martes, 15 de octubre de 2013

GROUPLOVE

NEVER TRUST A HAPPY SONG (2011)

Muchas veces le doy vueltas a lo deprisa que transcurre nuestra vida, en el breve espacio que se recorre de la niñez a la adolescencia y la presunta madurez de la etapa adulta, sin ir más lejos hace escasos minutos he estado reflexionando sobre el tema a raíz de un episodio de 'Los Simpsons', en el que Homer se prestaba a leer un cuento a su hija Lisa y comentaba que la lectura infantil abierta a un público adulto era solo para depresivos y solitarios, para después acabar leyendo el libro a escondidas sin responder a ese perfil, y es que resulta tan curioso como triste o incongruente que las personas pasemos parte de nuestra existencia metidos en una coraza negando que continuamos teniendo un niño dentro de nosotros que rige todo nuestro sentir emocional desde la más absoluta espontaneidad y la más evocadora pureza. Nos queremos hacer los mayores cuando en la intimidad poseemos esa entrañable inocencia de ver las cosas sin baremo alguno, gozando del presente con los placeres que nos da el ocio, y sin embargo nos da vergüenza que eso se vea desde el exterior, que mal. Por eso me gusta poder decir abiertamente que durante gran parte de día encuentro mi lugar en el mundo haciendo el canelo, bailando como un tarado, canturreando canciones inventadas o haciendo chistes alpargateros ya sea en compañía o en soledad. Considero que siempre es bueno abrir la puerta del recreo para dejar que aquel chiquillo que antaño aprovechamos ser, siga teniendo voz y voto en los rumbos que decidamos elegir en esta losa que la sociedad llama responsabilidad.

La cosa es que dentro de esos caprichos que le damos a ese entrañable peque que nunca dejamos del todo aislado, yo personalmente disfruto de los videojuegos, en parte porque cuando tenía la edad razonable para viciarme de lo lindo a eso, no disponía ni de ordenador ni de consolas, pues como he explicado otras veces por aquí, tarde muchísimo tiempo en entrar en contacto con la tecnología, de hecho era un caduco entre mis amistades y me convertía en un autista redomado cuando alguien hablaba de tecnicismos propios de dichos aparatos. El caso es que, a la vejez viruelas, ahora por lo menos un par de días a la semana acostumbro a ir a casa de un amigo para echar unas partidas al NBA 2k13 y antes lo hacía con su hermano para echarnos unos retos al Fifa '12. Tampoco soy muy aficionado ni mucho menos avispado en ese arte, pero me es sumamente entretenido, así que lo hago con regularidad y después de todo, con ello doy un sentido a mi procedencia, porque igual que el chándal es el traje regional de L'Hospitalet, la Xbox y la Play Station, son el deporte regional de mi querida ciudad. Dentro de esa deuda con lo que debí haber tenido como hobby principal en la niñez (aunque soy consciente que mi generación tampoco tenía las ventajas que tienen los críos de ahora respecto a esto) uno de los buenos factores colaterales que pueden agradar tanto a los que reniegan de su edad desenfadada como a los que se obsesionan con la seriedad constante, está el beneplácito de que los que aprecien la música y lo reconfortante que es ir escuchando cosas nuevas de forma inesperada pueden toparse en casi cualquier aventura audiovisual con suculentas bandas sonoras, siendo esta vía una fuente inagotable, te guste el género que sea.

A través de distintos títulos que he visto esporádicamente en casa de ese par de colegas, he conocido bandas y artistas muy interesantes totalmente desconocidos para mi, como Saul Williams, Kreeps, Two Door Cinema Club, Middle Class Rut, Tubeway Army (con el mítico Gary Numan en sus filas), Daiki Kasho, La Vida Boheme, The Organ, A Silent Film, Cut Copy o estos Grouplove de los que quiero escribir hoy, entre otros muchos. Es todo un oasis, ya no solo de nombres impopulares sino también de ilustres del momento, tales como Tv On The Radio, Gorillaz, Bloc Party, Band Of Horses, Foster The People, The Strokes, Glasvegas, Santigold o Kasabian, pero quien más me ha llamó la atención en su día fue este joven grupo de Los Angeles (California), cuyo remix de un tema propio se me introdujo en la cabeza hasta el punto de crearme una adicción permanente. Aparecía en un juego de fútbol de no recuerdo que año, supongo que el de la edición del disco, y la oía con frecuencia mientras hacíamos los cambios de plantilla, con lo que llamado por la curiosidad busqué al cabo de una semana algo de material de ellos.

