miércoles, 1 de abril de 2015

SAD BREAKFAST

SAD BREAKFAST (2009)

Muchas anécdotas y vivencias conservo de los ratos pasados tanto en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas como los que pasé en el Benito Juárez y dentro del mastondóntico Boeing 777 que me llevó de la capital de España a Ciudad de México y viceversa, pero las más gratificantes fueron las que vinieron a causa de la espera de tres días que me tocó sufrir en la Terminal 1 madrileña, donde pasé tres horas por jornada matinal porque no había plazas disponibles en las que encajara mi billete sujeto a espacio, un chollo económico que tiene como inconveniente esa peculiaridad, es decir, que estés condicionado a que hayan asientos disponibles. Tan solo pagas las tasas de vuelo, pero entras en una lista junto a un buen grupo de personas que hacen el trayecto en tus mismas condiciones y estás con la inquietud de no salir de dudas sobre si despegarás o no, pero lejos de parecer una rotunda molestia, en el dado caso de que tampoco tengas un compromiso insalvable que cumplir en el lugar de destino, se le puede sacar la parte positiva y esa es con la que me quedo, pues en esa experiencia conocí un grupo de gente encantadora con la que hice buenas migas, como si estuviéramos compartiendo algo que nos eximiera de ser egoístas y nos evocara una solidaridad y una camaradería sinigual.

Allí estábamos unos treinta benditos esperando cumplir la ilusión y conversando amistosamente para saber la historia de cada cual, sufriendo el mal carácter de una de las empleadas de la compañía aérea y la paciencia intermitente de otra, que podía pasar de ser muy comprensiva a extrañamente agria en cuestión de segundos. Mayoría de mexicanos y algún que otro español, entre ellos, una chica que estrenaba una obra de teatro un día concreto y era un manojo de nervios porque se le comía el tiempo, Carlos Izaga, un tío más majo que las pesetas que es conocido por su carrera en solitario y por ser uno de los coristas en gira de Miguel Bosé, una chica que había pasado unas semanas viendo a la familia, un matrimonio mayor que tenía una apariencia muy hippie y era muy conciliador, un intrépido de Guadalajara (Jalisco) que había hecho una ruta con amigos por media Europa, una joven pareja, otra con un crío muy simpático, y un muchacho que bajo el pseudónimo de Javier Campesino, mueve bandas por su país, propulsó la visita de Austin Tv por estos lares, vino a hacer tratos con el sello Elephant, y que fue con el que más trato tuve (y mantengo), merced a nuestra afinidad musical, ya que más o menos tenemos los mismos gustos en ese sentido. Personas que hicieron que los contratiempos fueran un buen recuerdo.

Es gracias a éste último que he tenido acceso a la banda de la que voy a escribir hoy, unos fantásticos Sad Breakfast a los que escuché por vez primera a raíz de que él mismo puso un tema de ellos en la red social azul, comentando que era una de sus formaciones favoritas de siempre. Intrigado los oí y me encantaron. Llevaba varios días viendo que mencionaba mucho a otro grupo, Kill Aniston y tras buscar más información sobre estos supe que su embrión fue este proyecto con sede en México D.F. o al menos de su vocalista, que hizo sus primeros pinitos como guitarrista en el seno de este cuarteto que lleva diecisiete años al pie del cañón con su atractiva visión del indie-rock desde una perspectiva  habitualmente instrumental, razón por la cual se les asocia dentro del post-rock. Tras unos comienzos dubitativos en busca de un estilo en el que sentirse cómodos usando el nombre Pale Pluto, pasaron a asentar las bases de esta historia con una plantilla fija y grabando de forma precaria pero sobrada de ganas, su debut en extended play 'With the sunshine in my eyes' y en un corto período de apenas tres años hasta que vio la luz su siguiente asalto de título homónimo y grabado en vivo sin trucos ni artificios, vieron crecer su fama siendo contratadas para dar algunos conciertos fuera de su ciudad. Nuevas estructuras, ritmos más elaborados y una inédita identidad con la que expresarse sonoramente fueron motivos para que volvieran a encerrarse a grabar lo que sería su ópera prima en formato de larga duración 'Don't try to forget... that's why people takes pictures'. Consiguieron un distribuidor europeo para que moviera su material por el viejo continente (Puresome Records) y firmaron por un sello estatal (Iguana Records) que hizo lo propio en su tierra. Sin tiempo para descansar, aprovechando el tirón de inspiración experimentado en aquel momento, dos Ep's más concebidos como un álbum doble 'The time...' y 'The comeback', de cinco piezas por barba, que dan pie a dos giras de tres meses a lo largo y ancho de la nación. Mucho para el cuerpo, así que se dan un respiro y vuelven a la carga tras un hiato de casi dos años que marca un antes y un después en su carrera, puesto que se finiquita con la idea de no volver a componer canciones con letra, con lo que profundizan en su faceta instrumental en un acierto que les trae como recompensa actuar junto a grandes del género como los texanos Explosions In The Sky, los japoneses Mono o los californianos Tristeza.

