PAUL HARTNOLL

THE IDEAL CONDITION (2007)

Van tres días seguidos en los que en vez de verano parece que estamos en invierno,con intensas lluvias y cielo oscuro,y eso en mi trabajo se traduce en aburrimiento puro y duro,porque la clientela baja y yo y mí compañero no hacemos más que dar vueltas de arriba a abajo esperando que venga alguien para entretenernos con algo más que nuestra propia conversación.El caso es que nunca había tenido que pencar en este mes más allá de la segunda quincena,pero como ya comenté hace unos días,estoy sustituyendo a mi hermano hasta el martes,día que por fin iniciaré mis vacaciones,esas que se están haciendo tanto de rogar y que de momento solo puede disfrutar el bribón éste,al cuál ni que decir tiene,deseo que le sean lo más provechosas y soleadas posibles,porque el pobre hombre ha partido hoy hacía Peñiscola con los amigos a riesgo de que sea una desconexión pasada por agua.Espero que no,sino todo esto habrá sido un poco en balde.Para amenizar algo las largas jornadas que estoy sufriendo esta semana tengo la suerte de poder llevarme el mp3,ya sea para acompañarme en el trayecto hasta el tajo o durante él,y ayer estuve disfrutando mucho de este trabajo de la mitad de Orbital,que no sé muy bien porque tenía totalmente aparcado desde que me hice con una copia hace unos tres años.Supongo que en su momento escuché el single de presentación,me gustó y después debí de bloquearme en la idea equívocada de que el resto del disco era una gran peñazo techno,pero nada más lejos de la realidad,porque este debut en solitario del pequeño de los Hartnoll,no tiene mucho que ver con la electrónica sobria,concisa y mística del respetado proyecto que lidera junto a su hermano Phil.No negaré que Orbital es uno de los mayores exponentes de la música de baile surgido en los últimos veinte años,incluso puede que por encima de otros grandes como The Chemical Brothers,Fatboy Slim,Moby o Underworld,pero el caso es que lo que aquí ofreció este individuo sencillamente me parece mucho mas loable que lo que hace con su propuesta conjunta.Aquí recurre a elementos que se alejan con gusto del techno desbordante de las obras de Orbital para conseguir fraguar un sonido más accesible,preciosista y abierto a otros estilos,sin hacer ascos a los elementos de la música clásica y acercarse del mismo modo a las bandas sonoras de Maurice Jarre,Angelo Badalamenti y Ennio Morricone.Aprovechando la separación temporal del dúo tres años antes de la edición de este 'The ideal condition',el genio del distrito de Dartford,situado en Kent (Inglaterra),tuvo tiempo para cavilar hacía donde quería ir en esta aventura y logró su objetivo de forma inmejorable,contando con la presencia de varios amigos de indudable reputación,para crear una obra de gran atractivo que se encargó de adornar con bellísimas orquestaciones el arreglista Chris Elliot.Cerrar los ojos y dejarse llevar por la experiencia de escuchar cada una de las nueve canciones que componen este trabajo artesanal es algo de lo que nunca se puede arrepentir alguien que no tiene prejuicios con la electrónica que se une en una celebración exitosa con la clásica y viceversa,sino que estos hagan la prueba con ese inicio llamado "Haven't we met before",entrando con un piano suave al que se van añadiendo coros celestiales a cargo de The Metro Voice Choir,una monumental sección de cuerda y una base digital excitante,"For silence",una maravilla que encoge el alma y emociona en su envolvente aura espiritual con la impresionante voz de Lianne Hall,prometedora vocalista nacida en Brighton (Inglaterra),que posee una de las voces más bellas que he escuchado nunca,en algún lugar entre la Elizabeth Fraser menos histriónica y la Kate Bush más intimista,una absoluta delicia que hace de esta la mejor pieza del minutaje,"Simple sounds",con flautas de travesera incluidas para darle un cierto tono folk y algo de sabor psicodélico de otras épocas,con voces que evocan las amazonas de la mitología griega,"Please",la más popular y emblemática del lote por contar con una energía abrumadora,un optimismo que obliga a mover los pies,gritar y entregarse a sus encantos bailables,y por supuesto por contar con la lujosa participación del inimitable Robert Smith de The Cure,"The Unsteady waltz",dulzura y delicadeza que prescinde de ayuda artificial para sacar una lágrima de complicidad en su etérea ensoñación que a mí particularmente me recuerda mucho a los fragmentos que compuso Young-Wuk Cho para las escenas mas conmovedoras de la brutal película coreana 'Oldboy',"Nothing else matters",que recupera la modernidad a modo de hit para la pista de baile,con herencia ochentera y con la excelente voz de la londinense Akayzia Parker cubierta por instrumentos de cuerda épicos,"Patchwork guilt",que le lleva a los planteamientos sonoros de sus principios en un corte que a mí parecer tiene deudas con Kraftwerk,o al menos con lo que los alemanes harían si fueran un grupo surgido en la actualidad,la rockera "Aggro",con el polifacético artista de Akron (Ohio)Joseph Arthur,que desde que Peter Gabriel lo puso en el mapa,no ha dejado de progresar,y la gloriosa "Dust motes",que despide este divertimento personal como si de un tema de apertura para un western se tratara.Enorme.