que apenas tenemos conocimiento, se despierta en nuestro interior un interés supino. Eso mismo me pasó con este proyecto liderado por Ken Sweeney y natural de Dublin (Irlanda), pero afincado en Londres (Inglaterra).

De la mano del gran sello Setanta y con la mirada puesta en el catálogo del mítico Sarah Records, este pequeño genio creó una autentica maravilla con su debut en formato largo 'Understand'. Ecos de The Smiths ante todo, pero también con algo de sus reconocidas fijaciones, Triffids, The Divine Comedy, American Music Club, McCarthy y The Go-Betweens, para un sonido majestuoso que todo buen amante del pop debería tener en su discoteca particular. Una colección de canciones tenue, sutil y, a veces, triste, afligida, como si las estrellas del cielo y la sensibilidad de la tierra firme se fundieran en un beso descuidado. Analizando los parámetros se ve seriamente la devaluación de la importancia de este cuaderno de bocetos, que nos da una visión de los primeros pasos de un talento evocador e inquietante en un detonador auditivo que abraza cada uno de nuestros temores para convertirlos en un bálsamo en los ojos de su belleza. Rico en texturas, con guitarras, mandolinas y contrabajos envolviendo las piezas, con cuerdas sintetizadas añadiendo exaltación cuando es necesario y con unos textos que idean una parábola que bien podría significar el como hacer frente a la decepción, al amanecer de la conciencia, a enseñar que la vida no es una alfombra mágica, pero que sólo vale seguir adelante con ella, que todavía quedan mil cosas por vivir y disfrutar cuando uno cree haber tocado fondo. Estas ocho pistas son idílica pasión, entrañable melancolía y confortable delicadeza.

Bastará una escucha para que saquéis todos vuestros recuerdos emotivos relacionados con la profundidad de la memoria selectiva, los que siempre nos hacen sonreír al recordarlos. Sin una sola joya que rehusar este álbum se digiere como un todo, con la inicial "Understand", que da título al mismo y se puede identificar como la mejor del lote, con todos los arreglos exquisitos que se reconocen en la obra de Brian, sus susurros vocales sentidos, sus progresivas melodías y su refinado gusto por la alta fidelidad, "Big green eyes", vaporoso goteo de añoranza ilusionante con reflejos de luz abrumadora en clave acústica, una maravilla, "You can't call home", que en cierto modo guarda similitudes con el "Elephant stone" de The Stone Roses, en el ritmo y la inquietud, pero con un filtro más pop si cabe, "A million miles", digna declaración de intimidad iluminada por un tejido atmosférico brillante y exenta de percusiones para alzarse con la victoria en el terreno de la suavidad, "Don't leave me behind", pulso ambiental de altos vuelos, caída libre con red kilométrica esperando, la respuesta minimal al "Just like heaven" de The Cure, una perla que uniría al corte de apertura a la hora de elegir mis predilectas, "You don't have a boyfriend", de letra curiosa, recitando un pensar de chico objeto, como si le cantara a esa chica que le trae de cráneo que se decida de una vez en la difícil decisión de seguir siendo algo más que amantes o al contrario pasar a ser él una persona relevante en su vida en todos los aspectos, "It never crossed your mind", color claro, armonías veloces y entrañable proximidad, y "Time stood still", coqueta, desnuda, en cierto modo frágil despedida de adorable humildad.

Aprovechando que me acabo de enterar de que mi apreciado colega Bboyz de 'Café, copa y puro' celebra el tercer aniversario de su bendito blog, edito para dedicarle esta entrada por ser una persona excepcional con la que he podido compartir muchas horas de afinidad musical desprejuiciada y con la corazonada de que en algún momento de su vida ha disfrutado con este álbum. Gracias a él he aprendido a apreciar mucho más los pequeños placeres auditivos del pop. Larga vida a su 'criatura'!

2 comentarios:

  1. Ay truhán , al final me vas poner colorao y a inflar como un pavo , ahora precisamente que he perdido unos kilillos.
    En cierta época de mi vida cuando vivía totalmente de espaldas al BritPop: Sarah , Setanta y Sinkhansen fueron los que no me hicieron perder la fe por las armonías frágiles del pop MAYÚSCULO. Hace unos días le sacaba el polvo a un mastodóntico clasificador de cd's que me compré hace años: Brian , Aislers Sets , Would be goods , Boyracer y un montón de bandas olvidadas asomaban las orejas por allí. Me ha entrado la tentación de llenar este verano de entradas el blog , mira que hay estupendas cosas perdidas por ahí; de la mayoría ni me acuerdo (que estoy otra vez en Italia y no lo tengo a mano)pero cuando llegue prometo enumerarlas ya que me las voy poniendo los findes en el equipo del comedor , un reproductor de cd's TEAC figurate.

    Para alguno esto sonará a prehistoria lo se , a ñoñeces también lo se y diría más , la mayoría de estas bandas son para muchos copias iguales de un mismo patrón. Yo sin embargo nunca me cansaré de escucharlas , y no porque me recuerden a The Smiths (que me recuerdad hasta cierto punto)si no porque me parece tan necesario para el alma , sacar la rabia que lleva uno dentro con un buen guitarrazo o descyuntarse bailando con una voz negra , como acurrucarse y enternecerse escuchando piezas que bien podrían ser figuritas de vidrio de Murano. Equilibrio como digo yo.

    Ya te puedo asegurar que sin vosotros yo no estaría aquí , aun me acuerdo de esa entrada del concierto de Tindersticks que nos hizo conocernos ¿casualidad no?? UN ABRAZO AMIGO!!

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  2. Que buenos tiempos Bboyz, como me alegra que te haya gustado este recuerdo y que tuvieras este disco tan reciente en la memoria.
    Si llenas el blog de estas cosas, me voy a hacer un asiduo nostálgico en los comentarios, como ya te podrás imaginar, jeje.

    Siempre se ha tildado a estas bandas de continuistas del legado de The Smiths, y la verdad es que me pasa como a ti, que si que les veo connotaciones pero también otras influencias, amén de una personalidad propia, no veo porque hay tanto detractor. Es un poco como lo de asociar a Interpol, Editors, She Wants Revenge o The Mary Onettes con Joy Division, cuando en realidad la sombra de The Chameleons planea como máxima fuente de inspiración.

    Si este estilo es prehistoria pues somos Pedro Picapiedra y Pablo Mármol a mucha honra, jaja. Es imprescindible ese equilibrio del que hablas en esos momentos en que la música une el pensamiento con el estado de ánimo. Da tanto de sí este arte que para que negarse a abrir los oídos. Adoro estos álbumes, son como pequeños compañeros de viaje al interior de uno mismo.

    Gran día el de Tindersticks, recuerdo aquella crónica tuya como si la hubiera leído ayer y también me viene a la memoria que pensé que era genial que alguien estuviera a la misma hora que yo plasmando su opinión sobre aquel directo tan grato.
    Un abrazo y dile a los italianos que te paguen una cena con un buen Vega Sicilia que nos deben una por lo de la selección, jeje.

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