jueves, 1 de agosto de 2013

WORKING FOR A NUCLEAR FREE CITY

BUSINESSMEN & GHOSTS (2007)

La semana pasada vi una entrada de Silencekid en su glorioso blog 'Mi paraguas sandinista' sobre un mastóndontico doble álbum de los mallorquines Antònia Font y eso me animó a recuperar discos de esa índole y a comentar con él sobre si cuando una banda edita algo así, peca de pretenciosa, de atrevida, de anárquica o dotada, y si acaban por ser trabajos plomizos o loables. Citaba mi compadre toledano como ejemplos 'Honestidad brutal' del argentino Andrés Calamaro y 'Mellon collie & the infinite sadness' de The Smashing Pumpkins, y claro, pensé en otros, pero esos dos me llevaron a pensar en el ego de sus autores (más del primero, porque tuvo valor de ponerle ese título irónico, el colega), que tal vez llevados por su status de popularidad, no tuvieron reparos en soltar del tirón material con exceso de cancionero al igual que un día hicieron Pink Floyd con 'The wall', aunque los británicos no fueron más allá en cantidad de temas en vez de en minutaje, o más tarde The Magnetic Fields con '69 love songs', y es que en cierto modo se ha perdido la tradición de editar dobles y ahora el que decide hacerlo es examinado con lupa siendo tildado de plasta o cualquiera de los adjetivos que he dicho al principio de estas líneas. Es complicado distinguir el grano de la paja, pero en mi humilde opinión hay trabajos así de abruptos que sin embargo rezuman calidad en cada corte ofrecido y sobretodo mucho sentido.

Este álbum de la banda de Manchester (Inglaterra), Working For A Nuclear Free City, es un buen botón de muestra. Sin ser muy populares, los británicos se liaron la manta a la cabeza en su segundo asalto (cuentan con tres en su haber) e incluyeron veintinueve temas en el resultado final. Una apuesta firme por su talento que sin embargo escondía un reflujo de diversión o más bien un conducto que les llevaría a acoplar todas sus referentes, filias y mitomanías en una brava colección de canciones en las que cabe de todo y huyen de las etiquetas facilonas. Lo que el quinteto propone es simple y llanamente rock, a pesar de que se le englobe dentro del noise, la electrónica guitarrera o el nuevo shoegaze.

Comenzaron en este hará unos catorce años, pero no empezaron a dar conciertos y asentarse como grupo hasta hace cinco años más tarde. Publicaron un debut homónimo un par después cuyo contenido integro incluirían en este 'Businessmen & ghosts', debido a que no tuvo mucha repercusión y su producción era bastante floja, así que en esta versión mejorada cuajaron mejor. La prensa local, ávida de nuevas promesas, se apresuró en describir su sonido como 'un viaje perfecto a través de un lúcido sueño en el que conviven miles de influencias fantásticas' o 'tan fresco como la lluvia de la mañana en los jardines de Piccadilly', además de decir de ellos que eran como una especie de salvación para la maltrecha historia musical de la ciudad en nuestros tiempos, por crear un brebaje prometedor de cara al futuro.