'Sad breakfast', fue su última referencia, publicada justo en pleno auge. Producido por Ray Cañedo y masterizado y mezclado en Seattle (Washington) por el teclista de Minus The Bear, Matt Bayless (que ha trabajado tras los mandos para ilustres del grunge y alrededores como Pearl Jam, Isis, Soundgarden, Mastodon y los madrileños Nothink), y Ed Brooks (con un currículo en el que figuran nombres como Carissa's Weird, Caspian, The Decemberists, Death Cab For Cutie y cientos más). Una mayor contundencia con espacio para unas pequeñas pinceladas de garage y unas sutiles pero visibles reminiscencias stoner, adornan un lote de siete pistas a cual más profunda y emocionante. El rugir de batería y guitarras que nos golpea en los algo mas de cuatro minutos que dura la inicial "Atahualpa yuyeti", una maraña de ruido controlado que puede conquistar a cualquiera que hoy en día goce con el gran momento de forma de Toundra, por ejemplo, "Antlia", fulgurante, electrificante, una estupenda vertiginosidad de riffs y acordes esplendorosos, mi favorita del repertorio, con esa atmósfera noventera y ese deje a los Seam más prolíficos en matices técnicos, "Aldeano", otra píldora insalubre de potencia con melodía luminosa, próxima a los Palms de Chino Moreno, o por que no decirlo, también a sus Deftones en la época en la que hallaron horizontes distintos a los que exploraron en sus comienzos, "Camaleón y Andromeda", fascinante en su ejecución, como un soneto musical que crece a pasos agigantados a través de cada nota, "Enloquece, rabino, enloquece", distorsiones metálicas y correosos arreones de brusquedad bien entendida, "Munaf", fenomenal épica con sentido común, abierta de miras y con una cubierta pop deliciosa, y "Rompiendo cosas", portentosa cruzada a medio camino entre The Album Leaf y Russian Circles, aúnando cerebro y corazón, telón y transparencia en dos partes bien diferencias pero perfectamente conjungadas. Una obra maestra en mi humilde opinión.

Los hermanos Christian (que luego pasó a formar parte de Hummersqueal) y Josué A. Guijosa, Christian 'Migra' Covarrubias, Emiliano 'Mijau' Sandoval y Ray Cañedo, fueron los integrantes de Sad Breakfast durante la concepción de esta obra. En la actualidad, la banda vuelve a estar activa con la incorporación de Hugo Martínez (y la salida de Cañedo que solo les echó una mano entonces), completándose así una reunión de la crew original. También han sido parte de la 'familia', Christian 'Migra' Covarrubias y Josué 'Hobbit' Ortíz y Roberto 'Oso' Lira.

http://sadbreakfast.bandcamp.com/

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