jueves, 14 de julio de 2011

THE SMASHING PUMPKINS

MELLON COLLIE AND THE INFINITE SADNESS (1995)

No lo sé a ciencia cierta pero es más que posible que este sea el disco que más veces he escuchado en mi vida. En este retorno visual del Otoño (aquí en Barcelona hace un día horrible de constante lluvia), ha venido a mi cabeza el recuerdo de mi primer trabajo 'serio', cuando me rompía la espalda arrastrando cajas doce horas al día de lunes a sábado en un almacén que vendía carne al por mayor, por cien mil cochinas pesetas. Consecuencias de haber sido un memo en la etapa escolar, pues por aquel entonces acababa de romper la farsa de mi condición estudiantil. Hacía solo un par de años que había desdeñado mi última oportunidad de reengancharme al vagón del porvenir y tras pasar por una bisutería en el centro y una empresa de ropa para deportes de invierno en los que tampoco me agobiaba mucho y hasta lo pasaba en grande tratando con clientes y compañeros, caí en ese infierno congelado donde tenía que aguantar a un encargado de esos que creen que la empresa es suya además de la dureza de la faena en sí misma.

Pues bien, aguanté tres meses ante la actitud del jefe que me prometía un contrato que nunca llegué a firmar con mi consiguiente malestar derivado en despedida a la francesa, y lo único que me aliviaba de aquel sopor era el hecho de que se me permitía llevarme el discman (nunca más se supo de ese invento innovador) para escuchar música cuando ocasionalmente me mandaban de refuerzo a la zona de la insólita carnicería (algo así como una sala donde se sacaba las vísceras a los animales muertos). A pesar de que allí había unas cuantas trabajadoras que por ser el más jovenzano me regalaban piropos y me divertían con sus bromas, al tercer día ya aprendí a alternar la educación con el autismo sonoro, para poder disfrutar del aislamiento mental a través de discos tan asombrosos como este 'Mellon collie and the infinite sadness', un álbum revolucionario que adquirí en un perfecto estado en una famosa tienda de todo tipo de productos de segunda mano por el módico precio de quinientas pesetas, a pesar de que ya lo tenía más que escuchado de una vieja cinta donde me lo había grabado un amiguete.

Miles de horas muertas habré dedicado a estas canciones, sin ser mi obra favorita del cuarteto de Chicago (Illinois), ya que esa condición corresponde al fabuloso 'Siamese dreams', del que ya publiqué una entrada por estos lares hace poco más de un par de años, muchos recuerdos con ellas como banda sonora, desde mis tiempos de alborotador adolescente, hasta la primera chica que me hizo tilín, que por cierto fue la que me aficionó a los encantos de la banda cuando yo todavía no era un adepto al grunge y alrededores, pero sobretodo esos golpes de cuchillo con el mayor de los desprecios sobre lo que estaba haciendo en aquel lugar tan repugnante que me congelaba los dedos y me hacía polvo los riñones, pero menos que la moral.

