ANTIBALAS

ANTIBALAS (2012)

Empezamos una nueva semana y dejamos atrás otra que nos trajo la lamentable noticia del fallecimiento del ex-presidente  sudafricano Nelson Mandela, un hombre que más allá de su posición política será recordado eternamente por sus nobles actos y su carácter conciliador por los que fue reconocido como uno de los personajes más emblemáticos, respetados y admirados del planeta. Una figura clave en cuestiones humanas, que recibió más de cincuenta doctorados honoris causa, infinidad de condecoraciones y premios al valor, entre ellos dos Nobel de la paz, y que nunca dio su brazo a torcer ante los opresores que quisieron derrocarle cuando su sueño de lograr que las razas convivieran en armonía en su país, tenía visos de ser cumplido. Ni los veintisiete años que permaneció encerrado en una prisión de la Isla de Robben, lograron enturbiar su alma de ira y rencor, tan solo engrandecieron su cordura hasta el punto de idear un modo de acabar por la atrocidad del Apartheid de un modo tan sencillo como letal, y vaya si lo consiguió. Fue un hombre de bien hasta su adiós y se fue con la conciencia tranquila del que sabe que su cometido en la vida llegó a buen puerto. Pero en fin, no me voy a extender mucho más sobre el tema, pues comento esto a colación de que de algún modo su persona estuvo muy vinculada a la música (como también lo estuvo al deporte) y por ello hoy me apetece dedicar una entrada a un grupo que no sé si él llegaría a escuchar alguna vez, pero que de haberlo hecho, seguro le habría encantado.

Antibalas, también conocidos como Antibalas Afrobeat Ochestra en la actualidad, y como Conjunto Antibalas en sus inicios, es una banda de Brooklyn (New York), cuya procedencia no impide que en ella reine un mestizaje y una multiculturalidad digna de mención en la que conviven felizmente varios géneros que van del jazz al funk, pasando por el rock, música de raíz africana, dub, son cubano y afrobeat, un estilo emergente que parte del folclore de Nigeria. Cosmopolita al cien por cien, este colectivo musical (casi se les puede definir más así que como grupo porque lo componen once personas), cuenta en sus filas con instrumentistas de origen latino, asiático, africano y estadounidense de pura cepa, que citan como influencia directa los nombres de Fela Kuti y Eddie Palmieri's Harlem River Drive Orchestra, llegaron a mis oídos a raíz de su participación en los primeros discos de sus amigos y vecinos Tv On The Radio, cuentan con cinco albumes de estudio, y han colaborado además de con la magnifica banda que lidera Tunde Adebimpe, con gente como Foals, Dr. Dog, y el ex-lider de los ilustres Talking Heads, David Byrne (concretamente en el disco que editó el año pasado junto a St. Vincent), buena muestra de su calidad.

Consolidados como un referente sonoro genuino dentro de las escena neoyorquina en muy poco tiempo, este gentío ha llevado su discurso alrededor del mundo, haciendo acto de presencia en más de treinta y cinco países, entre los que se incluyen Japón, Turquía, Brasil, Australia o Portugal, los cuales cito como ejemplo para confirmar lo rica que es su propuesta, que es bien aceptada en cualquier punto geográfico imaginable. Reputados como nadie en su ciudad de origen, también llevaron a cabo una impactante participación un musical de Broadway, en homenaje a la figura del genio nigeriano Fela Kuti (el espectáculo se llamaba 'Fela!'), lo cual todavía les abrió más puertas este mismo año. Este mismo verano, su aparición en 'Late night with Jimmy Fallon's', programa televisivo de la NBC americana, para presentar el single primerizo de su quinto trabajo, les abrió las puertas a las masas (relativamente hablando, claro), y por el momento su más reciente obra homónima está siendo la más alabada de su trayectoria.

Seis canciones de largos desarrollos y compases refrescante cuya base, amén de sus influencias reconocidas, bebe también, bajo mi humilde punto de vista, del legado de James Brown, Funkadelic, Parliament y Salif Keita, cosa que podemos percibir escuchando piezas tan lozanas y revitalizantes como "Dirty money", que da el pistoletazo de salida con esa perfecta unión de órgano y vientos, hasta que irrumpe la voz para sacar todo su potencial, mientras las guitarras introducen un aroma soul fascinante, "The rat catcher", percusiones sobrias sobre tonalidades funky, una pieza en la que la progresión instrumental lleva el peso y el cantante ejerce de mero complemento, aunque crece en su misión en el momento en que le acompaña un acertado coro femenino, "Him belly no go sweet", imponente en su ejecución, con esas trompetas poderosas que imponen una marcha de alma libertaria o mas bien contestataria, en la que es la primera de las cuatro pistas interpretadas en alguna lengua africana (no sé cual exactamente), "Ari degbe", mi predilecta del lote, acelerada en su trasfondo, golpeando el cencerro con ahínco para dar un empaque furioso que se endulza a medida que avanza buscando una épica humilde y desprovista de altanería en pro de la esencia pasional de la improvisación, "Íbéji", misteriosa en sus primeros minutos, buscando alterar las emociones del oyente y fusionando el jazz con el blues fósil del continente al que pertenecen los ancestros del núcleo principal de la banda, además de acoger en su seno compositivo reminiscencias del nuevo rock costamarfileño, y "Saré kon kon", mucho más tribal que el resto, moderna en conceptos y bailable en espíritu, como si una alto grado de psicodelia impregnara sus cachibaches a la hora de ponerse a tocar.

Abraham Amayo, Miles Arntzen, Victor Axelrod, Stuart Bogie, Marcos García, Marcus Farrar,, Aaron Johnson, Jordan McLean, Luke O'Malley, Martin Perna y Nikhil Yedawadekar, todos ellos componentes fijos de Antibalas, trabajaron en el estudio de grabación con la cooperación de Reinaldo DeJesús, Cochemea Gastelum, Dave Guy, Shaneeka Harrell, Giancarlo Luiggi, Afi McLendon, Yoshi Takemasa y Lucinda Slim.