martes, 3 de diciembre de 2013

SEVEN MARY THREE

AMERICAN STANDARD (1995)

A primera hora de la mañana me llamó mi hermano para contarme que acababa de informarle un cliente del túnel de lavado donde trabaja, de que había fallecido en un trágico accidente de tráfico el actor californiano, Paul Walker, una triste noticia para ambos, especialmente para él, como fan absoluto de la saga 'Fast & furious', aunque también para mi como os digo, porque le tenía bastante aprecio a raíz de aficionarme a esas películas de acción sin ton ni son que protagonizaba y que me hicieron pasar buenas tardes de domingo de esas en las que uno no quiere pensar, solo entretenerse frente al televisor, con una buena sesión de cine, manta, sofá y palomitas de maíz. También nos atraía su afición a los coches, la cual compartimos, una de las pocas cosas que nos unen en cuanto a hobbys, todo sea dicho, y nos resultó francamente irónico que dejara este mundo colisionando con su flamante deportivo, yendo de copiloto, pero bueno, este suceso trajo de inmediato un interés por saber como había sucedido e inevitablemente fue algo muy comentado en la red, tanto así que al final vi que un amigo había publicado una foto en redes sociales en la que se podía ver el automóvil calcinado tras el impacto, algo desagradable y morboso que me hizo recordar lo curioso que es el ser humano y la facilidad que tenemos ahora para ver cualquier imagen por dura que sea, y con ello vino a mi memoria un viejo programa que pasaban hace una década más o menos, por televisión, 'Impacto tv', donde se podía ver una sucesión de barbaries producidas por caprichos del destino en forma de percances que no dejaban títere con cabeza pero que sin embargo parecían querer consolar al asombrado espectador con una frase final que siempre tranquilizaba: 'afortunadamente no hubo que lamentar pérdidas humanas, salieron todos ilesos' o bien ' tan solo sufrió fracturas leves', algo que a mi me dejaba siempre a cuadros porque ¿desde cuando romperse algún hueso es algo insignificante?, aunque bien mirado, ante la magnitud de los golpes, esa última buenanueva siempre era balsámica, casi milagrosa, y se agradecía para desprendernos de nuestra sensación de cómplices de las crueles circunstancias.

Bien, pues no solo tengo que reconocer que me sentaba todas las tardes de su emisión a verlo, sino que llegué a comprar un cd que llevaba su nombre y que contenía canciones de rock alternativo y alrededores, algo de lo que hablé en su día en un post de Fountains Of Wayne, si no estoy en un error, pero que me apetece rememorar, porque gracias a esa compilación pude hacerme eco de la existencia de formaciones hasta entonces desconocidas para mí como Better Than Ezra, Nada Surf (a los que solo conocía de oídas), Superdrag o Third Eye Blind, entre otras muchas, destacando sobre todas ellas, Seven Mary Three, una banda que me cogía intacta la fiebre provocada por la resaca del grunge y la consiguiente onda expansiva del mismo, esencial para abrir una esquela que se tradujo en la eclosión definitiva del indie-rock.

En aquel preciso momento, la música de estos chicos de Williamsburg (Virginia), encajaba como anillo al dedo con mi gusto. Una voz personal, aunque algo cercana en registro a la de Eddie Vedder de Pearl Jam, una instrumentación musculosa y un sonido directo de estribillos tan aguerridos como pegadizos, completaban la fórmula idónea para entrarme a la primera, de modo que en cuanto tuve oportunidad adquirí material de ellos. Fue 'The economy of sound', el primer disco que tuve, pero el que de verdad me caló hondo fue este 'American standard', que de hecho traía en su interior la pieza con la que los disfruté en primicia. En realidad aquel fue el trabajo más exitoso de una discografía comprendida en ocho Lp's y tres Ep's avalando una carrera que continúa en desarrollo y que ya cuenta con más de veinte años de rendimiento sin interrupciones, dando un gran ejemplo de camaradería y consistencia, pues los miembros han permanecido juntos desde sus comienzos a excepción de Jason Pollock, que abandonó el barco hace poco a mitad de su andadura. Fue él quien junto a su amigo Jason Ross, fundó el grupo con la idea de concebir un proyecto acústico en formato dúo. aunque enseguida quedó todo en agua de borrajas ante el atractivo que suponía montar una banda completa que finalmente pasó a ser un cuarteto.

