martes, 26 de noviembre de 2013

STONEY

MORE THAN ANIMALS (2014)

Ni recuerdo cuando fue la última vez que escribí sobre un disco acabado de salir del horno. La verdad es que ya tocaba y la ocasión me la han pintado calva facilitándome el acceso a las canciones del nuevo álbum de este extraordinario intérprete nacido en el sur de Londres, críado en Sheffield (Inglaterra) y afincado en Austin (Texas). Me ha atrapado tanto su propuesta que no he podido resistir la tentación de soltar una retahíla de parabienes sobre su obra, más teniendo en cuenta que lo que ofrece todavía no es muy popular fuera de las fronteras tanto de su país de origen como el de adopción, y siempre es necesario dar un poco de cancha a esas joyas escondidas por la promoción de los consagrados, aunque sea desde un espacio tan minúsculo como este. Llevaba muchos días tratando de sacar tiempo y esquivar obstáculos como la ausencia de tiempo libre, mi renqueante estado de salud que me atacó con unas anginas de caballo y la pereza, pero no había manera, así que me he puesto como condición empezar bien la semana y acabar lo que dejé empezado, atándome a la silla del escritorio con unas cuerdas de enredar las longanizas que traje del pueblo (el presupuesto no da para más) y plasmar del tirón mi opinión sobre este álbum, de modo que es probable que me quede un poco atropellado, pero vamos, nada que no sea habitual en lo que respecta a mis ladrillos.

Con una dilatada experiencia a pesar de que apenas tiene treinta y tres años, a mediados de la pasada década vio la luz 'The scene and the unseen', su álbum debut (aunque antes había editado otro llamado 'Amber' bajo su nombre completo), el cual fue distribuido entre los músicos que le ayudaron a crearlo, hasta que se ganó la atención de los medios de comunicación, entre ellos el ilustre New Musical Express, motivo por el cual su nombre salió a la palestra y le dio fama suficiente como para ejercer de abrelatas en directos de Arctic Monkeys y Aqualung, incluso el reputado productor Rick Rubin voló hasta a Los Ángeles (California), para presenciar un concierto privado suyo, atraído por una reseña sobre él en la que se le describía como un joven David Bowie con el aplomo atildado de The Kinks. Englobado en sus comienzos dentro del emergente movimiento de New Yorkshire debido a sus orígenes, su agudo oído para desgranar las coordenadas del pop clásico combinando el estilo con una potencia lírica afilada y una rara habilidad para combinar efectivamente diversos géneros que van desde el folk hasta el rock con hueco suficiente como para disparar lúpulos de electrónica accesible, se ganó un público fiel en la región que vio nacer a Pulp, The Human League. A pesar de su creciente éxito, fiel a su carácter aventurero y nómada, decidió instalarse en Estados Unidos, después de una actuación en el festival SXSW, citando la necesidad de sol y cambio, ha echado raíces y fijado su residencia y estudio de grabación con una pequeña comunidad de poetas peculiares y amigos pintores en una antigua casa chirriante para dar a luz este lustroso 'More than animals', un álbum de larga duración donde cada pedacito es tan intrépidamente ecléctico como su ópera prima, aunque de forma más sofisticada y con un tono más oscuro globalmente. Las doce canciones que lo componen, demuestran la natural sensibilidad británica del pop refinado de este artista, con letras sumamente íntimas y altísimos arreglos melódicos que se reiventan constantemente en una bruma sutil de pasión, personalidad y profundidad.

Tras un tiempo de parón después de haber estado presente en varias bandas sonoras de películas y series de televisión, como la divertida 'The amateurs' (largometraje protagonizado por Jeff Bridges y Danson, traducida lamentablemente aquí como 'Los magnates del sexo') o la dramática 'Luciérnagas en el jardín', en cuyo reparto figuran Julia Roberts y Willem Dafoe, y haber hecho una versión del "Waterwall" de The Stone Roses para una recopilación del programa de la BBC Radio 2 'The Saturday Sessions: The Dermot O'Leary Show', volvió a escena para formar Bobby Jelously, un grupo francamente interesante, que ha cosechado multitud de elogios con su reciente puesta de largo 'A little death'. Ese largo receso le sirvió para coger carrerilla y estirar los músculos a la hora de idear su nuevo destello en solitario y el resultado no ha podido ser más óptimo.

