lunes, 25 de octubre de 2010

THE DEARS

GANG OF LOSERS (2006)

No quiero ser plomizo a la hora de ensalzar cualquier sonido que nos llegué de Canadá, pero me resulta inevitable. Hay tanta calidad en las bandas que nos llegan de allí que no me canso de repetirlo. Suenan variadas, pasionales, épicas y originales en su mayoría y prácticamente se puede decir que adquirir un álbum de cualquiera de ellas es un valor seguro y una magnífica inversión sea cuál sea su precio. Este grupo de Montreal (Quebec), no es una excepción, y como su nombre bien indica se dejan querer a los pocos minutos de escuchar su propuesta. porque sus canciones se quedan en el paladar dejando un exquisito gusto para todos los amantes del indie-rock actual más elaborado. De ellos se dice que poseen uno de los directos más interesantes del panorama actual (alguna publicación llegó a decir que en dicho formato eran 'el equivalente sónico a ver el rostro de Dios'), donde logran elevar a los altares su pop oscuro, orquestado y dramático practicado también en el estudio, que su música camina en algún lugar entre The Smiths y Serge Gainsbourg (tal vez por el tono vocal de su líder, Murray Lightburn, al que han apodado como 'El Morrissey negro' (cosa que él por cierto odia), aunque también su deje vocal está algo cercano al del vocalista de Blur, Damon Albarn), aunque por su complejidad y los arreglos también se ha emparentado a Radiohead y clásicos como Jethro Tull o los primeros Genesis, pero más allá de todas esas dudosas y gratuitas comparaciones mediáticas, lo cierto es que The Dears, son una banda con mucha personalidad y sus quince años de historia, en los que han publicado cuatro largos y dos ep's, han demostrado su valía sobradamente. 'Gang of losers' es hasta el momento su obra cumbre, y en él podemos satisfacer nuestra necesidad de encontrar melodías dulces en días de reposo por piezas tan atrayentes como "Sinthtro", bellísima intro instrumental de minuto y medio que encaja a las mil maravillas con la idílica "Ticket to inmortality", mi favorita del disco por esos ecos a Broken Social Scene y Apostle Of Hustle de sus primeros segundos que pasan a ser un perfecto tema de candidez pop muy grato, con las gotas suficientes de emoción para que acabe siendo un ejercicio saludable de luminosidad envuelta en melancolía, con majestuosos cambios de ritmo, la guitarrera "Death or life we want you", que recupera el espíritu grunge de los Alice In Chains era Staley por momentos, aunque tal vez encajaría mejor ene repertorio de Foo Fighters, pero que aporta energía suficiente para que el conjunto se mantenga en alza, la apasionante "Hate then love", que me hace dudar en eso de 'tema preferido', porque en ella consiguen sonar a mil cosas que me gustan (Biffy Clyro, John Vanderslice, Interpol...), tan distintas entre sí que parece mentira que lo borden en fusión con tanta sencillez, la desconsolada "There goes my outfit", de letra pesimista, que muestra la tristeza de la pérdida afectiva y que se sustenta en una tonalidad instrumental de nubes y claros, la suave "Fear made the world go'round", lenta canción de tintes sinfónicos, con un Lightburn pletórico variando de registro y que a mitad incluye el salto estilístico más crudo del disco, con ese volantazo adrenalítico impuesto por una distorsión bluesera furiosa y una percusión rockera muy directa, la amble "You and i are a gang of losers", con un sabor rematadamente canadiense que puede recordar a lo que se cuece por allí últimamente (musicalmente hablando, claro), pero en especial a los geniales Stars, con los que suelen colaborar habitualmente, la bailable "Whites only party", que critica con acidez e ironía los todavía existentes problemas raciales en su entorno, y la brit-popera (suena bastante a Pulp, por ejemplo) "Ballad of humankidness", que va progresando sobre la marcha hasta alcanzar el júbilo épico tras unas acertadas trompetas. The Dears, que han sufrido algún que otro cambio desde su creación, estaban formados entonces por Murray Lightburn y su esposa Natalia Yanchak (ambos padres de una niña llamada Neptune), Jodoin Valérie-Keaton, Martin Pelland, George Donoso III y Patrick Krief (estos dos últimos actualmente tocan en los interesantes Black Diamond Bay), contando además con la colaboración del líder de Stars, Chris Selingman y Rev. William J. Lightburn (padre de Murray, y predicador de profesión).

2 comentarios:

  1. muy guapo este disco tío. gracias por enésima vez! me lo bajé fiándome de tus palabras (Canada etc. jeje) y ha sido un acierto otra vez. me han recordado en algunas cosas a Elbow, que es una banda que no se suele parecer mucho a otras, y eso se agradece. "Ticket to inmortality" es un temazo, y "Ballad of..." y la última también me han flipao, tío.

    me hizo gracia eso del Morrisey negro, y algo hay, pero en fin, estoy contigo en que se parece más al de Blur. la gente es la hostia con los motes también, eh? jeje

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  2. Coño! que bien que alguien disfrute tanto como yo con esta gente. A mí me gustan mucho. Tienes mucha raazón con lo de que se parecen a Elbow, una pedazo de banda, por cierto y con mucha personalidad, estoy de acuerdo también en que lo que hacen no se puede comparar con muchas cosas.
    Lo de los motes es muy gracioso, sin duda, eso de Morrisey negro suena a guasa de la tía Tomasa, y los ahí peores como cuando de The Police decían que hacían reagge blanco, jaja, o cuando a Valderrama (aquel rubio melenudo del Valladolid al que le tocó la cola Michel) le llamaban el Gullit blanco...como se tiene que interpretar eso?? jajaja, un poquito de por favor, hombre! jeje.
    Un abrazo tío y como siempre éste que escribe encantao con tú visita.

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