lunes, 10 de diciembre de 2012

THE MEKONS

NATURAL (2007)

De vuelta del puente, vengo como siempre que me evado del devastador ritmo sofocante de la gran ciudad, con ganas de reactivar mi querencia por el folk paisajista, esos sonidos que nos llevan de vuelta a la paz corporal, a la tranquilidad del movimiento, la claridad de lo natural, lejos de la rabia acumulada con el día a día en esta jungla de grandes edificios, polución y tráfico atroz, donde nuestra vida se consume sin el deleite que proporciona escuchar el silencio. A recuperar ese sentir paralelo y opuesto a lo habitual que siento como residente en una gran urbe donde todo funciona a velocidad terminal convirtiéndonos en esclavos del reloj, me ha ayudado tanto en el día de hoy como en mi camino de vuelta de ayer noche, la música de los veteranos e incombustibles The Mekons, que en sus más de treinta cinco años de historia no han dejado de sorprender a propios y extraños con su consistente evolución, destacando su paso de un poderoso punk rock en los comienzos al fino y pulido alt-country que practican en la actualidad. Cuando sonaban las notas de este estupendo 'Natural' durante el viaje, pude presenciar todo el esplendor del cielo sobre el asfalto y el campo yermo que rodea el trayecto que me trae de mi tierra de origen a aquí y de alguna manera percibí detalles para la vista que hasta entonces tenia inéditos, como la asombrosa forma de las nubes que dibujaban figuras concretas o una espectacular bandada de pájaros volando en círculos como si se hubieran reunido para acordar un destino al que emigrar. Si los de Leeds (Inglaterra), consiguen poner la banda sonora ideal a la sencillez, es que merecen mucho la pena.

Por eso me parece una buena ocasión para escribir sobre ellos. Si bien es cierto que con dieciocho largos y seis Ep's, se hace harto complicada la tarea de decantarse por uno solo de sus trabajos a la hora de recomendar un modo de iniciarse en su propuesta, también lo es que el que de momento es su penúltimo disco en ver la luz, es tan digno de mención como cualquiera de sus lanzamientos aclamados en otras décadas. Asociados habitualmente a la escena post-punk, con el paso del tiempo, esta multitudinaria banda que ha llegado a contar con catorce miembros en su plantilla como si fueran la respuesta británica a Lambchop, ha ido derivando hacía la música de raíz americana, aunque sin olvidar su espíritu inconformista ni su origen, pues a pesar de que muy posiblemente sus influencias vengan del continente norteamericano, su actitud y esencia es muy fiel a su procedencia.

Fue a mediados de los 80's cuando el grupo se tomó en serio a si mismo más allá de su carácter comprometido, tras cosechar cierto éxito con su satírica visión del panorama en su inicios (hasta los mismísimos The Clash fueron víctimas de su descaro, en medio de la polémica que sufrieron estos por la letra de su single 'White riot') a través de canciones que no dejaban títere con cabeza.
1984, fue la fecha clave en el devenir del grupo. Se posicionaron como voz de la política de izquierdas y apoyaron al movimiento minero de su tierra, formando parte de sus huelgas y reivindicaciones, además empezaron a acoger nuevas referencias o cuanto menos hacerlas visibles del todo y ampliaron su formación con cinco componentes más que le daban mucha mas fuerza a su discurso, más empaque en la instrumentación, ganando en riqueza de matices y elementos sonoros, imprescindible paso, todo sea dicho, para que su acercamiento a la experimentación de sus propias coordenadas con las reminiscencias de la música tradicional popular inglesa, y su aprecio por el imaginario de Hank Williams y Gram Parsons.

Adaptados a los tiempos que corren sin problemas, The Mekons son casi una leyenda de lo prolífico y de la continuidad, manteniendo una formación fija desde hace más de veinte años. Esa buena comunión hizo que este brillante disco fuera una bocanada de aire fresco desde la experiencia y la autenticidad, un nuevo ejemplo de que la música country puede ser tan poderosa y cercana al pueblo como cualquiera a la que se le atribuye dicha condición por defecto. Aparte,  dentro de su ecológica cubierta de aires campestres, se esconden varios de los mejores cortes de su discografía como por ejemplo el magistral "Dark dark dark', mi favorita del disco, con unas cuerdas que en su ejecución recuerda mucho a las usadas por los magnos Willard Grant Conspiracy, y un filtro de oscuridad que hace honor a su título, "Dickie Chalkie and nobby", una pieza reposada que encajaría en un hipotético western de Quentin Tarantino (ahora que pienso, ese género ya es una realidad en la filmografía del díscolo director, con el estreno de la a priori atractiva 'Django Unchained'), y rematada con unas entrañables voces infantiles, "The old fox", seductora nostalgia hecha arte con esa armónica y esa acústica en affaire romántico, una pieza sencilla con un poder evocador fascinante en cuya atmósfera triunfa la buena armonía vocal de sus dos líderes Jon Langford y Sally Timms, a pesar de que esta última se limita a aparecer de manera puntual, "White stone door", que tontea con el ambient pseudo electrónico de Xiu Xiu en sus primeros compases para luego abrazar los parámetros del folk con la sobria voz femenina emulando a Marianne Faithfull, "Shocking curse bird", mucho más colorida y animada, cercana a las tonadas celtas con ese ritmo festivo y esas polifonías jocasas, "Give me wine or money", curiosa cuestión, ultimátum ebrio que acaba siendo un duro canto a la falta de medios, un himno para perdedores con causa, "Diamonds", su deuda cumplida con el pop resulta en poco más de un minuto, pues el resto tiene un alegre enfoque semi-gospel controlado a conciencia, "Burning in the desert burning", fiel al legado de Johnny Cash, un personaje indispensable en la concepción de este y otros trabajos recientes, "The hope and anchor", minimal tema en el que resalta la dulce voz de mujer y un violín que desprende un reconfortante aroma a madera mojada, y "Perfect mirror", que cierra el tratado y de la que solo puedo decir que es preciosa, emocional y triste al mismo tiempo, quizás la mejor pista del lote.

'Natural' fue firmado por la banda usando pseudónimos de modo que Jonathan Dennis Langford (quien cuenta con una magnifica discografía en solitario además de liderar otros proyectos encomiables como The Three Johns, The Drifting Cowgirls, Katjonband y Sportchestra!) fue 'Reduced Iron Jon', Ken Lite fue 'Cultured Kennilite', Lu Edmonds (ex-miembro de PIL y músico de acompañamiento de Billy Bragg) fue 'Organic Lu-cose', Rico Bell fue 'Infused Ricoflavin', Sally Ann Timms (brillantes sus discos en solitario también) fue 'Sally Timmamine', Sarah Corina fue 'Modified Sarahydrates', Steve Goulding (antes en Gang Of Four y The Rumour) fue 'Petite Durum Steve- olina', Susie Honeyman fue 'Susie Honey Extract' y Tom Greenhalgh (que compagina su labor en The Mekons con la de voz de Sarandon) fue Sun Dried Green Tom.

2 comentarios:

  1. Suenan bien, desconocia la existencia de esta banda

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  2. Como me alegra que te hayan gustado, tio!
    Es uno de esos grupos que siguen ninguneados a pesar de que llevan muchos años en la brecha. Tal vez sea porque estilísticamente andan entre Pinto y Valdemoro a caballo de dos estilos que sobre el papel son diametralmente opuestos.
    Por cierto, estáis que os salís la familía 'Silla enfadada', prolíficos a más no poder. Tengo pendiente pasar a comentar, y cuando lo haga va a ser en plan palizas, que se me van acumulando los posts, jaja.
    Un abrazo!

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