martes, 6 de octubre de 2015

BRAIDS

NATIVE SPEAKER (2011)

Son tantas veces las que he destacado el papel del país de la bandera con la hoja de arce en el juicio de valor que hacemos al indie-rock como movimiento asentado, que hacerlo de nuevo se me antoja reiterativo y plomizo por mi parte. Además, son tales los encantos de las formaciones canadienses que no hay palabras que hagan justicia suficiente con lo cual lo mejor es ir al grano y basarse solo en los parabienes individuales de uno de esos grupos de allí, como en este caso concreto en el que dedico la entrada de hoy a estos cuatro intrépidos jóvenes naturales de Calgary (Alberta), aunque afincados en Montreal (Quebec), con su fulgurante concepto del ruido melódico y las atmósferas enrevesadas. Curiosamente en los comentarios del pasado post, daba la razón al bueno de Bboyz del fabuloso blog 'Café, copa y puro', en su afirmación de poner en entredicho a muchas de las bandas actuales que se pierden en la rareza, tirando de pedales de efectos, sintetizadores que no se sabe muy bien donde pretenden llegar o exploraciones instrumentales más asfixiantes que revitalizadoras y hacíamos una (tal vez) odiosa comparación con algunos pesos pesados de la escena noventera y de la primera década de este milenio, que llevando su imaginario por terrenos similares sonaban mucho más directos y accesibles sin necesidad de complicarse la vida. Braids estarían en un término medio, por eso pensando en la conversación del otro día, me voy a redimir con mi crítica a estos grupos actuales sacando del saco a estos chicos ya que a pesar de que posiblemente su propuesta no sea fácil de digerir, resaltan sus canciones entre esa amalgama de extraños imposibles de encasillar.

Fundados hace nueve años al tiempo que cursaban estudios en la escuela secundaria, se dice que el proyecto y la amistad surgió a raíz de una amena tertulia en la cafetería del instituto entre los futuros miembros del grupo sobre los ingredientes del muffin de arándanos y de ahí se pasó a bautizar su bien común como The Neighbourhood Council, pero no fue hasta la fecha de edición de este sensacional 'Native speaker', que su nombre actual hizo acto de presencia a nivel mercadotécnico. Hasta el momento han editado tres álbumes de estudio y todo ha ido muy rápido porque en un espacio reducido de tiempo pasaron de ensayar en el garage de los padres de la vocalista del grupo a participar y ganar en un concurso de talentos organizado dentro del festival de música folk de su ciudad de origen y con ello ser invitados a su evento coetáneo conciudadano, el Sled Island, y de ahí a cerciorarse de que había grandes perspectivas de éxito en su camino y por ello decidir posponer sus carreras universitarias con las miras puestas en progresar durante un tiempo en su aprendizaje artístico. Tras doce meses de ensayos intensivos, recogieron la siembra cosechada consiguiendo que la radio del campus les financiara un Ep llamado 'Set pieces', y que fueran contratados para telonear a Deerhunter, quienes en boca de su líder Bradford Cox pidieron una ovación en pie del respetable para agradecer el derroche mostrado sobre las tablas. Aquello corrió como la pólvora en forma de noticia hasta llegar a oídos del prestigioso blog musical Stereogum, que dedicó unas líneas a esa colección de canciones y a partir de ahí lo demás vino rodado.

El siguiente paso, obviamente fue retomar sus conocimientos académicos trasladándose a la zona francófona del país (perdiendo por el trayecto a uno de sus componentes, Vince Man, que colgó el mástil indefinidamente) y seguir trabajando hasta conseguir un contrato valedor con algún sello que quisiera apostar por su primera referencia en formato de larga duración. Entretanto cambian su nombre por el de Braids, que en nuestro idioma significa 'Trenzas' en un paralelismo con el estilo entretejido y entrelazado que practica la banda según afirmaban ellos en una entrevista realizada por aquella época. Vuelven a dar una serie de conciertos con su nuevos amigos de Deerhunter, tocan unas cuantas noches con Holly Miranda, se sumergen en una iniciativa del cineasta francés Vincent Moon para promocionar la escena indie-rock de su ciudad de adopción, grabando un vídeo, y ofrecen sus nuevos temas en el festival Pop Montreal, hasta que Chad VanGaalen les echa el ojo y les recluta para su discográfica Flemish Eye que pasadas unas semanas mueve toda la logística para que por fin vea la luz su ópera prima.

