domingo, 22 de septiembre de 2013

WOLF PARADE

AT MOUNT ZOOMER (2008)

Tanto va el cántaro a la fuente que al final se acaba rompiendo o al menos ese es el dicho que me vino a la mente cuando me enteré de la definitiva disolución de esta excelente formación canadiense hace dos años, debido a que me figuraba que su periplo tendría un reducido recorrido en vistas de lo prolíficos que eran sus miembros y la gran cantidad de proyectos paralelos que giraban alrededor de su nombre. Después de todo, el nacimiento de este cuarteto surgió a partir de un puñado de referentes de la escena indie-rock de su país con lo que en realidad se trataba de un grupo que decidió juntar sus caminos sin querer dejar del todo su énfasis creativo para centrarse tan solo en esta historia. Simplemente se unieron para estrechar sus lazos comunes y pasar buenos ratos tanto en el local de ensayo como en el estudio, pasos previos al lugar donde mejor lo pasan este tipo de artistas, que no es otro que el directo. No obstante el inesperado éxito de sus discos, especialmente del antecesor de este que nos ocupa, el redondo 'Apologies to the queen Mary', no hacía presagiar con seguridad que rechazaran la posibilidad de asentarse en un largo camino hasta la experiencia, pero así fue con el paso del tiempo porque en el fondo son trasero de mal asiento y en su cabeza rondaba desde un principio la idea de no alargar en demasía esta aventura, para seguir ofreciendo alternativas estilísticas a través de nuevos vínculos.

Pero bueno, de su suculenta hoja de servicios escribiré luego, en la parte final cuando toque el turno de citar individualmente a los artífices de su discografía, porque lo que ahora importa es destacar la magia de sus álbumes, en especial de este infravalorado 'At mount zoomer', que tal vez por la facilidad para recrear hits potenciales de su debut (antes mentado y posteado en su día por estos lares), perdió en la odiosa comparación. Para mi fue algo injusto, aunque reconozco que me costó comulgar con sus canciones en un principio, ya que aquí se olvidan un poco de las melodías pegadizas para dar espacio a una mayor electricidad y un desarrollo más abrupto, que no incómodo. Pasadas unas cuantas escuchas la cosa convence e incluso conquista, por personalidad y originalidad. Estos muchachos, supieron huir de la fácil comparación que supone pertenecer a una tierra de donde han salido peces gordos como Neil Young, Leonard Cohen o Arcade Fire, y sonar a ellos mismos, ardua tarea que esconde tras de sí un mérito tremendo, porque poco importa a ojos de la crítica especializada, capaz de adjudicar la condición de sustituto de esos nombres a todo aquel combo novel que considere a la sombra de estos.

Los de Montreal (Quebec), nacieron a partir de una oferta del dueño de Grenadine Records, Alex Megelas, que a raíz de su amistad con Spencer Krug, voz y alma espiritual de Wolf Parade, que por aquel entonces estaba metido de lleno en los lustrosos Frog Eyes, lanzó a éste la idea de montar algo distinto que estuviera más cerca de su real concepción del pop, estilo que le costaba adaptar al sonido de su banda madre. En poco tiempo estaba todo atado y con buena compañía tenía escritas y compuestas seis piezas que verían la luz de la mano del prestigioso sello Sub Pop y con la producción de Isaac Brock, líder de Modest Mouse y Ugly Casanova, y absoluta inspiración para el sonido final de esa pequeña colección de canciones editadas en formato Ep. Luego vendrían tres trabajos magníficos sin fisuras y un incomprensible bajón de popularidad con el tercero de ellos, 'Expo 86', que sin embargo mantenía el tipo sobradamente. Ahí queda su legado y la posibilidad reconocida aunque improbable de que se separación sea un hiato y vuelvan más adelante.

