domingo, 18 de noviembre de 2012

WEEN


QUEBEC (2003)

Ese par de ejemplares que veis colgados en la imagen de la izquierda son probablemente por encima incluso de los miembros de Bloodhound Gang, los dos individuos más guasones, golfos y dementes de la historia del rock alternativo, y con ese gesto reflejado en la instantánea solo hacen que dar fe a lo que digo. Provenientes de New Hope (Pennsylvania) al igual que los otros zumbados con los que les acabo de comparar en enajenación mental transitoria (bueno, los otros son de Collegeville, otra localidad perteneciente al mismo estado), a Ween se le puede considerar una de esas bandas incombustibles que nunca han conquistado al gran público pero que cuenta con un gigantesco número de fieles que siempre han sabido admirar su calidad, su coherencia a la hora de abarcar una enorme paleta de estilos y su actitud ante la vida, siendo capaces de quitar hierro a cualquier asunto turbio poniendo banda sonora al fino despiporre con su eclecticismo, combinando letras humorísticas, surreales y políticamente incorrectas con un sonido de afiliación lo-fi (algo más notorio en su primera etapa), voces distorsionadas y una gran cantidad de influencias de artistas a los que homenajean o parodian.

Siempre me han parecido un divertimento pecaminoso sus álbumes. Son locuras que me encanta escuchar del tirón, sin descartar nada, ni siquiera seleccionar, y es que es tanta la miscelánea que para que prescindir de algo que lleve su firma, de hecho hoy cuando he llegado de jugar el partido más bronco en el que recuerdo haber participado, mientras me quitaba restos de uñas y huesos de codos de los rivales de mis costillas (malditos carniceros, que se preparen en la segunda vuelta que la venganza es un plato que se sirve frío y voy a defender como un asesino en serio...no en serie, no, que sé lo que me digo), he recogido el guante lanzado en los comentarios del post anterior por mi apreciado colega Silencekid, responsable de esa biblia llamada 'Mi paraguas sandinista', y me he puesto de fondo los discos que tengo de esta buena gente, para decidirme por alguno en concreto con la idea de dedicarle la entrada de hoy, y ha sido una tarea francamente difícil que se ha resuelto por un ínfimo detalle. Es tan difícil optar por destacar algo en concreto de ellos que finalmente me he dejado llevar por mis pies, que viendo lo que se estaban moviendo durante el transcurso del tema que abre este 'Quebec', me lo han puesto a huevo.

Habrá a quien ni se le pasará por la cabeza tomárselos en serio, quien piense que son un chiste o hasta quien le parecerá de mal gusto que dejen con la sensación de que todo esto es un circo, que la seriedad en la música muchas veces aburre o que hablar de ella, como dijo Frank Zappa, es como bailar sobre arquitectura, pero insisto, yo opino que son caballo ganador, una cura de humildad y un ejemplo para las nuevas generaciones. Casi treinta años al pie del cañón, una discografía suculenta compuesta por la nada desdeñable cifra de veintidós álbumes (seis de ellos en directo), la admiración de gente como Mgmt, Phish o Sound Of Urchin y la amistad de gente considerada del núcleo dura de la cordura como Josh Homme de Queens Of The Sone Age, el gran Mark Lanegan de Screaming Trees y colaborador de Soulsavers (entre muchos otros), y el no menos grande Henry Rollins, unido a que todas las altas esferas que representan la inabarcable cantidad de palos que tocan, han declarado su respeto hacia ellos, da buena cuenta de lo imprescindible que es su propuesta para los tiempos que corren.

