sábado, 11 de julio de 2015

BRONCHO

CAN'T GET PAST THE LIPS (2011)

Tulsa (Oklahoma), una ciudad fundada por el clan Lochapoka de nativos americanos de la tribu creek, situada en el que según afirman The Flaming Lips, es el estado más aburrido de la geografía estadounidense, cuyo territorio se conoce por ser uno de los más castigados por la climatología extrema, víctima de severas lluvias de granizo y tornados, que antaño fuera famosa por estar considerada la capital mundial del petróleo, que muchos aseguran que es punto de partida de la famosa Route 66, ilustre por su arquitectura art decó, tristemente recordada por los disturbios sufridos en sus calles en la segunda década del pasado siglo a razón de uno de lo más brutales episodios de violencia racial de la historia del país y hermanada con ocho urbes foráneas entras las que se encuentran dos de lengua hispana, San Luis Potosí (México) y San Juan de Pasto (Colombia), pero célebre por ser el lugar de procedencia de Blake Edwards, director de la saga 'La pantera rosa' o las inolvidables comedias 'Cita a ciegas' y '10, la mujer perfecta', las míticas 'Desayuno con diamantes' y 'Días de vino y rosas', entre otras, Larry Clark, polémico e inclasificable cineasta con títulos como 'Ken Park', 'Kids' y 'Bully' en su filmografía, deportistas de elite como los baloncestistas Wayman Tisdale (que también fue un respetado músico de jazz. En gloria esté), Marques Haynes, John Starks y Lee Mayberry o el difunto boxeador Tommy Morrison (conocido por su aparición en la película 'Rocky V').

Aunque no sorprenda nada de lo que digo ni sirva para considerar a esa localidad como algo fuera de lo común dentro de sus fronteras, lo cierto es que personalmente me resulta interesante saber como es el lugar que acoge propuestas musicales tan interesantes como la que hoy protagoniza el post del día. Una zona donde a juzgar por lo que ha comentado en diversas ocasiones el bueno de Wayne Coyne, es el escenario ideal para formar una banda para combatir la apatía. Allí nació entre finales de 1950 y comienzos de 1960 el 'The Tulsa Sound', un movimiento que mezclaba rockabilly, country y rock 'n' roll, repartido entre multitud de salas de conciertos repartidas por distintos barrios del centro de la ciudad, con J.J. Cale, Leon Russell, Elvin Bishop, The Tractors, Gus Hardin y Rocky Frisco como abanderados de la escena y con genios de la categoría de Eric Clapton, Mark Knoppfler, Lynyrd Skynyrd, Kansas, Santana, Johnny Cash o The Allman Brothers reconociendo la influencia de esta vertiente en sus discos. Luego el efecto inspirador se evaporaría y pasadas unas décadas llegaron petardos tales como Hanson (afortunadamente grupo de efímero boom comercial formado por tres hermanos cuyo apellido daba nombre al proyecto) y el cantante de los insufribles One Direction, amén del otrora venerado Garth Brooks, como mayores embajadores de cara al exterior, en cuanto a popularidad se refiere. Pero no todo se perdió, porque si se rebusca un poco, se descubre que gente tan valiosa como Annie Clark, más conocida por su alter-ego St.Vincent y por sus colaboraciones con The Polyphonic Spree, Sufjan Stevens y David Byrne, los infravalorados Ester Drang, los estupendos Admiral Twin, el magistral Aqueduct y los geniales Broncho, provienen de allí.

