lunes, 6 de junio de 2016

BLACK LIPS + MUDHONEY + BRADFORD COX - JORNADA DE CLAUSURA PRIMAVERA SOUND (PLAZA JOAN COROMINES DE BARCELONA) 05/06/16

MY BROTHER THE COW (1995)

Formidable tarde la de ayer en la plaza que da cobijo al Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), donde dentro de la programación del Festival Primavera Sound pudimos presenciar una serie de directos en dos escenarios distintos para dar el carpetazo definitivo a unas jornadas que han traído una afluéncia de público record, al menos en lo que se refiere a los tres días oficiales, es decir, los que ofrecen conciertos en el Fórum con acceso exclusivo a personas con abono o entrada de día. Se dice que han asistido más de doscientas mil almas, pero si sumamos la cantidad de personas que se dieron cita en diversos rincones de la ciudad para ver los recitales que se ofrecían a coste cero, la cifra debe de impresionar todavía más. Por ejemplo en el menú del ''Primavera al Raval' que se ha celebrado durante el fin de semana de Viernes a Domingo en el centro de la capital, se han incluido, entre otros, los nombres de bandas emergentes como los gerundenses Cala Vento, los italianos C+C=Maxigross o los estadounidenses Downtown Boys, y artistas consagrados como el californiano Cass McCombs, el australiano Robert Forster (mitad de The Go-Betweens), los pioneros del dream-pop A.R. Kane, los tinerfeños Pumuky, y los tres grandes que tuve la suerte de ver ayer, Bradford Cox, Mudhoney y Black Lips.

Tenía previsto acercarme al lugar aunque fuera en soledad, pero probé a atraer la atención de los amigos dejando información de esta historia en el grupo del equipo de basket al que pertenezco, y sonó la flauta, porque finalmente dos ellos se animaron a venir. Nico y Jose, fueron perfectos maestros de ceremonia e inmejorable compañía, aunque el primero de ellos y yo, tuvimos que esperar un rato largo al segundo y a su compañera sentimental en el famoso café Zurich anexo a Las Ramblas, un punto de encuentro recurrente para todo ciudadano de esta cosmopolita urbe. El sol abrasador hizo que el trayecto se hiciera largo, pero cuando llegamos, un refrigerio líquido nos refresco el gaznate y nos dio el empuje necesario para abrirnos camino con fuerza hacía un lugar con buena visión para presenciar la actuación de Bradford Cox, líder y vocalista de Deerhunter y Atlas Sound, que muy de vez en cuando actúa bajo su nombre real acompañado de bueno instrumentistas con los que repaso esbozos de canciones dando total espacio a la improvisación, algo que hace que su ofrenda sea muy disfrutable y atraiga los cinco sentidos. Con un look muy veraniego en riguroso lino blanco, el espigado muchacho de Marietta (Georgia), nos regaló tres cortes de larga duración en los que metió todos los ingredientes que iluminan las propuestas de sus proyectos.

Un percusionista con Don de gentes (se dirigió más veces al respetable que el propio Cox), un saxofonista con pinta de haber sido luchador de wrestling, un batería con empaque, un bajista sobrio y un notable guitarrista de acompañamiento, le sirvieron a apoyo sobre las tablas, y aquello sonó impecable en una maraña de efectos, más próximo al shoegaze y el indie-rock actual de lo que encontramos en los discos de sus bandas. Una agradable sorpresa, la verdad, porque yo esperaba algo más íntimo, acústico quizá y con solo él allá arriba, pero lo cierto es que todo lo contrario porque fue un directo al uso pero con mucha energía e intensidad.  Lo mejor fue que rescató la estupenda "Nothing never happened" del 'Microcastle' de sus Deerhunter, para alegría global, y encima lo alargó hasta la extenuación añadiendo capas y más capas. Fue un lujo acabar la faena así y sin darnos cuenta se despejó todo y ya estaban Mudhoney probando sonido, prescindiendo de los habituales 'pipas', con la mayor tranquilidad y sin vitoreos exacerbados por parte de los presentes, quien sabe que fue de los apasionados seguidores del grunge que hace veinte años se sabían las canciones de estos tipos al dedillo y que ahora ni se inmutan al verlos castigar sus utensilios.