Rock en todas sus definiciones habidas y por haber, ya sea psicodélico, alternativo, experimental, progresivo, matemático o chichinabesco, jazz, pop, gospel, folk, heavy metal, country, hip-hop, punk, hardocore y hasta flamenco, no hay género que se les resista ni pase por alto. Cada obra publicada es una muestra de todo ese bulevar de melomanía que abarca influencias reconocidas tan dispares como Pink Floyd, Thin Lizzy, Grateful Dead, The Beatles, Devo, Miles Davis, Jimi Hendrix, Nirvana, Beastie Boys, Butthole Surfers, Public Enemy y They Might Be Giants (con quienes se les ha comparado en alguna ocasión) y de todo lo que han presentado en sociedad, elegido al azar como he explicado antes, traigo este genial disco, antepenúltimo en su cuenta particular y el que hace el número catorce de los realizados en el estudio, un cicló que se abre con ese robusto tributo a Motörhead llamado "It's gonna be a long night", un trallazo que deja sin aliento, crudo, vitaminado y corpulento, haciendo tronar las guitarras y acercando el tono vocal al registro del mismísimo Lemmy Kilminster para dar más veracidad al asunto, "Zoloft", cuelgue absoluto, bofetón a los espabilados que como yo creímos la primera vez que degustamos esta colección de canciones, que la cosa iría en una misma línea y sería muy rockera, pues nada más lejos de la realidad, golpe en la mesa y abrazo al pop tontorrón y celestial, como si no les conociéramos, anda que se iban a conformar con picotear en una sola rama, "Transdermal celebration", uno de los estandartes del lote, un corte excelente en emoción, cercanía y efectividad, una de mis dos favoritas, con ese intervalo central tan atractivo, sin duda una de sus mejores piezas, más próxima a lo que hacían The Halo Benders que a cualquier otra cosa homenajeada o parodiada a conciencia, aunque en honor a la verdad, si esto fuera con cualquiera de las dos intenciones, sería mas creíble la primera opción, ya que cuando hacen algo con aprecio se percibe enseguida, "Among his tribe", folk de aires psicodélicos en onda The Beta Band, "Tried and true", mi predilecta del grupo, una maravilla pegadiza y adorable que no necesita otras palabras de refuerzo para defenderla, si acaso, estupenda, perfecta, redonda, "Hey there fancypants", ida de pinza cabaretera, para echarse unas risas con la elegancia caballerosa de su letra y tararear su instrumentación a lo Django Reinhardt (sin la virtuosidad de éste, claro, que ni falta que hace), "Captain", como si los Elbow se pusieran de ácido hasta las cejas y oscurecieran más su discurso con algún tintes setentero, "Chocolate town", uno de esos simpáticos paseos por el country pop dulzón, que tan bien se les dan, al igual que "I don't want it", que en ganancia tiene un poco más de garra, una preciosa tonada de espacios abiertos que bebe de la inagotable fuente de Lennon y compañía, "The fucked jam", salto extremista, y es que aquí se sumergen en la electrónica nerviosa más atroz y próxima a las bases del hip-hop, en una línea que recuerda el 'Deeper underground" de Jamiroquai pero sin voces ni disciplina, pura jerarquía Ween, "Alcan road", tapando huecos atmosféricos con ahínco y misticismo, "The argus, clase de manual añejo, un traslado mental al pasado, en la era del inconformismo sonoro, del mismo modo que lo es esa sensacional despedida "If you could save yourself (you'd save us all)", que en su última parte bien podría haber sido firmada por Pink Floyd dentro de su conceptual 'The wall.

Dean Melchiondo Jr. y Aaron 'Gene' Freeman, dúo que lidera la formación y que se conoció en la pre-adolescencia en una clase de mecanografía, con la ayuda del Andrew Weiss (que además fue el productor del álbum), Josh Freese (batería de The Vandals y Devo), Sim Cain, Glen McClelland, y David Dreiwitz, grabaron esto. Puede que tengan discos más míticos, pero este es igual de grande que todos los demás que han hecho. Hace escasos meses anunciaron su separación a causa de los problemas de 'Gene' con las adicciones (alcohol y drogas, para variar) y su interés por alejarse de todo ese mundo devastador, así que solo nos queda recordarles y agradecerles que dieran una nueva perspectiva del rock, distanciada de todos esos grupos que son más sosos que Manuel Pellegrini con cuarenta de fiebre (antes usaba a Vicente Del Bosque para esta comparación, pero el hombre, desde que es seleccionador sonríe mucho, así que ya no vale). No querría olvidar el recomendar el disco que editaron junto a los japoneses Boderoms, bajo el nombre de Z-Rock Hawaii, una barbarie, y comentar la procedencia del nombre del grupo (Ween, digo), que es un juego de palabras con la expresión 'Wuss', que vendría a ser algo así como 'cobardía' y 'penis', que creo que no es necesario que...en fin, que Ween para siempre!!

2 comentarios:

  1. Ahí está el Chris Paul de los blogs! Raudo y veloz! ; )

    No te voy a decir que me esperaba esta elección, pero casi. Es cierto que a mí me parece el más completo de todos los que conozco, y alguno me falta. Mi debilidad es el White Pepper, como ya sabes, pero porque fue el primero que descubrí. Con el tiempo este Quebec me gusta más. Eso sí, me has dejado frío con lo de la separación, aunque supongo que tarde o temprano, la(s) cabra(s) tirará(n) al monte jeje.

    Siempre es un poco locura describir un disco de estos mamones, pero vamos, que te ha que quedado muy completo el post, caballero!

    Como diría Borja Pérez, el de Basauri, locurón el partido de Lakers de ayer. La madre que los parió. Eso sí, todo un lujo para el espectador.

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  2. Aivalera! jaja, que simbiosis, colega, jaja, justo contesto el comentario de ayer, publico y veo que ya te has pasado por este :D

    A mi el 'White pepper' me encanta, y aunque suene raro porque quizás sea el más convencional el '12 golden country greats', tiene algo que me engancha siempre que lo escucho. De todos modos no destaco ninguno de sus discos sobre los demás, son todos cojonudos a su manera.
    No sabes cuanto me alegra compartir gusto por esta gente, eres la única persona que conozco que le agradan y aunque suene sorprendente, la única persona que conozco que sabe de su existencia (al menos que yo sepa), manda huevos.
    Espero que vuelvan a tocar, yo no lo descarto porque total todos vuelven, imagina, quien me iba a decir a mi que vería en vivo a Pavement (soy un cabrón por decirlo, lo siento :S). Alguna pedrada habré soltao, si, jeje, son chungos de describir los jodidos estos.

    Viste el partido? menudo cuelgue ha de ser verles correr todo el partido, si siguiera Fisher le daría un siroco sobre el parquet, porque era más lento que el caballo del malo. Mediante pasan los días, me seduce más la elección del nuevo entrenador, porque como bien dices, va a ser un lujo para el espectador. A ver como evoluciona el tema.

    Un abrazo!!

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