Es en estos últimos en los que me quiero centrar, por mucho que haya estirado más de la cuenta la introducción hasta sacar a relucir su nombre. Un trío (aunque en la foto que he puesto aparecen cuatro son tres miembros) al que escuché por primera vez gracias a la inclusión de uno de sus temas en la banda sonora del escatológico e irregular largometraje (aunque he de reconocer que yo me reí mucho con varias escenas del mismo) de los hermanos Farrelly 'Movie 43', poniendo sonido a los créditos finales. A pesar que en honor a la verdad hay que decir que son originarios de Norman (Oklahoma), lo cierto es que su campo de operaciones está en la vecina Tulsa, donde han desarrollado toda su carrera artística compuesta por dos Lp's, de los cuales he elegido el primero, por la simple razón de que fue un debut fulgurante que raya a un nivel tan digno como su más reciente 'Just enough hip to be a woman', que estuvieron presentando hace escasamente una semana en Madrid, en el que por desgracia fue su único concierto en España. Indie rock de finalidad garagera con melodías eufóricas y unas gotitas de punk-rock añejo para un discurso de aires noventeros que de inicio entra de maravilla, pero que además suma a ese gruso estilístico de su base, unas pinceladas de surf-rock y new wave camuflada. Citan como influencia a clásicos intemporales como Buddy Holly, Jerry Lee Lewis, Chuck Berry y The Beach Boys, afirman que les gustaría tener a un Jesucristo desvirgado haciendo coros en uno de sus futuros discos (ay madre que blasfemia) o en su defecto resucitar a Roy Orbison para que asumiera dicho cometido y a su vez afirman tener en un pedestal el modo de componer de 'The big O' a pesar de que su sonido desemboque en mares muy lejanos a esos míticos nombres. Se podría citar a los primeros The Pretenders, Ramones y The Stooges si se necesita recurrir a formaciones de otra época para buscar referencias, pero en realidad lo justo es recomendar su escucha a todo aquel que disfrute en la actualidad con Wavves, Cloud Nothings, Twin Peaks, EndAnd, Mind Spiders, Bleached o la nueva ola de noise-pop californiana.

En cualquier caso, más allá de etiquetas su música es excitante, vitamínica, festiva y aguerrida, perfecta para escuchar en un viaje por carretera desierta con las ventanillas del coche bajadas tal como dicen ellos mismos. 'Can't get past the lips', es una celebración comenzando por la musculosa "Pick a fight, esa rompedora pieza inicial de sabor británico, y siguiendo por la fulgurante "Insert coin", que incluso puede recordar distorsionadamente a The Cure, "Try me out sometime", mi predilecta del disco, la cual os comenté más arriba que fue la primera que oí del grupo en esa comedia tan políticamente incorrecta, una fresca perla con alma de pequeño himno, "I don't really want to be social", sin duda la más ramoniana del lote, "Record store", ritmos sixtie y un estribillo vacilón no exento de melodía accesible, "Get off my reservetion", como si Dead Kennedys rebajaran el oido y el compromiso con las causas injustas, y "Losers", su aproximación al pop (sin traicionar sus ideales, eso si). Diez pistas de apenas treinta minutos en total, que bien valen la pena.

BRONCHO (a sus componentes les gusta que el nombre de la banda se escriba en mayúsculas) son Ryan Lindsey, Nathan Price y Ben King.

https://broncho.bandcamp.com/album/cant-get-past-the-lips

4 comentarios:

  1. Muy buena entrada, reforzada más aun por ese posicionamiento lugareño que me parece esencial. Desconocidos, aunque después de leerte y comprobar las referencias citadas, más me parecen de casa. Tomo nota.
    Saludos,
    JdG

    ResponderEliminar
  2. Gracias Javier! me alegra que te haya gustado.
    Me gusta investigar un poco sobre la escena musical de cada ciudad de la que proceden los grupos que voy poniendo por aquí, pero muchas veces me privo de extenderme mucho porque ya ves luego que ladrillos dejo plasmados, jeje
    Quizás esas influencias que citan ellos están muy por encima en su música, de hecho el vocalista dice que aunque no sean su mayor fuente de inspiración a la hora de componer, si que estuvieron presentes en su infancia porque es lo que escuchaba su padre en el coche cuando iba toda la familia de viaje, sin embargo, si se puede distinguir algo de todo eso en las paredes de este disco.
    A ver si les encuentras el punto y son de tu agrado.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  3. Eres lo mejor del mundo!!! Me ha gustado la entrada, muy interesante cielo!! Besos

    ResponderEliminar
  4. Tú si que eres lo mejor del mundo y del universo, bombón :)
    A ver si te gusta el grupo, es bastante enérgico, creo que te puede agradar.
    Muaaaa!!!

    ResponderEliminar