sábado, 2 de abril de 2011

CYMBALS EAT GUITARS

WHY THERE ARE MOUNTAINS (2009)

Reconozco que hace más o menos un par de años, cuando mi apreciada amiga Viola me pasó el debut, y único álbum editado hasta el momento, de este cuarteto de Staten Island (New York), no me entusiasmó en exceso en la primera escucha. Pensé que eran algo gritones y que a lo mejor era demasiada la fiebre de parabienes que se había creado en torno a ellos, pues fue un grupo que en el preciso instante del lanzamiento de este disco, podíamos encontrar en cualquier blog o publicación escrita. Lo copaban todo, aunque debo decir que eran más visible esos halagos en la blogosfera, tan dada a veces a apostar por las novedades sin que apenas hayan salido del horno. Pues bien pasado el tiempo puede decir que todas aquellas voces estaban en lo cierto (al menos desde mi humilde punto de vista), porque este trabajo me parece formidable. Fue un espejismo aquella mala impresión, le di varias escuchas y me dí cuenta que las canciones se me habían quedado grabadas en el subconsciente y no podía dejar de tararearlas. Una banda que da la impresión de ser una versión moderna de Pavement, pero que sin embrago ofrece un discurso que es mucho más complejo que no puede caer en el pobre apelativo de propuesta clónica. Mejor queda decir que son un compendio de referentes del indie-rock de los 90's. Cymbals Eat Guitars no solo adoran a los de Stockton (California), también sienten predilección por Built To Spill, Yo La Tengo o Dinosaur Jr y eso se puede palpar en cada sabrosa nota extraída de esta brillante puesta de largo. Una obra conceptual que viene a ser, en palabras de sus protagonistas, una reflexión sobre la muerte. La muerte de un amigo del grupo fue la génesis de la mayoría de las letras de 'Why there are mountains' en una declaración sobre la pérdida, el mal gasto de las vidas humanas y de cómo en el transcurso de la historia se amontonan cenizas y huesos hasta formar esas montañas lóbregas. Pero no solo limitan su mensaje con sus textos, porque su música extrae todo su potencial, sin presas de contención, empezando por el hecho de que ellos mismos se encargaron de la producción, da a impresión que todo quedó plasmado en un vasto río sonoro, donde eran capaces de flotar sobre las partes más melódicas y delicadas o zambullirse hacía repentinos arrebatos de distorsión. Los cambios de intensidad y los múltiples registros son habituales en todo el trayecto y pasan del susurro al grito sin que apenas nos demos cuenta en una montaña rusa de subidas y bajadas, de forma que se da una especie de terrible simetría en la estructura, ya que se apoya en tres puntos estratégicos hechos de piezas gigantescas, de largo desarrollo, desembocando en meandros que definen un cauce de distorsión. El primer directo a la mandíbula nos llega con el corte de apertura "And the hazy sea", un inicio que mezcla las guitarras de The Smashing Pumpkins con los juegos vocales de Arcade Fire, aunque da igual ese detalle, aquí hay mucho más que ese sorprendente principio, estamos ante una de las mejores canciones de los últimos años, un comienzo abrumador que presenta a una banda inquieta con ganas de comerse el mundo, un volantazo constante hacía innumerables terrenos, su mejor tema sin duda, esa introducción con la guitarra y los teclados irrumpiendo, elevados por los coros, generan una reacción primaria por como abordan al oyente, que sin tiempo para recuperarse soporta una nueva embestida "Some trees", nerviosa, rítmica, inmediata, una maravilla rockera que trae a la memoria inevitablemente a Pixies, al igual que "Indiana", se aproxima a algo más reciente, Clap Your Hands Say Yeah! (sobretodo por el tono vocal y esa tendencia optimista con la que alcanzaron la gloria con su disco homónimo), templando la corriente y animando el ambiente con primorosos instrumentos de viento, la apacible y emotiva "Cold spring", sección de cuerda incluida para una pista reseñable por aportar un grado de aflicción más acorde a la intención del concepto primitivo, es decir, hacernos partícipes de esa preocupación por el paso del tiempo y el final del camino con una sonoridad melancólica, aunque en los últimos minutos la cabra tira al monte y deriva en un destroza suelas trepidante, la densa "Wind Phoenix", donde se explayan con el ruido y el griterío sufrido a ratos, pero que mantiene el pulso a la cordura en general con un estribillo muy adictivo y unos acordes muy frescos sutilmente pop, la rabiosa "The living north", con cierta semejanza a los Broken Social Scene más asilvestrados, un devenir crud, excitante e inocente a la vez, y la excelsa "Like blood does", una sorpresa que une la furia interior de Nirvana (principio), con el rock gamberro de Modest Mouse (nudo) y con el dream-pop espectral de Atlas Sound (desenlace), en sus casi ocho minutos de coherencia en un lúcido adiós que nos deja con ganas de más. Amigos desde que cursaban estudios en el Southern Regional High School de Manahawkin (New Jersey), Joseph D'Agostino, Matt Whipple, Brian Hamilton y Matthew Miller, son los miembros de esta prometedora banda.

2 comentarios:

  1. Es un placer leer como describes este disco y me dieron muchas ganas de escucharlo!!
    esto era lo que me faltaba, a pesar de lo que comentas de lo que tratan
    los temas, la música es como para volver a empezar, me ha emocionado escucharlo
    y me recordaron un poco a Avi Buffalo, quizá por la voz :P,la canción de Like Blood Does trae en una parte un parecido a "Que me olvide de ti" de nuestros queridos Planetas :P ¿Apoco no estan mejor estos gritos que los que llegan del ático? jajajaja besos enormes.

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  2. jajajaja!! ya te digo!! no sabes lo frito que acabé el sábado, con decirte que al despertar por la mañana e ir a comprar el pan, vi a la vecina limpiando un rastro estomacal (ya me entiendes :S) que dejaron esos gamberros. Vaya gentuza. Ya pudieran estar esos Cymbals Eat Guitars en mi vecindario en vez de esos sinvergüenzas, hasta les dejaría tocar la batería de madrugada, jeje.
    En fin, al disco que es lo que nos ocupa en el fondo :P ...
    Sabía que te gustaría, lo cierto es que no me había parado a pensar en ese parecido razonable de la voz con Avi Buffalo, pero es totalmente cierto, al igual que la parte de guitarras de la mitad (imagino que es a ese trozo al que te refieres, no?) de 'Like blood does' con la canción de Los Planetas. Mira que eres sabia :)
    Bueno...un beso gigantesco y once ñams!!

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