COUNTING CROWS

AUGUST AND EVERYTHING AFTER (1993)

Como comenté hace unos días con motivo del post que dediqué a Nizlopi,mi aprecio a lo que se dio en llamar nuevo rock alternativo americano a principios de los noventa me llevó a varias bandas que aún a día de hoy disfruto mucho escuchando cuando las recupero de vez en cuando,y una de ellas destaca por encima del resto,Counting Crows.Me sabe mal no haber dedicado más espacio a este género que siempre ha creado división de opiniones entre si era un movimiento que buscaba la simple comercialidad y llegar a un alto número de ventas o si era un estilo autentico que trataba de llegar a un determinado publico,sin ánimo de lucro,y con la honesta pretensión de agradar y hacer pasar un buen rato,pero el caso es que como a mí siempre me ha importado un bledo lo que llegue a vender un grupo o que figuren en las listas de éxitos,a la hora de valorar su música,pues he degustado a esta gente sin prejuicios tontos para llegar a comprender su papel imprescindible dentro de aquella prodigiosa década.Surgida de las cenizas de la efímera banda The Himalayans,Counting Crows ha sido una formación que desde su Berkeley (California) natal,se trasladó en sus inicios a San Francisco para desarrollar una carrera que a día de hoy esta avalada por cinco discos de estudio muy eleborados como bien indica el hecho de que siempre se han tomado mucho tiempo entre uno y otro (de hecho llevan diecinueve años como grupo en activo),y han hecho gala en todo este tiempo de una personalidad propia a pesar de que en su sonido se vislumbran influencias tan variopintas como Bob Dylan,R.E.M.,The Band,Mike & The Mechanics o incluso Nirvana,todo pasado por un filtro de belleza acústica,cercanía instrumental y unos textos cálidos de melancolía poética con los que todos nos hemos podido sentir identificados en algún momento de nuestra vida.Recuerdo la primera vez que llegó este esplendoroso debut a mis oídos,supongo que como todo hijo de vecino,a través de su famoso sencillo "Mr.Jones",que con un estribillo muy movido y una energía radiante entró directa a mi corazón,llevándome al día siguiente a comprar este disco en formato cassette,ya que estaba realmente tirado de precio y entonces no tenía reproductor de cd (aquellos 'maravillosos' años de precariedad económica adolescente),al ponerla en marcha en mi casa,me estiré en la cama leyendo las letras a la vez que sonaba,curioseé los créditos,aluciné y me ilusioné al ver la presencia de miembros de The Jayhawks colaborando,y empecé a disfrutar como un enano de mis propios pensamientos y recuerdos que se colaban entre sus notas y la genuina voz de su carismático vocalista Adam Duritz,y así iban pasando una a una canciones y sensaciones que permanecen en mi memoria de forma fresca pasado el tiempo,delicias como "Round here",emocionante y tristona en su melodía con un intervalo medio a ritmo de funky que recordaba a lo expuesto en el glorioso "Ten" de Pearl Jam (al menos en ese trocito),la preciosa "Omaha",que empezaba con un cierto amago celta que me hizó darle al repeat varias veces porque en aquellos tiempos estaba inmerso también en aquellos bellos sonidos y que con esos coros tarareables y acogedores se asemejaba bastante a la ilustre banda de Michael Stipe,la apesadumbrada "Perfect blue buildings",que me llevó en aquel instante a lo más profundo de mi interior para recordar mi infancia y la nostalgia de lo pasado,con esos excitantes elementos folk transmitidos por una dulce mandolina,"Anna begins",la historia de amor imposible mas triste del disco y que pasado el tiempo recuperé por 'culpa' de una chica en fin...ya se sabe...las cosas del querer y no poder,que de todos modos el paso del tiempo te hace ver que a veces la amistad vale un imperio y es muy fácil estropearla por algo que hubiera sido efímero,así que no vale la pena quebrar el pareció mutuo,ese innegable canto a la decadencia sufrida por la pérdida del ser amado,que camina a paso lento con la leve presencia de un compás lento de batería que se torna épico en el estribillo coral,un estribillo a lo The Wallflowers muy atractivo y unas líneas de bajo y guitarra hipnóticas,la vitalista "Rain king",mi favorita de las alegres (con permiso de "Mr.Jones"),ideal para cantar a viva voz mientras disfrutas de un viaje por la costa con los amigos mientras el sol reluce con amplitud idílica,la reposada "Raining in Baltimore",interpretada a piano con la mayor de las pasiones llevando a pensar que tal vez fuera un referente este tema para lo que actualmente hacen Coldplay,Keane o The Fray,y la animada "A murder of one",que a pesar de tan macabro título,despide con cierto optimismo este pedazo de disco.Adam Duritz,Matt Malley,Steve Bowman,David Bryson y Charlie Gillingham,firmaron este primer pasito en la carrera de Counting Crows,que extrajeron su nombre de una rima infantil que aparece en la interesante película "Sings of life" (aquí traducida como 'Señales de vida') y para hacer más grande este debut contaron con la ayuda de Gary Louris y Mark Olson (cerebros de The Jayhawks),la country-singer Maria McKee,Denny Fongheiser,Bill Dillon,David Immerglück (genial guitarrista de los enormes Camper Van Bethoveen y Monks Of Doom),y el maestro T-Bone Burnett.