BEULAH

THE COAST IS NEVER CLEAR (2001)

Empieza la que para muchos es la etapa más triste y agobiante del año, y por una vez no me voy a dejar llevar por los recuerdos nostálgicos de como la vivía antes ni por ninguna de esas dos sensaciones, así que voy a dedicar estos días a alabar discos alegres que nos puedan trasladar a placenteros pensamientos y paisajes soleados, que nos hagan desconectar de estas fechas que resultan tan falsamente idílicas y conciliadoras que parecen un arma de doble filo. Reuniones familiares, salidas nocturnas con amigos y consumismo sin cabeza es sinónimo de Navidad, ese par de semanas que disfrutábamos cuando éramos niños y que ahora por alguna extraña razón se ha convertido en un suplicio, pero que si lo analizamos y nos lo tomamos con calma, tampoco tiene porque ser tan duro, así que al mal tiempo buena cara y que mejor que mover el esqueleto (lo sé, esta expresión esta muy caducada, pero es que empiezo a hacerme veijuno) al ritmo que marcaban las canciones de este formidable grupo de San Francisco (California), que para mí representaba la cara más alegre y festiva del indie-rock de antaño. El mítico sello Elephant 6, nos descubrió formaciones tan ilustres Neutral Milk Hotel, The Apples In Stereo, Of Montreal, The Ladybug Transistor, Elf Power u Olivia Tremor Control, que formaban todas ellas un colectivo que ganría mucho prestigio con el paso de lo años, pero si tuviera que elegir una sola de sus referencias, tras mucho dudar eso sí, tal vez elegiría a Beulah, una banda que a pesar de su efímera existencia, dejo cinco sensacionales discos para la posteridad en los que brotaba la psicodelia más pop y las melodías preciosistas adornadas con gigantescos instrumentos de viento. 'The coast is never clear', fue un álbum que me acompañó en las tardes de soledad del año de su edición, haciéndome olvidar los problemas tontorrones con los que se tortura uno en la veintena, y me resultaba muy excitante por el contraste que había entre sus textos y su sonido. La razón era que en el momento de su gestación, a Miles Kurasky (miembro fundador del proyecto junto a Bill Swan) le diagnosticaron un desorden bipolar que se tuvo que tratar con terapia, y el hecho de escribir las letras del disco bajo un velo depresivo mientras residía en Japón, chocó de frente con la música creada por él mismo al volver a su país con aires de moral renovada, de hecho comentaban los restantes miembros de la banda, que a algunos les sonaba a soul y a otros a country, haciendo de las sesiones de grabación un autentico calvario en un constante debate de criterios, derivados en fuertes disputas entre ellos. En definitiva y a pesar de los pesares y los posteriores problemas de sacarlo a la luz (fue publicado finalmente por Velocette Records), quedó para la historia como su mejor trabajo, una delicia veraniega y alegre en su conjunto con temas apoteósicos que han influido a infinidad de bandas actuales como Okkervil River, Dr.Dog, The Format o The Shins. Buena muestra para entender su obra como concepto referencial son "Hello resolven", preciosa introducción que no llega a alcanzar los dos minutos de duración, pero que deja un grato sabor de boca con esas paradisiacas cuerdas y esos bellos coros con fondo sintetizado hipnótico, "A good man is easy to kill", donde vuelven a jugar con las voces en un alarde rockero de alma setentera que mezcla viento y cuerda de forma impresionante, recordando los cortes más inspirados de la Electric Light Orchestra por sus constantes cambios de tonalidad y arranques melódicos, en resumen el mejor tema del lote, "What will you do when your suntan fades?", dulce y reposada declaración de sentimientos encontrados con hetereogeneidad sesentera en esas polifonías apetitosas, "Gene Autry", un pulso ciertamente enérgico con una gran historia impecablemente contada donde destacan unas guitarras coherentes con la armonía brillante que transmite, "Silver linging", fabulosa canción que hace sonreír y bailar con esas trompetas elásticas y ese ritmo deudor del power-pop de Big Star y el imaginario de The Beach Boys, "Popular mechanics for lovers", que al escucharla por primera vez pensé en mis queridos paisanos de El Niño Gusano por su contagiosa fragilidad cariñosa y campechana, y que además cita en una de sus estrofas el genial '69 love songs' de los magnificos The Magnetic Fields, "Gravity's bringing us down", en la que aparece con ligereza un destello country-folk en los acordes y la sobriedad de los primeros Yo La Tengo, "I'm lampshade", con acordeón y mandolina incluidos para darle un toque pintoresco y ecléctico dentro de su afinidad tradicional que bebe de la raíz americana, "Cruel minor change", segura fuente de inspiración para The New Pornographers y The Essex Green, que como ellos triunfan en su coloreada perspectiva del pop, el rock, los sonidos de otras décadas y la festividad, y esa impecable despedida cubierta de ilusión que fue "Night is the day turned inside out", donde se juntan con fuerza todos los elementos que les convirtieron para muchos en una banda de culto. Beulah eran Miles Kurosky, Bill Swan, Pat Noel, Danny Sullivan, Eli Crews, Pat Abernathy, Steve La Follette, Steve St.Cin y Bill Evans.