Saldrá al mercado en la primera quincena del próximo Enero y en él encontráremos joyas de la calidad y belleza de "Sweet release", una preciosa canción a la que no le falta de nada, orquestaciones, percusiones contundentes, un registro vocal que pasa del falsete a la sobriedad en algún lugar entre Bright Eyes y Annuals y quizás un poco cercano al tono usado por Robert Smith en las composiciones más alegres de The Cure, quizá la mejor pieza del álbum, "The score", que en un recoveco algo oscuro navega veloz sobre los mares del glam-rock elástico, coqueteando con el nervio menos habitual del 'Duque blanco' y metiendo al contenido unas pinceladas de fiereza chispeante que no se aleja mucho de los parámetros del psychobilly de The Cramps, "Defiantly loved", una pista que destaca sobre las demás, mi favorita por su sensibilidad y su épica emocional sustentada en coros deliciosos, una proeza que podemos encumbrar para poner a la misma altura que muchas de las perlas de Arcade Fire, y que en varios momentos me traen a la memoria algún que otro tema de The Smashing Pumpkins, The Kissaway Trail y Ewert And The Two Dragons, "We belonged", que podría ser un descarte incomprensible del fabuloso 'Ghost' de Radical Face, tranquilo y pomposo sin llegar al exceso con una instrumentación frágil que mima el oído, "House of mirrors", robusta y eléctrica en una frontera colindante con el confetti goloso de Muse, aunque por fortuna no tan exagerado en formas, "Bedpost", que da fe a los críticos que le comparan con el inolvidable Elliott Smith, pese a que aquí solo se le ven retazos de éste y en general tiene un punto más de melosidad enérgica en sus cuerdas vocales, "Let it go", dulce y accesible, con el nombre de Ben Kweller como nexo de unión en cuanto a similitud y una letra que enternece un corazón que se ablanda con esas teclas tan rítmicas enredadas en una coralidad majestuosa, "Cock of the walk", mística tonada inmersa en toques digitales en la línea de lo que hace Ed Hartcourt, y rítmicas notas musicales con un estribillo que habrían firmado los mismísimos T-Rex, "Wanderlust", ejercicio acústico de alma sixtie en la que el lamento del bueno de Mark parece venir del más allá, un bello ensayo crooner que se puede asociar con el lado más condescendiente de Josh Ritter, y "Round here", que despide la labor con un slide y profundizando en la música de raíz americana, para hacer honores a su nuevo hogar.

Mark Stoney que cita entre sus influencias a gente tan dispar entre si como Beck, The Small Faces, David Bowie, The Kinks y Paul McCartney, grabó este álbum con la ayuda de Mr. Thraz (que presta su voz en el último corte), Chris Heerlein, Andy Dollerson, C.J Eiriksson, Tony Rogers, Clint Simmons, Steven Cowley, Joe Clegg, Jonny Pilcher, James Gabbie, Ant Clifford, Kyle Thompson, Anna Rodríguez, Phoebe Hunt, Sabrina Ellis, Seth Gibbs y The Bloomhouse Bunch (banda coral formada por Jen, Fran, Paul, Derek y Amy).

http://stoney.bandcamp.com/album/more-than-animals

2 comentarios:

  1. Y me alegra enormemente que ya estés mejor de salud... yo te cuido, hermoso. Es excelente la recomendación nos traes, mi querido! Lo he escuchado aproximadamente como 3 veces y cada vez me gusta más y me emociona demasiado pues el juego que hace con su voz es muy bueno y qué decir que el álbum me parece muy variado en sonido pero no en estilo pues lo tiene bastante definido. Hemos coincidido en la canción favorita pero..."Round here" es un gran tema! me enloquece, porque va creciendo y se hace fuerte con mucha inteligencia!.

    Un gran beso!

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  2. Ha sido una verdadera sorpresa este disco, intuyo que va a ser de mis favoritos del año que viene y eso que es el primero que escucho de esa cosecha. Cada canción tiene luz propia y me parece muy muy muy acertado eso que dices de que es variado en sonido pero con las ideas estilísticas bien claras. Suena redondo, sin fisuras, cercano, acogedor y excitante, me encanta!
    Además su voz me puede recordar a algunas otras sin ser exactamente igual y aún con todo la encuentro muy personal, un atractivo más a su labor.
    Si te soy franco, la que digo que es mi favorita, me gusta muchísimo, pero la elijo por destacar una a modo de ritual, pues en realidad considero que todas rayan a gran altura y me fascina el álbum en global y vaya que si..."Round here", es un final soberbio que te deja con ganas de más...y eso que aún no ha salido el disco a la luz en teoría, jaja, que asioso soy!

    Besos y mordisquitos!

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