viernes, 20 de noviembre de 2015

GARY CLARK JR.

BLAK AND BLU (2012)

Cuando era un pequeñajo que apenas empezaba a decidir las emisoras que guardar en la memoria de mi transistor, de forma natural acababa guardando las que se salían un poco de la corriente comercial a pesar de que en realidad no sabía diferenciar la música de masas de la de minorías. Creo que la razón era principalmente porque las fm's populares me daban dolor de cabeza con tanta pausa publicitaria, tanto palique y su insufrible manía de repetir canciones cada dos por tres, y eso que ni tan siquiera tenía conciencia de que eso era así por imposición de las discográficas que invertían su dinero en promocionar sus bandas a través de ellas. Tal vez de haberlo sabido hubiera llegado a la conclusión de que así solo iban a conseguir que muchas personas al igual que yo, las aborrecieran por completo, pero el caso es que acababa localizando las locales, esas pobres desgraciadas que subsistían para un escaso puñado de oyentes que echaban más minutos a regularla con el buscador para que se escuchara sin interferencias que a la propia audición del programa en cuestión. Así a excepción de Radio 3, que era la única 'grande' que tenía guardada, solo tenía cuatro que había encontrado tras búsqueda exhaustiva, y hoy ni recuerdo los nombres, es más, no me acuerdo ni del idioma en que emitían, pero de lo que si conservo en mi quijotera es que cada una de ellas tenía fijación con una sonoridad concreta. Una de ellas estaba dedicada en cuerpo y alma a la música underground que nos llegada de Estados Unidos en todas sus acepciones, ya fuera blues, folk, country, soul, rock'n'roll, rythmn and blues, bluegrass, rock alternativo, grunge o hip-hop, y ahí me cercioré de que esos estilos eran inagotables e iban a formar parte de mi aprecio por lo inaccesible. Eran tiempos de pelo largo y elásticos en los que me dejaba llevar por las recomendaciones de mi buen amigo Miguel, con el después de más de treinta años conservo la misma amistad infranqueable de antaño, y lo cierto es que consumía mucho heavy metal y mucho punk (menuda confrontación de criterios), tanto era así que pensaba que los solos de guitarra a fuerza tenían que ser plomizos o sucios sin término medio, hasta que uno de esos espacios radiofónicos dedicó una hora entera a bluesmans como John Lee Hooker, B.B. King, Johnny Winter, Muddy Waters y Stevie Ray Vaughan.

Díscipulo de todos ellos y de otros muchos, pero con un imaginario más amplio en el sentido de que es un autor actual adaptado a lo que se cuece hoy en día, si hay un músico que me gusta escuchar explayarse a las seis cuerdas, ese es Gary Clark Jr, Quizá no sea el mejor (acaso importa eso y alguien puede afirmar que uno es mejor que otro analizando solo la pericia? si es así, que mal, porque de lo que se debería tratar es de que llegue al alma, no de clasificaciones), pero lo que propone suena tan bien, tan directo, tan portentoso y abierto de mente, que me encanta acudir a él en esos momentos puntuales en los que los oídos piden un crujir de mástil para oxigenarse. Su mensaje se enfoca al revival de sonidos añejos de raíz americana pero pasado por un filtro contemporáneo donde prima la distorsión sobre desarrollos finos y meticulosos de acordes claros. La electricidad manda sobre la melodía aunque ésta tiene su presencia constante con Jimi Hendrix y Lenny Kravitz en el horizonte referencial en cruce de caminos, a pesar de que achacarle esas influencias tal vez sea demasiado básico, porque en realidad puede satisfacer a los que gozan con gente como Dan Auerbach, Bobby Long, Gov't Mule, Alabama Shakes, Benjamin Booker o North Mississippi Allstars. Es probable que tenga visos más amplios de comercialidad que esos nombres que he citado, pero la idea parte del mismo punto de encuentro.

Natural de Austin (Texas), comenzó su carrera con tan solo doce años, aunque no publicó material hasta los veinte, cuando Hotwire Unlimited (subsello afiliado a la multinacional Warner), lanzó sus dos primeros álbumes al mercado con escasa repercusión antes de dar con la tecla en su cancionero al editar un par de singles con mucho gancho que derivarían en un interesante Ep llamado 'The bright lights', que a la larga le pondría en el mapa. Captó la atención de los medios a lo grande y muchos le bautizaron como la nueva sensación del blues moderno, el próximo salvador del género y sandeces similares, de esas que crean falsas expectativas en torno al artista y luego le ponen en el disparadero haga lo que haga en su debut. Eso es precisamente lo que le pasó al texano. Tal como le pasó recientemente a su paisano Leon Bridges, su ópera prima fue vilipendiada por muchos de los críticos que pocos meses antes le pusieron por las nubes, y todo porque en ella nos encontramos con un resultado mucho menos fiel a la tradición de lo que cabía esperar. Puede ser verdad que finalmente aquel tratado tan esperanzador perdiera fuelle en su desenlace o más bien dicho en la cadena de montaje en general, pero ni mucho menos es el álbum defraudador que nos quisieron pintar esos plumillas que tan pronto alaban como destrozan al protagonista efímero de sus escritos.