Ya veremos que pasa con ellos. Mientras tanto disfrutemos con sus innumerables proyectos actuales entre los que aprovecho para recomendar Sunset Rubdown, el entretenimiento principal del amigo Krug en nuestros días y al que dediqué una entrada antaño, peor sobretodo con obras tan geniales como esta, que brilla al son de pistas tan soberbias como "Soldier's grin", alegre y juguetona, con unos ritmos refrescantes que incitan al baile balanceado y al canto desenfrenado, flirteando con el universo de Band Of Horses y el de The National, pero sin dejar de explorar las variantes que ofrece su música, optando por un medio tiempo que coquetea también con los desarrollos instrumentales de unos Built To Spill en estado de gracia, "Call it a ritual", sobria y enrevesada, con una halo de tristeza que la tinta de matices oscuros, hundida en el drama, pero férrea en su promesa de sacar fuerzas de flaqueza para sobrevivir, recordando mucho a lo que hacen por ejemplo Spoon, "Language city", con más corazón y tesón, animando el cotarro con ese teclado que coquetea con el synth-pop sereno, "Bang your drum", que recurre a un clavicordio para dar un toque psicodélico que se anticipa por derecho a lo que han venido creando MGMT desde su aparición, un tema curioso y extraño que se aleja de la accesibilidad, hasta que hace acto de presencia ese estribillo tan afín al discurso glam de David Bowie, "California dreamer", donde pasan a convertirse en los Bee-Gees del indie-rock con todas las diferencias que conllevaría que los hermanos Gibb hubiera sido jóvenes en otra época, "The grey estates", la mejor canción del disco acorde a mi humilde punto de vista, una sensacional estimulación frenética para conectar cuerpo y alma, "Fine young cannibals", seductora pieza que rasga la guitarra envuelta en una línea atmosférica preciosa y que en su título rinde homenaje (no sé muy bien porque) a la olvidada banda de Birmingham (Inglaterra) del mismo nombre, "An animal in you cave", con la teatralidad de unos Xiu Xiu en clave optimista, y "Kissing the beehive", épica despedida que supera los diez minutos de duración, entre loops, sintetizadores, riffs agradables y compases robustos.

Spencer Krug (anteriormente en Frog Eyes y ahora en Sunset Rubdown, como he comentado antes, y que también ha militado en formaciones como Swan Lake, Fifhts Of Seven o Two Tonne Bowlers), Dan Boeckner (que vino de Atlas Strategic y que hoy se lo pasa en grande en Handsome Furs junto a su esposa, Alexei Perry y en Divine Fits con su amigo inseparable, Britt Daniel, vocalista de sus paisanos Spoon), Arlen Thompson (que colaboró como batería en varios temas de Arcade Fire y que hoy podemos encontrar en las filas de Treasure Hunt) y Dante DeCaro (que llegó desde Hot Hot Heat para sustituir a Hadji Bakara, y que en la actualidad está inmerso en Johnny And The Moon), grabaron esta colección de canciones en el viejo castillo-estudio propiedad de Arcade Fire. Como datos curiosos decir que el álbum se iba a llamar en un principio como la última pista del lote, pero por problemas con la novela del mismo título escrita por Jonathan Carroll a finales del pasado milenio, pasó a llamarse 'A mount zoomer' en honor al grupo A Silver Mt.Zion y al eufemismo que se usa en British Columbia para referirse a las setas alucinógenas.




2 comentarios:

  1. Creo que Sunset Rubdown también está en descanso indefinido :( No sé qué es lo que está haciendo exactamente el amigo Spencer Krug, pero ya le vale, dejarnos sin dos bandas tan geniales de una tacada. Soy más de Sunset Rubdown que de Wolf Parade, por eso, pero ambas son muy buenas. Me quedo con las ganas de verles en directo.
    Un saludo maestro!

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  2. Que pasa, tio!? siento la tardanza en contestar, es que ando por el pueblo disfrutando de las segundas vaciones veraniegas por mis queridas tierras zaragozanas (sí, se que estamos ya en Otoño, pero aquí hace áun un calor del copón), y aún no había conseguido 'robar' conexión en la casa de ningún amigo para contestarte.

    Spencer es un grande infravalorado. Me gustan mucho Sunset Rubdown, pero Wolf Parade me parecen sensacionales, una maravilla de banda que me deprime no haber visto nunca en directo y pensar que es difícil que surja una oportunidad en vistas de como están en la actualidad de parados.

    Handsome Furs y esa onda expansiva de la que salieron sus miembros me parecen un buen bálsamo para olvidar las penas, no obstante. Investigue caballero, no se arrepentirá!
    Un abrazo, y a ver si nos vemos pronto, macho, que esto no pué ser!! :D

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