martes, 2 de junio de 2015

AUTUMNLEAF

THE FOOT (2011)

La cultura del país del sol naciente siempre se ha caracterizado por la virtud de brillar con luz propia y al mismo tiempo saber absorber con acierto ideas y conceptos de lugares lejanos. Son grandes exportadores, al menos de un tiempo a esta parte, de buenos artistas en campos como la literatura, con Haruki Murakami a la cabeza, la cinematografía con Takeshi Kitano y Takashi Miike cogiendo el relevo del hoy venerado Akira Kurosawa, y sobretodo del manga, como se le llama a las historietas gráficas que pueblan las estanterías de millones de jóvenes alrededor del planeta y que tienen su caracterización en movimiento a través del anime, ya sea en series de televisión o películas. Sin embargo donde no acaba de cuajar su traspaso de fronteras en lo que a facetas artísticas se refiere, es la música, donde a pesar de haber un incipiente crecimiento de bandas en múltiples estilos, no han tenido algo que realmente haya partido la pana a nivel mundial. Quizá se podría citar a Ryüichi Sakamoto como la excepción que confirma la regla o incluso Yoko Ono, si nos olvidamos de las razones por las que verdaderamente saltó a la fama, pero al margen de unos pocos como Loudness y X-Japan dentro del heavy metal, y Dir En Grey y Malice Mizer en eso que se conoce como visual kei, pocos se han ganado la condición de formación de culto para un movimiento concreto, y muchos menos en lo que respecta al fenómeno indie, han conseguido que su nombre resalte fuera de los dominios del país líder en tecnología avanzada.

Hay buenos mimbres, con algunos pocos que han logrado un tímido éxito que por lo menos les ha permitido visitar otros continentes con notable presencia de fechas en su ruta, como por ejemplo Mono y Toe, reputados combos de post-rock, Maher Shalal Hash Baz y Nagisa Ni Te, con su tierno pop, los robustos Boris y su noise abrasivo, la compositora experimental Tujiko Noriko (a la que llegamos a ver en el programa del Sónar hace unos años), OOIOO y Boredoms desde la misma corriente sonora, el gurú de la electrónica Cornelius, las incombustibles Shonen Knife, veterana y respetada banda femenina de punk-rock de la que escribí hace un tiempo, y The 5, 6, 7, 8's heroínas del garage nipón de las que también escribí por estos lares. También existen buenas voces muy cualificadas para liderar grupos foráneos como Kazu Makino, Satomi Matsuzaki, Yukimi Nagano y Yuki Chikudate, al frente de Blonde Redhead, Deerhoof, Little Dragon y Asobi Seksu, respectivamente, con procedencia japonesa aunque afincadas en los Estados Unidos de América, pero luego existe la profundidad subterránea, esos bajos fondos del panorama independiente que beben de todo lo que llega precisamente de esa misma nación, y cuya repercusión apenas traspasa los límites de reducido campo de acción. Gente como Accidents In Too Large Field, Dry River String, The Bad Spellers y Autumleaf, entre otros, proponen algo extraordinario para un público muy limitado.

En los últimos que he nombrado me quiero centrar para el post de hoy. Un cuarteto de Fukuoka (Japón), la ciudad más importante de la bella isla de Kyushu, y considerado lugar de nacimiento de la civilización patria. Desde aquel idílico lugar estos muchachos se curtieron de las enseñanzas estilísticas de Ida, Spokane, Low, Codeine, Julie Doiron, Bedhead, Death Cab For Cutie, American Football, Idaho, Very Secretary, Hammock, The Album Leaf, Owen, The Last Days Of April y Seam, para ahondar en las intrínsecas variaciones apegadas al indie-rock ralentizado, llámese sadcore, mathcore, slowcore o emocore. Con un linaje estético bastante obvio que impregna su discurso hasta la médula, en sus dos álbumes de larga duración editados hasta la fecha (también tienen en circulación un Ep y un disco de remezclas), tienen una producción agradable de sutiles colores y delicadas texturas luminosas en la parcela instrumental y unas voces susurrantes que contribuyen al encanto de la composición. Seleccionan el lado más suave, alegre y sensible de esos referentes, sumando además un tono ambiental que les acerca a lo terrenal de su ejecución. El sentimiento es puro, hace olvidar que la cuna de los palos que tocan está muy apartada de su localización y se le damos una intensa escucha a 'The foot', su obra de asentamiento, llegamos a la conclusión de que nada tiene que envidiar a los abanderados de las ramas eclécticas con las que coquetean.

"A daily life", es posiblemente el mejor corte del lote y muy acertadamente es el encargado de abrir la lata. Unas guitarras cálidas que acarician los cinco sentidos y una frágil melodía, son suficientes para ponernos en situación ante lo que viene de forma generalizada en los poco más de cuarenta minutos que dura este plácido viaje, "Night call", subiendo un peldaño la excitación y vislumbrando un horizonte iluminado, tanto que nos hace pensar que con unas pocas escuchas supera la percepción que hemos tenido de su antecesora en una primera instancia, aunque una vez degustado el disco en su totalidad, nos queda la sensación de que cada pieza que viene raya a un nivel más alto que la anterior, "The road to the south", estirando la nota hasta revolver las emociones, unos acordes tocados con slide y una atmósfera alt-country que encajaría en el ideario de los Yo La Tengo más intimistas, "Behind the door", como un oleaje templado que se pone bravo con la marea pero que inspira una mezcolanza preciosa de controlado optimismo, "One day", certeros golpes de percusión, notas en onda Pinback, y un sube y baja resplandeciente con órgano de fondo para abrazar el pop en toda su extensión, "Realize", mansa, dulce, ensoñadora, como si Japancakes decidieran crear canciones con letra, "Human equality", tal vez la pista más valiente e inspirada de su discografía, en algún lugar entre This Town Need Guns y Penpal, y "Thing to get and lose", despedida continuista que remata con eficacia la faena.

Isamu Ishii, Tomoharu Takakura, Haruyuki Onizuka y Teruya Honda forman Autumnleaf, de los que cuesta horrores encontrar algo de información y de los que no existe la más mínima posiblidad de escucha el disco completo en streaming, con lo que no me queda más remedio que poner una pequeña muestra con estos cuatro vídeos. Algo es algo.

https://www.youtube.com/watch?v=c4DQneBCgyw
https://www.youtube.com/watch?v=ZOQDeFaPhFQ
https://www.youtube.com/watch?v=M2pO0NtEsyU
https://www.youtube.com/watch?v=MmV1OkNS-YQ

2 comentarios:

  1. Están bien pero me cuestan un poquito, les daré otra escucha! Ya te dij que estas bien sabroso? Jeje Mua

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  2. No es un disco fácil de digerir este, te ha de gustar la calma sonora y quizá se aprecie más en un remanso de paz absoluta. A ver si con el tiempo le vas cogiendo el tranquillo.
    A ver si te voy a comer, ricura, que tú si que estás sabrosa :D

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