La conclusión es que merece la pena inmiscuirse en las trece muescas de este 'Blak and blu', y si dejamos a un lado si pertenece al mainstream o no (valorar en base a eso es una memez), las canciones hablan por si solas y defienden el valor de este músico, De hecho basta con ese grueso de hits potenciales formado por "Ain't messin round", una melodía vocal bien entonada que añade un dócil falsete en su pegadizo estribillo, una percusión radiante, un órgano envolvente y una guitarra enérgica para cubrir el ambiente de rock cláscio setentero a la The Guess Who, "When my train pulls in", mi favorita del disco, seductora, muy en la línea de los The Black Keys más pulcros, adornada por un tímido coro femenino y con un corazón endiabladamente bluesero, destapando su maestría instrumental en la recta final con un desarrollo letal, "Bright lights", a mi parecer la mejor pieza del lote, una magnífica mezcla de inmediatez y elegancia, fabulosa en su transcurso y radiante en su evolución, "Travis county", puro rock'n'roll en algún lugar entre la Creedence Clearwater Revival, Chuck Berry, pero con algo de Bruce Springsteen, tres puntas imprescindibles en su manual de estilo, "The life", su coqueteo con el R&B de superficie hip-hop, un corte con gancho que aunque no te conquiste de primeras lo hará con la suma de las escuchas, "Glitter ain't gold (Jumpin' for nothin'), que fácilmente trae a la memoria a dos ilustres del rock alternativo de masas como son el antes mentado Lenny Kravitz y Ben Harper, "Numb", peso pesado en la onda del hard-rock de Black Sabbath, una sorpresa más en su inagotable abanico de inspiraciones, "Please como home", donde entrega su alma al soul (valga la redundancia), una bonita canción, suave y simpática con una delicada orquestación y unas voces de apoyo muy 50's, y "Next door neighbor blues", despedida que le traslada a otra época para erigirse en un respetable bluesman de esos que un día a través de las ondas me hicieron respetar la mal llamada 'música negra' de por vida.

Gary Clark Jr, que gracias a este trabajo giró por todo el planeta y compartió proyectos y colaboraciones con reputados del calibre de Foo Fighters, Alicia Keys, Eric Clapton, Dr. John, ZZ Top, The Rolling Stones, John Mayer, Dave Matthews Band y Earth, Wind & Fire, entre otros, estuvo acompañado en el estudio por Zac Rae, Mike Elizondo, Zapata!, J.J, Johnson, Stevie Black, Scott Nelson, Satnam Ramgotra, David Moyer y Danny T. Levin.

https://www.youtube.com/playlist?list=PLS74cHbzqvmsyx68ymh1PugqaNkcM4wEV

4 comentarios:

  1. Bonita entrada le has dedicado al bueno de Gary, con esa intro radiofónica que me ha traído perecidos recuerdos a los tuyos. Hubo dos emisoras que me marcaron, que yo recuerde:

    1. RJ2 era la emisora de frecuencia modulada de Radio Juventud y es muy posible que no haya habido nada igual desde entonces, en cuanto a radio respecta (eso es ser categórico). Josep Mª Pallardó y Jordi Vendrell fueron sus adalides musicales y a ellos media generación le debemos buena parte de nuestra formación musical básica, que, como no puede ser de otro modo, es la música de los setenta, je, je (toma ya).

    2. Otra radio cojonuda y esta sí que era alternativa de verdad, era Ràdio Pica, la Ràdio Lliure, de Salvador Picarol, ¡madre mía!, y que creo que aún funciona. Tendré que buscar dónde se esconde, si es verdad que aún sigue emitiendo, porque era la bomba.

    Lo de Gary es un gustazo, un virtuoso de la guitarra. No sé si es mainstream o no, no me importa mucho la verdad, pero la realidad es que sabe actualizar a la perfección los sonidos blues, rock.

    Saludos nen!

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  2. Hombre, Lincenciado Cuadrada! como está usted, buen señor? :)

    Radio Pika!! que recuerdos, yo también fui fiel oyente, era una emisora transgresora, de esas que iban a contracorriente. Tras leer tu comentario, antes de contestar he buscado a ver si aún seguía viva y veo que si, habrá que ver por donde van los tiros ahora, pero intuyo que sigue igual de auténticos. Te dejo la web, que viene con diversos enlaces...http://www.radiopica.net/

    Me habría gustado escuchar lo que ponían en RJ2. Es una pena que haya degenerado tanto la radio (aunque supongo que es cuestión de rebuscar, y yo no lo hago), ahora apenas quedan emisoras decentes o que tomen riesgos en cuanto a música.

    Respecto a Gary Clark Jr. que decir, es un genio y con lo joven que es, se presume que aún nos va a dar un buen puñado de alegrías discográficas. Totalmente de acuerdo en quitar importancia al hecho de que su propuesta sea comercial o no. Nunca debemos educar a nuestros oídos con ese prejuicio.

    Un abraçada!

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  3. Ostras, de Radiopika había un ÁNIMAS PERDIDAS que confeccionaba un buen amigo mío de sesiones, radio y salidas nocturnas. Yo también tuve el mío en una brevedad de apenas un año; aunque creo que en Tarrassa no nos escuchaba ni dios. CANCIONES DESDE EL PARAÍSO se llamaba. Que tiempos...

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  4. Que bueno sería escuchar esas intervenciones radiofónicas tuyas. Podrías subirlas a 'Café, copa y puro', así en plan podcast para que pudiéramos disfrutarlas en caso de que las conserves...ahí lo dejo como propuesta, jeje

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