jueves, 18 de abril de 2013

ISBELLS

ISBELLS (2012)

Menudo sueño destructor he tenido esta noche, me he despertado sudando como un cerdo (eh! no vale pensar que el símil viene al pelo porque es lo que soy, deslenguados guasones), las he pasado canutas, era tan real que incluso me he levantado de la cama con el corazón latiendo a mil por hora y temblando salvajemente, y es que en la pesadilla el mundo tocaba a su fin, pero además de una manera atroz, destruyendo una bomba nuclear todo lo que mi vista era capaz de observar, y a todo esto yo huía como alma que lleva el diablo en busca de un lugar seguro, con la sensación de que sería en balde. Que mal rato, vaya aventura tan cinematográfica, ha sido como ponerse en la piel de uno de esos personajes hollywoodienses interpretados por merluzos inexpresivos rompetaquillas como Nicolas Cage, Tom Cruise o Keanu Reeves, pero con la diferencia de que mis temores eran creíbles, pues la situación era verídica dentro de mi cabeza, que curioso fenómeno. Siempre me ha gustado encontrarle un sentido a los sueños, pero atando cabos yo solo, sin necesidad de buscar explicación en esas teorías científicas de los libros especializados en el tema, pues creo que cada persona es un ente distinto en su mecanismo y tenemos diferentes formas de analizar lo que sentimos en nuestro interior. Esta vez lo achaco al hecho de haber visto estos días como está de enfermo el planeta, con atentados como el de Boston (Massachussets), amenazas coreanas de poner todo patas arriba, y la extraña explosión de anoche en una fábrica de fertilizantes situada en West (Texas), que tiene conexiones inequívocas con la tragedia de la vecina Waco sucedida hace justo veinte años (mucha casualidad, no?). Con esa noticia he comenzado la jornada y a raíz de ello y la molesta velada que he sufrido, he tomado la decisión de no ver ningún telediario durante un largo tiempo. Voy a dar la espalda al drama, porque total para que? si solo deprime ver como está el panorama, así que lo que he hecho a la hora de comer, ha sido poner música de fondo en el reproductor de la televisión, y que mejor que un disco pacífico como lo es este debut de Isbells.

Conciliadora como pocas, la ópera prima de los de Leuvense (Bélgica), carga todo el peso en el talento de su alma mater, Gaëtan Vandewoude, quien ideó esto como un proyecto en solitario, cambiando de parecer en el último momento para formar una banda en condiciones y bautizarla con un nombre ajeno al suyo. El grupo efectua principalmente canciones de pop-folk melancólico, con una muy marcada influencia de Bon Iver, aunque más encaminados a la dulzura optimista, y con una sonoridad que les puede emparentar directamente con coetáneos estadounidenses como St.Augustine, Bombadil, Blind Pilot, I Am Oak o Bowerbirds, entre otros. Quién decía que solo se podía hacer música de raíz americana siendo nativo de dicho país, se equivocaba rotundamente, como demuestran estos chicos en esta obra homónima, que cuenta con una continuación editada el pasado curso bajo el nombre 'Stoalin'. En ambas nos topamos con una cuadrilla dotada de gran calidad a la hora de abordar tanto la sencilla instrumentación, como la coralidad vocal, y es que ese puede que sea el punto fuerte de su discurso, la amabilidad de sus polifonías y el minimalismo de un sonido cercano, cálido, tristón pero sin llegar al llanto facilón, más interesado en buscar una luz interior que alumbre nuestro camino y el suyo propio que de ofrecer lo mismo que otras bandas de su generación.

No esperéis una obra maestra, ni siquiera una colección de pistas inolvidables, tampoco es necesario llegar a ese punto de convencimiento para que un disco brille con un resplandor de belleza suficiente como para que cale en el fondo de nuestro corazón. Mandolinas, ukeleles, acústicas, lapsteel, percusiones frágiles y armonías delicadas en un ejercicio de honestidad, para un cuarteto que si bien no ha explotado todavía fuera de sus fronteras, si es profeta en su tierra, al menos para los buenos aficionados al género que practican, ya que poco después de que este compendio saliera al mercado, estuvieron nominados a los premios de la industria musical belga como 'mejor artista o grupo revelación', debido al éxito cosechado con el boca a oreja.