Como os comentaba antes, fue tanta la relevancia que tuvo el tercer lanzamiento discográfico de The Smashing Pumpkins que supongo que es tontería destacarlo por enésima vez, pues ya todo el mundo sabe que fue el primer disco doble editado en la era alternativa y sus numerosos singles llegaron a oídos de todo hijo de vecino afín a la nueva variante del rock surgida en los 90's. Pues de este modo solo me vale decir que yo fui una víctima más de la potencia de los veintiocho temas que iluminan este mastodóntico lp dividido en dos partes de distinta denominación ('Down to dusk' y 'Twilght to starlight') como esa intro homónima interpretada a piano que se unía a la belleza de "Tonight, tonight", quién no se acuerda de su fabuloso videoclip con esa estética tan indescriptible, la misma que iluminaba el interior de la carpeta del cd con ilustraciones preciosas, una canción cercana al pop con orquestaciones almibaradas, cuantas lágrimas de desamor debí desprender con ese fondo tristón y ensoñador al mismo tiempo, cuando era un crío que solo quería disfrutar de la mejor etapa de su vida, "Jellybelly", las guitarras más pesadas del universo a riff limpio chocando contra una melodía tan abrasiva como fascinante, una soberana declaración de intenciones en la primera escucha pues es el perfecto ejemplo para que nos demos cuenta de que esta no es una colección de canciones cualquiera, ni siquiera opta por el conformismo, aquí hay variedad vista desde todas las perspectivas y eso a mi juicio hace de esto algo grande, pero la cosa sigue en la línea contundente con "Zero", uno de los buques insignia del grupo, que incluso pudimos ver en un capítulo de 'Los Simpsons' por obra y gracia del señor Matt Groening, y nos hartamos de ver su nombre en las camisetas de miles de adolescentes en aquellos tiempos, "Here is no why", con la potencia vocal del incomparable Billy Corgan, poseedor de un timbre que odias o amas sin término medio, "Bullet with butterfly wings", quizás su pieza más emblemática, primer sencillo del álbum y que en su momento se alzó con un Grammy al mejor corte del año dentro de la categoría hard-rock, "To forgive", donde volvían a los esquemas reposados con instrumentos de cuerda, "Love", una de mis favoritas dentro de las menos ilustres del grupo, una maravilla densa de desarrollo ditorsionado y una digerible capa electrónica, "Muzzle", otra delicia, esta vez para acercarse a la épica con unos ritmos de batería monumentales y un deje pop francamente bello, "Where the boys fear to tread", que abre el segundo compacto con fiereza y una linea rítmica heredera de Black Sabbath, a mi modo de ver las cosas, su mayor influencia a pesar de lo poco descarada que resulta esa obviedad, "Bodies", brutal en velocidad y sentimiento, "Thirty-three", vuelta de tuerca en alas de la calma, de nuevo el pop acústico asomado al precipicio de la libertad compositiva, "1979", por todo lo que representa uno de mis cortes favoritos de siempre (y hablo en general, no solo de ellos), ese ritmo eternamente jovial y esa emoción con la que un servidor se siente tan identificado no solo por su título sino por todos los buenos ratos vividos con ella de fondo, que me hacen encoger el alma al escucharla, "Stumbleine", una de las pocas canciones que serían capaces de hacerme llorar si fuera un tipo normal y no el melón que soy, una pista que disfruté en su día en un concierto de presentación de 'Machina' que ofrecieron por tv desde el Museo Guggenheim de Bilbao y que me llevó imaginariamente al lugar como lo está haciendo ahora que suena por encima de este escrito, "We only come out at night", su capricho folk, más cerca de The Beatles que de The Beach Boys, y "By starlight", otra hermosura más cocinada a fuego lento con esa sensación de que se agota esta obra maestra. Podría haber comentado cada una de las pistas del disco, pero la lectura de este post habría sido eterna.

The Smashing Pumpkins eran en aquellos lejanos principios Billy Corgan, D'Arcy Wretzky, Jimmy Chamberlain (que en la foto del interior parece una mezcla física entre Eusebio Poncela y El Dioni) y James Iha, apareciendo como colaboradores en esta obra, Greg Leisz, Audrey Riley, Carrie Shiner y la Chicago Symphony Orchestra.

6 comentarios:

  1. Tantas cosas que decir... espero no hacer un segundo post...

    Primero, que invento más breve el discman... desde que salio hasta que desapareció ni 10 años duró. Nadie podía prever lo del MP3. Yo debo tener uno por ahí, que ojo al dato: leía cd gravados con MP3... vamos la inversión de mi vida.

    En cuanto al Mellon Collie, coincido que es inferior al Siamese Dreams, pero este fue el disco por el que conocí a los Smashing y eso que cuando salio en un primer momento no me entusiasmo demasiado. Escucharlo continua siendo una contradicción para mi. Hay canciones que no soporto (Tonight, tonight) y no sabría ni explicar porque; y otras que considero himnos generacionales como Zero, 1979 o Bullets with...