Con poco recorrido a sus espaldas pero con unos movimientos bien medidos, Grouplove, recuperando para la causa ese pop adolescente de talante indie-rock con sus pinceladas de emocore noventero y dance alternativo dando un enfoque exultante a su discurso. En los dos discos publicados en su cuenta particular en los cuatro años de existencia que llevan activos, los californianos han sabido compaginar frescura con talento mezclando géneros comunes. Su eclosión fue rápida (si se puede usar esa palabra para describir su tímido despegue), en menos de un año de funcionamiento ya había girado por su país de cabo a rabo como teloneros de Alt-J, Florence And The Machine, The Joy Formidable, Youth The Giant y los antes mentados Foster The People, y entrado a formar parte del célebre Lollapalooza, amén de participar en el no menos legendario Glastonbury británico, y todo gracias a este intenso debut que se mueve en la misma dirección que la discografía de gente como Awolnation, The Naked And Famous, Cymbals Eat Guitars, Passion Pit Freelance Whales o Walk The Moon, dicho esto solo para que os hagáis una idea de por donde van dirigidos los tiros en su propuesta. Cuenta con canciones de efectivo gancho como la inicial "Itchin' on a photograph", que se inicia con esas palmas y ese punteo conciliador que acompaña la melancólica voz de su líder, antes de que entre la maquinaria emulando a los olvidados Avi Buffalo y su psych-pop de altos vuelos y estribillos enganchadizos, un tema que pone las cartas boca arriba indicando que lo que impera aquí es la jovialidad y el desenfreno teen, "Tongue tied", con esas cuerdas rasgadas que van ganando en emoción hasta que irrumpe un ritmo pizpireto que nos puede traer a la memoria el ímpetu de los excitantes Semifinalists (otros que también parece haberse tragado la tierra), junto a una melodía triunfal, "Lovely cup", en la que acuden a unos compases más pausados, con el mismo optimismo que tienen las piezas tropicales de los neoyorquinos Vampire Weekend, una línea de bajo trotona, unas guitarras que se alteran con facilidad y un pequeño duelo vocal chico-chica, completan el encanto de este corte, "Colours", la pista con la que llegué a ellos, una joya que auna energía con desenfado, nervio con espritualidad libertaria, una delicia para los oídos que despoja nuestra alma de malas sensaciones, con reminiscencias grunge y deudora a su vez del emocore noventero de los primeros Sunny Day Real Estate,"Slow", posiblemente su composición más inspirada y mística, una caricia musical al corazón del romántico, interpretada por la cantante femenina del quinteto, "Naked kids", que sigue profundizando en la brecha abierta con sus escarceos al manual alternativo de hace dos décadas para acercarse en esta ocasión al ideario de los desaparecidos Wheatus, "Spun", su tributo al folk eléctrico y gamberro, una perla en la que se pueden oír mandolinas y ukeleles, una tonada redonda que además reune diversos estilos en una clara declaración de eclecticismo, "Chloe", como si ZZ Top se destaparan como unos rednecks con camisa de cuadros e invitaran a los divertidísimos Southern Culture Of The Skids para lanzar una oda sentimental a un amor imposible, y "Cruel and beatiful world", sorprendente paseo por la avenida del alt-country. Un muy buen trabajo que pasa en un santiamén y que ha tenido una brillante continuidad que ha visto la luz hace menos de un mes.

Grouplove son Christian Zacconi, Hannah Cooper, Sean Gadd, Ryan Gabin y Andrew Wessen.

2 comentarios:

  1. Creo que todas las personas tienen la capacidad de manifestar a ese niño que llevan dentro, algunas lo expresan alegre y otras sacan a ese pequeñín que está triste, o preocupado o con berrinche, cruel y egoísta... Y solemos pensar que la niñez es pura alegría, magia, evasión, inocencia, sencillez, y puede que si de cierto modo pero esa etapa también tiene sus matices y posiblemente en tu época o en la mía ganaba el lado de la balanza en la "felicidad" y también la gente no estaba tan chiflada o si, pero no era tan fácil llegar a ella, incluso sólo nos preocupaba que no viniera por nosotros el "señor del costal". En fin, hablo como una abuelita jaja y puedes pensar que no he entendido lo que intentas decir, también en la infancia se nos inculca la responsabilidad, pero la llevamos diferente a cuando somos adultos, algunas cosas que en la niñez se nos hacían importantes, ahora son nimiedades y viceversa. Ya hemos hablado de este tema jaja y se me van las canicas, lo siento, pero sólo quiero decir que tu niño interno es muy hermoso, cantarín, amoroso, alegre, pícaro, inocente y muy sensible, al que le gusta buena música y sabe apreciar lo bonito que le da la vida. Y eso meee encanta! mua!

    Grouplove, buena propuesta, sobretodo me atrae bastante la voz! y claro todo el concepto alegre, despilfarrador <-- no sé si sea la palabra correcta, pero ahi lo dejo! millones de besos!

    ResponderEliminar
  2. Eso es, mi cosita! has captado muy bien lo que trato de decir, y tiene mucho mérito que lo hayas hecho teniendo en cuento lo borroso que explico todo, con metáforas inconexas y comparaciones torpes, pero siempre lo haces porque me comprendes mejor que nadie, jeje. Da igual si antes lo habíamos hablado, además das un enfoque añadido a esto que me parece más que coherente.
    Cuando somos críos, no dramatizamos ni miramos la vida como un atajo de problemas, aunque haya momentos de debilidad o sufrimiento, y bien cierto es eso que dices de que los reflejos de carácter se trasladan a la edad adulta. También creo que vivimos un momento de demencia en la actualidad, de caras tristes, maldad, rencor, odio y frialdad que nos hace olvidar que un día nuestra única preocupación para sonreír a todas horas, era no ver al 'Hombre del saco' (que gracia me ha hecho lo del 'Señor del costal', jaja, cada país tiene su figura terrorífica para asustar a los peques, está visto).

    Me sonrojas cuando me dices esas cosas ;)
    A mi me encantas tú en todo tu esplendor adulto porque sigues teniendo la dulzura, honestidad y vitalidad de un belle enfant :D

    Sobre Grouplove, pues que decir? has descrito su discurso a la perfección en un par de líneas. A mi la voz me gusta mucho, porque a ratos puede ser gritona, pero sin llegar a lo histriónico.
    Celebro que te agraden.
    Trillones de besotes grandototes!

    ResponderEliminar