Sus voces dinámicas, esas percusiones en la línea de las escuchadas en 'Feels' de Animal Collective y sus melodías innovadoras, llaman la atención de la prensa especializada y el público en general, e incluso algunos medios hablan de que esta obra se puede poner a la altura de las primeras de Arcade Fire y Broken Social Scene en cuanto a inspiración primeriza. Un auténtico espaldarazo a su puesta de largo, ideal para abrirles las puertas a nivel mundial. Gracias a esas circunstancia presentaron el álbum en toda Norteamérica y en gran parte de la geografía europea, actuando con bandas como Wild Beasts, Asobi Seksu, Baths, The Antlers, Girls o Toro y Moi entre otros. Pero bueno, como acostumbro a decir, nada de eso vale si no se conecta con la música que hacen, ni tan siquiera el hecho de que fueran nominados en premios tan orientativos (o mejor dicho, sinónimos de fiabilidad) como Polaris y Juno, lo que cuenta es que calen en el oyente y eso es algo que debemos juzgar sin influencias de ningún tipo, así que yo personalmente os animo a buscar un momento de calma para dejarse cortejas por nubes de dulzura perdurable tan ricas como "Lemonade", loops y drones por doquier, en una pieza que brilla sobre las demás del lote, quizá por ser la más cercana a la belleza en su sencillez, flotando con firmeza sobre una coralidad tímida pero animada, con una sección sonora que construye un ritmo ágil, atlético, ensoñador, y se lee como un electrocardiograma al tiempo que introduce unas voces intrigante e idiosincrásicas, "Native speaker", pista titular en la que la armonía se apodera de todo, quizá por ese registro vocal femenino que tanto recuerda a la Jenny Lewis de los primeros Rilo Kiley o a Régine Chassage de Arcade Fire, cuando destapa sus gorgoritos dóciles, y es que en realidad puede que al margen de esa instrumentación tan atrevida como hipnótica, el punto álgido a resaltar de esta formación sea la voz de ella, capaz de deslumbrar cogiendo el timón cuando irrumpe la catarsis sónica, tal como sucede en "Lammicken", donde varía a tres tonos, de la gravedad al falsete y de ahí al equilibrio, nadando sobre un oleaje moderado pero engañoso cuyas aguas protege el espíritu de Björk, otro referente que se puede definir como factible, "Same mum", espacio para la luminosidad coqueteando con compases más propios de la convencional, y "Glass Deers", una locura que navega al borde de la fantasía y que saca a relucir el alma guerrera acercándose a la grata demencia que supondría la unión entre Siouxsie & The Banshees y Cocteau Twins.

Raphaelle Standell-Preston (a la que también podemos escuchar al frente de Blue Hawaii y colaborando con Indiensoci, Max Cooper y el gran Jon Hopkins), Austin Tufts, Taylor Smith y Katie Lee, crearon esta maravilla. Destacar también que Braids cuentan con un Ep a dúo con Fields y un par de splits de 7" junto a Purity Ring y Hey Rosetta!

https://www.youtube.com/watch?v=kwPZmcgUBJM&list=PLDE9CDA462BB63F87

2 comentarios:

  1. Me ha sorprendido mucho el tema que has puesto, querido. Y lo clavas con eso que dices de Siouxsie y Cocteau Twins. Abrazo.

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  2. Como me alegra que te haya gustado, Johnny! ya verás que en varios temas del disco la influencia de Siouxsie y Elizabeth Fraser aún se nota más que en esa joyita llamada 'Lemonade'. Lo bueno que tiene el álbum es que sigue una línea y aún así no se hace cuesta arriba escucharlo.
    Como va todo y que tal el codo y la dichosa epicondilitis? que siempre te quiero preguntar como ha ido evolucionando y nunca lo hago (que capullín soy). Espero que bien.
    De fútbol que decir....a ver que pasa con Nuno...eso de jugar algún partido sin delanteros, fue muy raro...a veces estos entrenadores, parece que quieran que los echen.
    Un abrazo!

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