BORIS

PINK (2005)

Dudaba yo sobre que disco postear hoy y he encontrado dos buenas razones para defender la publicación de este "Pink".Una, redondear una semana de escuchas a los pocos grupos japoneses que tengo en mis estanterías,con la peculiaridad de que todos suenan distintos entre si,y dos,el hecho de contrarrestar la forma calmada con la que inicié la semana,con un disco ruidoso para recibir el final de la misma,y entrar de lleno a disfrutar un fin de semana que se presenta,al menos en mi caso,muy estimulante.

Tal vez este sea el álbum mas duro de todos sobre los que he escrito algo hasta ahora,pero es que su variada propuesta que abarca desde stoner rock hasta doom metal,pasando por el noise mas puro y el math rock experimental,hace que valga la pena brindarle una escucha cuánto menos por curiosidad.Desde Tokio (Japón),este abrumador trío derrocha energía por los cuatro costados,con influencias reconocidas tan dispares como Nick Cave,Sleep,Venom,Nick Drake o Melvins (de hecho el nombre de la banda proviene de un tema de los de Seattle),en una trayectoria que se compone de diecisiete discos a pesar de no ser muy mayores en edad,y evolucionando su primitivo hardcore-punk de sus inicios a esta suerte de inquietud experimental,cuya mayor confirmación llegó de la mano de este álbum.

Con su salida al mercado la banda experimentó un cambio,llegando a un público mas amplio y convirtiéndose incluso en una formación de culto fuera de sus fronteras,sobretodo en los circuitos metaleros de Estados Unidos.Once cortes (cantados casi todos en su lengua materna),de los que destacaría especialmente el inicial "Ketsubetsu",con esas atmósferas densas cercanas al post-rock y el drone doom de los emergentes Sunn O))) y que comienza el trayecto de esta obra lentamente para dar el primer bofetón de adrenalina con la homónima "Pink",que tiene tanta herencia del "Stockholm syndrome" de Muse como del metal mas extremo de la Bay Area,el brutal "Sukuriin no onna",donde su hard rock acelerado de espíritu stoner haría palidecer al mismísimo Josh Homme de Queens Of The Stone Age,el tremendo y afilado instrumental "Burakku auto",con esas guitarras deudoras de Black Sabbath que logran un halo de misterio sobre un ritmo intrigante muy atractivo,el toque garagero adictivo de "Electric",con una base atronadora que incluso invita al movimiento,la psicodélia alucinógena del gran Jimi Hendrix muy presente en "Nurui Honoo",el factor sorpresa añadido a través de la eterea y transparente pieza emocional "My machine",que se acerca por momentos al post-rock lacrimal de Sigur Rós,haciendo que,aunque sea solo por este paréntesis,valga la pena la adquisición del disco,y el descomunal "Ore o sute ta tokoro",que tras mas de diez minutos de pura descarga eléctrica da por finiquitada esta obra que gustará a todo aquel que no se agobie con los sonidos mas brutos del panorama musical actual.Boris son Atsuo Mizuno,Takeshi Ohtani y Wata.