Metidos en harina, el reconocimiento les llegó a mediados de los 90's, aunque su historia ha seguido pisando fuerte en el nuevo siglo, eso sí, desde un plano bastante más discreto, tal vez por la evolución del rock, que pasa factura a muchas viejas glorias de esa segunda división que escoltaba con maestría a los grandes afamados de aquella era. Posiblemente su obra más emblemática sea esta, por lo menos a mi me lo parece, pues cuenta con un buen puñado de singles arrebatadores y de hecho fue el que más alto llegó en las listas de ventas, puede que incluso se pueda hablar de el que fue su segundo plástico como un listón que nunca han superado. La causa y razón de su popularidad se debe a temas como "Water's edge", que inicia el disco con sentimientos a flor de piel, alternando maneras intensas y reposadas, con la dosis justa de fuerza, profundizando en el sonido Seattle, en algún lugar entre Candlebox y Paw (aunque es evidente su similitud general con Pearl Jam), "Cumbersome", uno de sus cortes insignia, con unos ritmos que emulan la cara funky del grunge, un estribillo férreo y una melodía poderosa, "Roderigo", donde vuelve a asomar la calma a ojos de un bello medio tiempo, una pieza cercana a los Stone Temple Pilots más condescendientes con la accesibilidad, "Devil boy", volviendo a hacer hincapié en los tejidos emocionales, endulzando un poco más su mensaje, aunque esta vez le dan una vuelta de tuerca a mitad para hacer rugir las paredes de nuestro cuarto con ímpetu vocal y distorsión furtiva, "My my", por cuestiones meramente nostálgicas, mi favorita del lote, pues es la que me puso tras su pista al estar presente en el varios que os comento al principio del post, una canción robusta y contundente con sus subidas y bajadas, "Lame", en la que reverdecen laureles de su pasado acústico, una pista dulce y romántica que puede traer a la memoria a los otrora grandes Live y Soul Asylum, "Headstrong", carnaza eléctrica para dirigir el rumbo hacía otros horizontes enérgicos, una de las mejores del repertorio, y "Margaret", un punteo de bajo trotón y un compás progresivo que les lleva al lugar donde Blind Melon se movían como pez en el agua.

 Seven Mary Three deben su nombre a una conversación entre dos de los personajes de la serie policíaca de finales de los 70's, 'CHiPs', eran entonces, Jason Pollock, Jason Ross, Casey Daniel y Giti Khalsa.
 

6 comentarios:

  1. Buen recordatorio mencionar a Seven Mary Three! Muy olvidados e infravalorados, incluso se llegó a decir que este álbum era la segunda parte del "Ten" de Pearl Jam.
    Estas bandas de segunda fila de la escena de Seattle siempre me parecieron tan sensatas y honestas como las que más, en cambio no puedo con bandas muy posteriores a mediados de la nueva decada 2000.
    Saludos crack!

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  2. Presentía que te vería por aquí, ya que compartimos devoción por estos sonidos noventeros que se echan tanto en falta, incluida aquella injusta camada invisible que proseguía al rebufo de Pearl Jam, Nirvana, Soundgarden, etc.
    Coincido plenamente con todo lo que dices en este comentario. Eran bandas sensatas y honestas y los Nickelback, Creed, Staind, 3 Doors Down, Puddle Of Mudd...si que eran realmente cuestionables y tiraban de cliché barato para comerse las habichuelas que otros sembraron.
    Ah! y lo que 'American standard', era como una segunda parte de 'Ten', me parece genial, jeje, tienen muchas cosas similares.
    Un abrazo, figura!

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  3. Reconozco mi ignorancia con todas estas bandas alternativas noventeras que han sido tu alimento básico musical. Con tu ayuda, pero poquito a poco que el disco duro que tengo entre las orejas empieza a dar señales de gripado y tengo que mimarlo, iré solucionándolo.

    Saludos

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  4. Estos eran unos tapados en su época, aunque con este disco tuvieron sus ganancias. A mi me gusta mucho lo que dio de si esta década porque hubo mucha variedad y una renovación interesante del rock. Creo que te puede gustar lo que hacen, tiene punto en común con Pearl Jam y sus discos más recientes suenan muy bien, como más maduros y cercanos.

    A ese disco duro ponle mantas ahora que viene el invierno y mimalo, que seguro es un fiel canalizador de buenos momentos.

    Un abrazo!

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  5. Te luces, mi amor! que buena entrada! :) y banda por supuesto! me ha gustado mucho el disco, ya sabes que he escuchado poco de los 90s y me emociona mucho que me compartas de tu sabiduría , te daré mil besos! muaaaaaaaaa!

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  6. Muchas gracias, mi delicia!
    Me alegra mucho que te haya gustado el disco, y poco a poco veo que te voy contagiando mi fiebre por esa lustrosa década, cosa que me entusiasma y que voy a seguir engordando :)
    Tú me compartes tu sabiduría, yo soy un ignorante aprendiz de tu inteligencia.
    A sus pies, alteza :D
    Yo te daré millones!!

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