Citan a Devo, Grateful Dead, Bill Evans y Yes como fuentes de inspiración en una clara seña de sus variopintas inquietudes auditivas y es verdad que las canciones están impregnadas de la esencia de ellos, pero también de muchas otras cosas cercanas en el tiempo. Para dar fe, lo más sensato es que os anime a degustar esta bomba de relojería, a deteneros un momento en cada pieza, afinar el oído y los demás sentidos, acoger con accesibilidad este tratado ecléctico y pasarlo en grande, balanceando los pies y tarareando las melodías libremente. La trepidante aventura se abre con "224th day", atmosférica y ensoñadora con cierto regusto post-rock, pero no exenta de ese deje cristalino del género con el que he comentado antes que se les suele asociar, "Troubled son", que perfectamente entraría en el imaginario de Primal Scream por su carga pesada y su base machacona de seductora presencia vocal, "Dead fingers talking", un corte próximo a los últimos Kasabian, plagado de sintetizadores que disparan efectos rudos sin abandonar el ritmo trip-hop que la preside en todo momento, "Rocket", tal vez su mejor canción, con un inicio acústico que puede recordar ligeramente a alguna composición de Blur o The Verve, pero que después en magnifico compendio psicodélico-progresivo, con lo que al final lo más razonable es decir que suena a The Beta Band por los cuatro costados, un póquer magistral que nos mete en harina y que luego es sucedido por un cambio de rumbo apetitoso y más fácil de digerir con "Kingdom", una gema pop en su estribillo pero que viene envuelta por una fuerza enérgica en forma de distorsión hinchada, "Sarah dreams of summer", cuyos acordes parecen alquilados del "Stuck in the middle with you" de los Stealers Wheel del difunto Gerry Rafferty destilando en conjunto el espíritu grácil de los galeses Super Furry Animals por su soleada armonia coral, "Apron springs", elástica y concisa con unos cimientos abrumadores, "All-american taste", imprimiendo velocidad y grados al ambiente y jugando al parón-arranque con mucho tino, "England", particular homenaje a su nacionalidad, una pista madurada y confeccionada al detalle, con su épica justa, y que aún sobrepasando los siete minutos de duración, se digiere de maravilla, "Eighty eight", con unos primeros compases que incrustan en mi memoria los nombres de Hawwkwind y Suicidal Tendencies, gracias a unas ligras conexiones que hago entre diversos principios en común, aunque es probable que la veáis como una suerte de tributo acelerado de algún que otro hit de T-Rex, "Innocence", donde a raíz de un crudo slap funkero emulan tanto a Isaac Hayes como a Propellerheads, en algún lugar entre el soul afrodisíaco del primero y el drum 'n' bass adrenalítico de los segundos, "Heaven kissing hell", dulce como la miel, relajada como la brisa marina, "Asleep at the wheel", vuelta a esos parámetros del nuevo rock instrumental que tan bien se les dan, para ponerse a la altura de grandes como Mogwai y Explosions In The Sky, "Je suis le vent", por alguna razón que desconozco, mi favorita, y digo esto porque tampoco es superior a ninguna, pero la primera vez que la oí sufrí una conexión total con su desarrollo, el cual describiría como un cruce entre Bassement Jaxx y Yo La Tengo, (hay un tema de cada uno que si los unimos, sale algo parecido a esto), "Nancy Adam Susan", abrasiva y furiosa, a la par que enorme, y "The tree", despedida tan delicada como necesaria con la sola presencia de un violín reiterativo y unos sonidos esporádicos. Gigantesco.

Working For A Nuclear Free City son los hermnaos Phil y Jon Kay, Gary McClure, Ed Hulme y Neil  Harris. 

4 comentarios:

  1. EEEEEEEEEEEEENORMEEEEEEEEEEEEE! muy buena entrada, siempre es un gusto que nos recomiendes estas maravillas!

    muaaaaaaaaaaaaaa! bien sabías que éste disco me gustaría muuuucho! y sí, realmente las referencias que das me vinieron a la cabeza, y concuerdo contigo, de hecho mientras lo escuchas dices, esta canción tiene de tal banda... ) y es cierto eso de la esencia a lo Grateful Dead, que ya sabes que los tengo en un pedestal, pues ellos te hacían entrar a su propio mundo y con esta obra me sentí así. Mil gracias ojitos bellos. Un besito tierno :P

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  2. No sabes la alegría que me da que te haya gustado este disco después de que un principio la canción que te enlacé de youtube no te gustara mucho. Yo apostaba por él como un ñalbum de tu agrado y me asusté, jaja, que bien que solo fuera una primera impresión y que después le hayas cogido el punto.

    Este trabajo reune el primer disco y el primer Ep que sacarón, más algunos temas adicionales que debían ir a solas. Fue un acierto agrandarlo y facilitar sus dos anteriores referencias, verdad?

    También me satisface que estés de acuerdo en lo que digo de que cada canción tiene algo que recuerda a cosas que hemos oido anteriormente y que Grateful Dead sea una influencia clara.

    Un beso de tornillo, mi preciosa, que tus ojos no hay dos :)

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  3. asombrosa banda, gracias por compartir!. <3

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  4. No se merecen las gracias, Estuardo!
    Me alegra mucho que te hayan gustado estos mancunianos.
    Una alegría tu visita y tu comentario.
    Un abrazo!

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