    También te diré una cosa: con los años he ido apreciando mas a los Smashing... menos Tonight, tonight.

    Saludos crack!!

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  2. Esto lo haces para que escriba, verdad? ;-)

    Para mi, una de las mejores canciones de los 90 está en este disco: 1979.

    Curiosamente, durante muchos años, Smashing Pumpkins fué para mi uno de esos grupos que "te suena", pero no terminas de localizar.
    Recuerdo que mi hermano, que trabajaba en esa época en un garito en Pozuelo, me comentaba como cuando alguien se acercaba a la barra a preguntar de que grupo era la canción que sonaba, le respondían siempre Smashing Pumpkins cuando no sabían de quien era. Y nunca se quejó nadie. Que cosas, eh?

    Disco imprescindible en mi discografía y en mi vida. Un 10.

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  3. Bien recibido sería un segundo post con firma tuya, ni que decir tiene!

    Evoluciona todo a pasos agigantados, yo que me creía el rey de java con mi flamante discman y resulta que en cuatro días caducó. Recuerdo que el mío en cuanto pisaba un bache cuando iba andando o más bien cuando bajaba un bordillo, saltaba de pista, jajaja. Y que difícil de esconder era además es cacharro, anda que no abultaba. Por cierto, ese discman tuyo que leía mp3, era el no va más, lo que hubiera dado yo por agenciarme uno en su día.

    Es curioso porque a mí tampoco me entusiasmaron a la primera estos tipos, de hecho creo que me enganché a ellos porque le volvían loca a la chavala que me gustaba por aquel entonces y claro, tenía que aficionarme a ellos sí o sí para tener alguna conversación recurrente (que recursos tan cutres tenemos los tíos en la adolescencia, jeje).

    Yo siempre he tenido en buena estima a esta gente, salvo cuando no les hacia caso en sus comienzos porque era un torpe que juzgaba sin previa escucha y lo cierto es que con los años lo considero un grupo imprescindible, de esos que se dan en llamar 'de cabecera', ya que a mí juicio salvo el 'Zeitgeist' este que sacaron no hace mucho (que sin estar mal, ya baja un poco el pistón) todo lo que han publicado es de notable alto.

    En fin, que buena alegría me da saber que también es un grupo predilecto tuyo, aunque eso sí, mira que no gustarte 'Tonight, tonight', con lo dulzona que es, jaja...no eres el único, conozco gente que la detesta por pomposa (aunque a hora que lo pienso es gente que odia al grupo en general).

    Un abrazo, mestre!

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  4. Te vas a reír Jota, pero tengo que confesar que tenía pensado escribir algo de The Smashing Pumpkins hoy, cosa que comenté en el post de ayer (el de Sunny Day Real Estate, grupo que por cierto te recomiendo encarecidamente si todavía no lo has escuchado), pero en parte sabía que este disco en concreto sería como bien dices, uno de tus imprescindibles, jeje.

    Coincido plenamente en eso de que '1979' es una de las mejores canciones de los 90's, a mí a día de hoy me sigue suponiendo un chute de adrenalina capaz de alegrar el día más gris.

    Que buena la anécdota de tú hermano, jaja, ahora dudo de todo aquel que me dijera en su día de quién era tal o cual canción cuando me acercaba a preguntar, porque lo cierto es que luego nunca las encontraba, jaja. Pues oye, con la tontería puede que tu hermano sea responsable de un buen número de ventas de esta banda en nuestro país. que pida su parte del pastel ya! que el pájaro de Billy Corgan se lo gasta todo en peines y no se puede tolerar :D

    Que bueno compartir estos discos con nostálgicos como yo. Que vivan los 90's pardiez!!

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  5. DE LOS QUE ME CAMBIO LA VIDA, ENORME

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  6. Lo mismo digo, Temoc! que bien que coincidamos en esto, aunque no sea extraño siendo que andamos mas o menos por la misma edad y este es un pedazo de disco generacional :P
    Un placer verte por aquí.
    Un abrazo!

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