ALT-J

AN AWESOME WAVE (2012)

Independientemente de la última entrada sobre Uma Totoro, llevaba un siglo sin dar cabida a novedades por estos lares, aunque en cierto modo era a propósito, pues la finalidad de este humilde blog no va tanto por ahí, más que nada porque ya hay muchos en la red que optan por ello, sin embargo si que me apetece de vez en cuando escribir sobre bandas noveles o poco conocidas que presenten su debut como en esta caso voy a hacer con el cuarteto de Leeds (Inglaterra), Alt-J. Desconozco si la acogida de 'An awesome wave' ha sido aceptable, pero en mi opinión personal debería haber sido de las que marcan época. La puesta de largo de estos muchachos es increíble, innovadora, accesible, adictiva y eficaz como pocas, tanto que casi ni necesito escuchar más para llegar a la conclusión de que va a ser mi álbum favorito del año.

Se conocieron dos de sus cuatro miembros, en su etapa como estudiantes en la universidad de su ciudad natal en el 2007, (salvo el vocalista que se licenció en literatura inglesa, el resto del grupo lo hizo en bellas artes), y allí, en su segundo año de carrera, compusieron y grabaron una serie de composiciones caseras como divertimento, inspirándose en los alucinógenos y las enseñanzas del padre de uno de ellos, que tocaba la guitarra con bastante destreza. Como tan solo disponían de métodos básicos, realizaron todo el proceso con un programa informático llamado GarageBand que permite al usuario crear bases de todo tipo, pero inmersos en ese hobby sin la idea de llevarlo más allá de la habitación que compartían en el campus, se cruzaron en el camino de otro intrépido alumno con el que apenas tenían trato pero que llegó de rebote a su propuesta para sumarse al proyecto de inmediato, enamorado de lo que hacían, en un sentimiento mutuo que derivó en otro 'fichaje' más sacado del lugar, y el cierre de una formación que pasaría a llamarse en una primera instancia, Daljit Dhaliwal y más tarde Fims, para hacerlo más fácil de recordar. Todo quedó en anécdota cuando llamaron la atención de la gente de su ciudad a través del boca a oído y consiguieron firmar por el sello británico, Infectous Music, casa discográfica de bandas como Local Natives, The Temper Trap o la cantautora Emmy The Great, donde su filosofía encaja a la perfección. Para entonces ya habían abandonado sus primeras denominaciones (una la posible queja futura de la presentadora de noticias del canal Al Jazeera-England, cuyo nombre cogieron prestado, y la otra por la coincidencia con una banda punk californiana).

Fueron dos años hasta cerrar todo ese proceso y entrar en el estudio de grabación, pero una vez dentro lo que se fraguó allí fue memorable. Alt-J, suenan personales cien por cien en el desarrollo de una marca precisa y única de finalidad pop, que se basa en versos conmovedores, sintetizadores aplastantes, inteligentes síncopas de hip hop y apretadas armonías vocales, con registros vocales que van del falsete al parafraseo aniñado y cubriendo todo ese excepcional tratado de un manto folk electrónico al que prometen dar continuidad a menudo desde su nuevo chalet adosado adquirido en la ciudad de Cambridge (Inglaterra), donde se han trasladado todos a vivir con el objetivo de centrarse plenamente en el proyecto.

Si tuviera que recomendar un solo álbum de este curso, sería sin duda este, y el mejor aval para hacerlo sería el magnifico cancionero que presenta comenzando por la inicial "Intro" a piano que abre el minutaje, una precisa base instrumental que arrima el hocico al post-rock en sus primeros movimientos para luego acoger las voces distorsionadas que emulan el mejor trip-hop de los 90's con su melodía cristalina, recordando en algún instante a sus paisanos de Terranova, un buen principio que pronto se ve variado por la coralidad desnuda de "(Interlude 1)", breve pero excitante dando la clave para entender porque esta obra es distinta a las demás, en su virtud de ofrecer un imaginario estimulante que se aleja de la rutina, y en beneficio de ello coge el testigo "Tessellate", una especie de gospel futurista con un fondo abrumador, una portentosa creación que nos lleva a mil paraísos mentales, en deuda con los géneros afiliados a la mal llamada 'música negra', "Breezeblocks", la que muy posiblemente sea su más accesible y bailable pista, la que seguro se hará popular con el tiempo, porque no tengo duda de que este grupo será muy grande en unos años y se buscará esta referencia para comprobar de donde viene tanta maestría, pero eso da igual, como ellos nos quieren hacer entender, lo que importa es el aquí y ahora, y esta canción es de lo más brutal que encontramos en la actualidad, lo tiene todo para triunfar, buena melodía, excelente polifonías, velocidad, calma, épica, sencillez, ritmo, energía, nitidez, progresión, cambio, empaque y encanto, acto seguido vuelve otro más de sus paréntesis con "(Interlude 2)", esta vez sin voces, solo con una guitarra acústica y un leve cuchicheo marítimo (o al menos eso deduzco libremente), capaz de acariciar el alma del oyente desde dentro en un efímero impasse que apenas supera el minuto de duración, "Something good", mi predilecta del lote, una de esas maravillas que me cuesta describir de cuando en cuando, una deliberación de estilos que hace brotar una magia celestial, como si unieran cuatro temas en uno, con las progrmaciones llevando el peso y la voz iluminando el exterior, ambient alternativo lo podríamos llamar a esto, "Dissolve me", que me hace ver que no es justo decir que su antecesora es mi mayor apreciada de la colección, pues los aires festivos dan la nota adversa, el equilibrio entre sobriedad y júbilo, con unos coros que habrían querido firmar Animal Collective de haber pretendido ser un combo convencional, y con una potencia descomunal en sus crecidas sonoras, "Matilda", otra que definitivamente me hace borrar lo dicho...es imposible quedarse con una sobre las demás, todo el disco es enorme, aquí no sobra ni falta nada, cada corte es una celebración, en este caso, podemos ver un ejercicio de honestidad sentimental en su texto y un guiño melancólico en el registro vocal que sin haber estado antes ausente, aquí se manifiesta a viva voz, "Ms", y si Fleet Foxes descubrieran las máquinas, pero además dándole unos ecos afro a sus armonías?, "Fitzpleasure", de tan rara, acogida con gusto, en retazos eléctricos que se afilian al devenir de sus compatriotas Late Of The Pier, "(Interlude 3)", último de sus caprichos testimoniales, que en esta ocasión es un simple zumbido de voz que enlaza con "Bloodflood", pop-rock de estadio que flirtea con Coldplay sorprendentemente en sus primeras notas pero que finalmente está mas apegada al rollo psicodélico de Yeasayer o sus compañeros de escudería Local Natives, y "Taro", precioso dream-pop a lo Beach House con un final entre hindú y celta que se me antoja apoteósico, finiquitando, a mi juicio, una obra maestra. No he parado de dedicarle escuchas desde que me lo regaló mi chica, la cual me tiene calado el gusto, y a la cual dedico este extenso post (ya ves que he destripado todas las canciones para complacerte, mi solete).

El nombre de la banda se usa en las ecuaciones matemáticas para mostrar el cambio. La idea de cogerlo para la banda apareció en un punto de inflexión en sus vidas y de ahí su elección. Gwil, Joe Newman, Gus Unger-Hamilton y Thom Green, son sus componentes.