En fin, que mas da, yo iba predispuesto a disfrutar la máximo de ellos, decidido a quitarme la espina del 2012, cuando eché a suertes ir a verles íntegramente o ver tan solo un cacho de su actuación en el PS, por coincidir en horario con otros dos ilustres de mi agrado, Mazzy Star y Death Cab For Cutie, y todo quedó en agua de borrajas cuando antes de acabar los de Hope Sandoval me aventuré hasta donde actuaban y solo pude escuchar una triste nota acompañada de un 'goodnight, Barcelona', vamos, que tenía una asignatura pendiente y tenía que resarcirme, y vaya que si lo hice, porque degusté con emoción cada detalle de lo que nos mostraron ayer. Mark Arm, Steve Turner, Dan Peters y Guy Maddison, están en mejor forma que nunca y lo demostraron con un set de algo más de una hora en el que hicieron un repaso a casi toda su discografía (quiero decir que hubo cabida para mínimo un tema de cada uno de sus discos). Sin grandes aspavientos como he dicho antes, comenzaron cuando les dió la gana después de llevar un rato trasteando sus cacharros y lo hicieron con la arrolladora "Get into yours", de su debut hómonino, nada menos, menudo inicio, virgen santa! rescatar un tema de hace veintisiete años era toda una declaración de intenciones y en esas se mantuvieron hasta el final. Sin tregua, pero tras servirse unas copas de vino blanco (que tíos tan finos, elegantes y sibaritas estos Mudhoney, oigan) cayeron "I like it small", de su más reciente obra 'Vanishing point', que es igual de digna que cualquiera de antaño, "Who you drivin' now" y "Broken hands", de su segundo álbum 'Every good boy deserves fudge', "This gift", regreso a sus orígenes que sonó cautivador, "Inside job", uno de los mejores cortes del disco que significa su entrada en el nuevo milenio, es poderoso 'Since we've become translucent', "1995", el tema estrella del brillante 'Brother the cow', uno de sus mejores trabajos y el cual enlazaré al final de esta crónica, "In 'n' out of grace", obviamente sin esa mítica intro que se escucha en la versión de estudio con la voz de Peter Fonda en una escena de 'Wild angels' y que después usarían también Primal Scream en el single "Loaded", pero que puso los sentimientos a flor de piel (al menos los míos) recuperando el esencial Ep 'Superfuzz bigmuff', del que acto seguido rescataron también "No one has", ya con Mark Harm mutando en una versión grunge de Iggy Pop, imitando sus movimientos pero con la camiseta puesta, "Judgement, rage, retribution and thyme", otra perla clásica en su repertorio, "Touch me, i'm sick", la más celebrada por todos, tal vez su buque insignia, y es que esta es la canción que reúne todos los parámetros de su actitud en una ópritca sónica, "I'm now", de 'The lucky ones', salto hacía adelante, puesto que fue una de las pocas licencias que se tomaron respecto a sus referencias más cercanas en el tiempo, y continuaron en esa línea con "The final course", "Chardonnay" y "The only son ofthe widow from nain", de su último trabajo, para despedir con un poco de cordura comercial un bolo extraodinario. Por algo son para muchos la banda más auténtica que surgió de Seattle (Washington) en aquellos años de esplendor alternativo.

Sin mucho tiempo para recuperarse del ciclón punk rockero, tras una breve charla, nos dimos cuenta de que los cuatro cafres de Black Lips ya estaban armando jaleo bajo la carpa. Los de Atlanta (Georgia), no se permitieron respiro alguno y en su hora y pico de gamberro despiporre fueron desfilando un sinfín de cortes de rock garagero directos a la yugular. Ante la atenta mirada de sus familiares (esposas e hijos pequeños), fueron ejecutando con precisión pero anarquía "Sea of blasphemy", encargada de destapar la caja de los truenos, "Modern art", ideal para empezar a bailar e introducirse en su universo, "Family tree", montaña rusa de coralidad con aires western, quizá mi favorita de la banda, "Justice after all", con un Cole Alexander (que actúo el día anterior en el mismo marco con su proyecto paralelo Old King Cole Younger) inquieto dándolo todo en ese medio tiempo tan afín a The Clash, "Dirty hands", esa delicia sixtie que trajo la anécdota de la noche al animarse uno de los miembros del staff del grupo a pedir matrimonio publicamente a su pareja con una respuesta afirmativa como final feliz, "Short fuse", trepidante y seductora, "O Katrina!", posiblemente su canción más emblemática que puso a todo el mundo a cantar, "Drive by buddy", abrazando las leyes del psychobilly de los The Cramps más accesibles, "Drugs", en la que se lo pasaron en grande recitando su esclarecedor texto, "Boys in the wood", tonteando con el blues en su adaptación al directo más de lo que se aprecia en estudio, "Make it", más carnaza festiva, "Not a problem", acercándose más a The Libertines que a los primeros The Strokes, "Stranger", ruda y salvaje, y un póker de piezas viejo y puro rock'n'roll formado por "Stuck in my mind", "Smiling", "Raw meat" y la ¿autobiográfica? "Bad kids", traca final para una velada sensacional. Salimos de allí sonrientes y satisfechos y redondeámos con una visita a un pequeño local donde nos zampamos un panini de salami que no se lo salta un torero. Todo a pedir de boca.

https://www.youtube.com/watch?v=71_5mUxKQzo

2 comentarios:

  1. Como Madrid esta lejos de Barna, y el trabajo y otros menesteres me impiden acudir al festival, me olvido de las criticas de conciertos de los de siempre, y me quedo ésta, tu ínsula gozar de buenos momentos en directo. De traca. A Mudhoney los vi en los 90 en pleno apogeo del grunge. Son la ostia.

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  2. Les tenía ganas desde hace muchos años y por fin me quité el disgusto de mi maña decisión de querer ver tres bandas en una hora (es lo feo de los festivales, que todo coincide, leches!), aunque haberme perdido a Mazzy Star, que seguramente no vuelvan a aparecer por aquí, habría tenido más delito, jeje.
    Pusieron toda la carne en el asador, el Domingo, y no me imagino como tuvo que se verles actuar en los años de su máximo esplendor. Envidia sana me das! :D

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