viernes, 27 de julio de 2012

THE BARRENS

THE BARRENS (2012)

Me complace sobremanera que este álbum haya llegado a mis manos y poder escribir sobre él, por la enorme miscelánea de contenido que esconde en su interior. Creo que de todos los grupos que he escuchado en mi vida, este es, sino el que más, si uno de los que mayor honor hacen a la dicha de 'en la variedad está el gusto'. Un abanico de estilos siempre bajo un manto de psicodelia, en el que los de New York City (New York), incorporan elementos comunes del pop y el rock en todas las orientaciones posibles ya sea alternativo, indie, post, electrónico o clásico, además de añadir connotaciones shoegaze, grunge e incluso juguetear en uno de sus cortes con el heavy metal. Se les atribuyen influencias tan heterogéneas entre si como Pixies, Radiohead, The Flaming Lips, Clinic o Jefferson Airplane, pero en su sonido se pueden encontrar reminiscencias infinitas y con este álbum de debut bordan un mensaje que si este mundo es justo hará que llegue a todos los rincones del planeta y no se quede dentro de sus fronteras, pues tiene todos los ingredientes para saborear el éxito no solo estatal, sino también internacional.

De momento ya han defendido su propuesta en festivales de su ciudad y en el país vecino, concretamente en la ciudad de Toronto (Canadá), donde sus melodías pegadizas y su poderosa exposición sonora impactó al ser transmitida de la mejor de las maneras en formato directo (sus actuaciones han cosechado muy buenas críticas). Valientes en su objetivo de llegar a los oídos del personal, editaron un Ep llamado 'Worming' como primer lanzamiento desde la autoedición, encargándose también de la promoción del mismo y llamando la atención de los medios que describieron la idea como 'excepcional' ante la atención conseguida. Pero de eso han pasado ya cuatro años, han madurado muchísimo y lo que allí se estaba cociendo ha quedado con el tiempo en un suculento plato servido en restaurante de cinco tenedores con este fabuloso trabajo homónimo que significa su presentación en formato de larga duración.

The Barrens, formados por cuatro chicos y una chica de latente juventud, dignifican la palabra frescura y hacen honor a su condición de renovadores del rock actual con su capacidad para abrir nuevos horizontes dentro de su propia esencia atemporal, ya que su discurso se podría encajar en cualquier década anterior del mismo modo que cuadra en esta. Buenas melodías, guitarras palpitantes, percusiones centelleantes y ritmos adictivos junto a las magnificas polifonías vocales, son los ingredientes que encontramos en esta obra.

El viaje al interior del estimulante universo de este grupo se inicia con la sumamente psicodélica "Claw remains", que puede recordar tanto a los primeros Super Furry Animals (el registro vocal es muy similar al de Gruff Rhys en este corte), los Sun Dial más alucinógenos y la atmosférica celestialidad de Love, en la que quizá sea la pieza más afín a su manual de estilo principal y no sé si deciros que mi preferida del lote, la enigmática "Felt", bofetón con ahínco a las normas pre-establecidas rompiendo a las primeras de cambio la línea de la rutina para cabalgar a lomos del heavy metal de destinación doom que tiene a Black Sabbath como fundamental pilar referencial (esos riffs delatan su fuente de inspiración), "Bottom of a well", pista que viene al rescate utilizando armas efectivas en su objetivo de abrir un destello inabarcable de luz, sonando pegadiza, imponente y melódica por todos sus poros al compás de esas palmas que irradian armonía, "In and ice", que bien podría pasar por un tema de Tristeza en base a su melancolía, pero que no se queda corta de todos modos en cuanto a emoción, gracias a esa dócil voz femenina, y que no sé exactamente porque (tal vez por su estribillo y calma progresiva), me recuerda al "Vienna" de los ochenteros Ultravox, "Love of absence", una ricura próxima al pop edulcorado con una buena distorsión que le da cuerpo, "Out of the rain", antológica en toda la extensión de la palabra, pues en sus casi seis minutos acoge entre sus fuertes garras múltiples estilos que van entrado en distintas fases, con una fondo instrumental portentoso en su desenlace que se va a apagando, se duerme y después retorna para finalizar la faena con una orgía de punteos circulares, "Sagaminiopteron psychedelecum", retroceso al concepto embrionario dibujando los mejores instantes vocales del disco, "Yellow cigarrette", puro noise alimentado de coros power-pop, "Better", como recuperar a Patti Smith o Chrissie Hynde para la causa eléctrica, y "Face the eighth", como juntar al Peter Gabriel de los buenos tiempos de Genesis y a Guy Garvey de Elbow, para dar más cobertura a la clase que poseen por si mismos.

Debbie Chou, Mike Koene, Chris Gersbeck y Colin Fitz, con la ayuda de Nick Tardif y Max Bunion, facturaron este grandísimo álbum que encantará a todo aquel que disfrute con los grupos que opten por no cerrarse en una etiqueta musical.













2 comentarios:

  1. Jo! pues la verdad es que a mi me ha encantado, sin más, es eso, un encanto de disco!!
    Estuve con él este finde y es maravilloso......adoro los findes tranquilos acompañados de buena musiquita :)
    Muchas Gracias (una otra y otra vez)
    Buena Semanita Txarls!

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  2. Son una joya estos The Barrens, como me alegra que te hayan gustado y que en general eligas las cositas que voy poniendo por aquí para amenizar parte de esos fines de semana de paz y tranquilidad, oye!
    Para mí lo mejor de esta gente es que son sumamente variados en estilo, no sabría encasillarlos en un solo género, vamos.
    A ver si estos grupos que he ido poniendo por aquí en las últimas semanas, se hacen populares con el tiempo y podemos verles actuar por estos lares.
    Gracias a ti de nuevo por dejar tu opinión.
    Que tengas un magnifico inicio de semana!

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