Nueve piezas que pasan en un suspiro y que van de fábula para sentirse a gusto en una tarde plácida en la que no apetezca nada más que evadirse un rato y recordar que muchas veces no hace falta más de lo que necesitamos para ser felices. La prueba está en el envoltorio de canciones como "As long as it takes", donde unos coros femeninos que son como sacarina para la repostería, inundan de sensibilidad una atmósfera bucólica en la que la voz de Vandewoude acomoda cada nota en un registro que une las gargantas de Justin Vernon (otrora líder de DeYarmond Edison, Volcano Choir y los antes mentados Bon Iver) y Jónsi (voz de Sigur Rós y mitad de Riceboy Sleeps), algo que sucede en cada rincón del álbum en el que aparece su palabra, y en la que además suenan unos vientos que se asemejan a los usados por Beirut, "Without a doubt", almibarada y desnuda, una nana mansa y sentimental, que podría encajar en el ideario de Mount Eerie, "Reunite", una de las mejores del repertorio por su hipnótico poder rítmico, que junta la sensatez electro-acústica con el tribalismo introvertido, una delicia en cuyo falsete sobrevive el fundamento, apagándose en un deambular silencioso que solo puede ser disfrutado en la más estricta intimidad, y que trae a la memoria las composiciones del sueco-argentino José González tanto para su faceta solitaria como para sus Junip, "Maybe", cruce de caminos entre J.Tillman, el primer Iron & Wine y William Fitzsimmons, corte sereno, opaco y minimal interpretado con unos pocos cacharros, "Dreamer", indicativa desde el propio título, una pieza suave e idónea para cerrar los ojos y dejar volar la imaginación, y "I'm coming home", en la que asoma el fantasma de Simon & Garfunkel, referencia inevitable al hablar de este tipo de bandas, un crescendo progresivo que gana hermosura a cada segundo, mi favorita del disco.

Un trabajo que tal vez peque de repetitivo en cuanto a esquemas, pero que se deja escuchar con facilidad dejando un buen poso de cordialidad. Isbells está formado por Gaëtan Vandewoude, Bart Borremans, Gianni Marzo y Naïma Joris.

4 comentarios:

  1. He corrío como un poseso a devorar esta entrada creyendo, tonto de mí, que se trataba de algún proyecto desconocido del Sr Jason Isbell. ¡Pero no! Mira tu por donde que los tíos no tienen na' que ver con el ex-DBT y encima son de la patria del underrated de Jean Marc Jaumin y del megaunderrated de JCVD... Cagondeu Txarls!!! Aquí no gana uno pa' sustos.
    De todas maneras buscaré el disco y le pegaré una oída. Su buen gusto me ilumina.
    A sus pinreles.

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  2. jejeje, era una trampa para que los que sois devotos de Drive By Truckers mordieráis el anzuelo, escuchárais este grupo y me pusiérais a parir por haber puesto bien semejante coñazo de disco!! jajaja.
    Fuera coñas, muy grandes los trabajos del tio Jason con sus 400 Unit, el último que sacó de estudio me encanta y llevo idea de postearlo un día de estos, de hecho siempre pensé que lo pondría hasta de poner este plagio (por nombre, claro).
    Espero que te guste este disco, aunque no es nada del otro Jueves, quizás, pero si se quita uno el prejuicio de pensar que son una mala imitación de Bon Iver, y olvida que suenan lineales, se les coge cariño. A mi me entró bien a partir de la cuarta o quinta escucha y en un momento de tranquilidad total, sino reconozco que no tienen casi nada de especial.
    De todos modos a mi me gustan, que parece que los esté vilpendiando, después de haber escrito bien sobre ellos en la entrada, ya me vale :P

    Por otro lado, decir que madre mía Jaumin!!! jajaja, no recordaba a ese hombre! como me gustaba ese jugador, héroe de la Korac que ganó Unicaja en el 2001, y jugó en el Madrid también, verdad? ahora dudo, tiene pelotas, debería recordar mejor eso...quién era bueno también fu su primo chino, Yao Ming...lamentable chiste, lo sé. Sobre Juan Claudio no digo nada porque ya sabes que soy tan fan de sus películas como de su estilismo, y sé que compartimos devoción.

    A sus pies yo cual limpiabotas sin ánimo de lucro!

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  3. No recuerdo porqué cuando los escuché por vez primera me llamaron tanto la atención, quizá por su sencillez y la forma cálida que tienen al entrar a los oídos.

    Es un disco que si bien, no se recordará como una obra maestra, sí que se podrá recordar esa canción que va sonando en la autopista mientras el sol y el aire acarician tu rostro.

    Besos de los buenos, de los grandotototes ah! eso si nunca, nunca de los anoréxicos jajaja :D

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  4. Pues es que hacen una música muy sencillita y a veces las mejores confituras se encierran en tarro pequeño :D
    Además como tú bien dices es una colección de canciones cálidas, muy bonitas en general y que entran bien de primeras, todo lo contrario que lo que comentaba antes de bandas como Red Stars Theory. Estos grupos son muy necesarios, la verdad.
    Para acompañar una conversación, con una paisaje idílico, me resultan fabulosos y si! para iniciar un viaje en carretera con sol radiante y brisa fresca...cogemos el bólido o el de cuatro puertas, cielo? venga, tú eliges coche y yo conduzo :)
    Besos obesos!

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