jueves, 7 de julio de 2016

LITTLE JESUS

RÍO SALVAJE (2016)

Abundan ejemplos de bandas que no han superado las expectativas generadas con su primer lanzamiento discográfico y que han caído en la repetición de esquemas o el error de querer desmarcarse tanto en su siguiente asalto de lo ofrecido anteriormente que acaban por sufrir un bajón de popularidad inesperado. Ha pasado con formaciones importantísimas que estaban llamadas a comerse el mundo en las dos últimas décadas, en mayor o menor medida, como por ejemplo The Strokes, The Vines, Arctic Monkeys o Arcade Fire, que sacaron al mercado grandes trabajos pero que para muchos no superaron el listón de lo mostrado en sus óperas primas. Es difícil lograr plasmar un plástico redondo y después brindar algo que lo rebase, pero siempre hay casos y hoy quiero escribir sobre un grupo que ha conseguido desafiar esos obstáculos que se suelen presentar a la hora de mejorar el antecedente. Little Jesus no solo han madurado su discurso, si no que se han reinventado y han llevado a su terreno un imaginario ecléctico que ha dejado a 'Norte' como un lujo superable. Sin hacer un cambio abismal, manteniendo sus señas de identidad pero evolucionando favorablemente para ampliar horizontes que den a su sonido nuevas perspectivas y un grado mayor de pericia instrumental, los aztecas han bordado un traje de múltiples texturas que a mi personalmente me enamoró desde un principio y que me ha ido deslumbrando a cada escucha hasta dejarme noqueado. No solo han logrado burlar la criba crítica si no que además han cubierto de matices inéditos cada rincón de esta obra de consolidación. Bueno, quizá exagero un pelín llevado por la razón de que soy un devoto todo lo que hacen estos muchachos, pero dejad que defienda con argumentos esta formidable 'Río salvaje'.

No puedo obviar el hecho de que su debut supuso en su momento una bocanada de aire fresco para mi y que eso me llevó a seguir la carrera del grupo, interesarme por sus orígenes y seguir su trayectoria, tal como expliqué en las dos anteriores entradas que les dediqué por aquí (las que corresponden a su inolvidables conciertos del Lunario y Heliogàbal). Por esa razón siempre tendrá un valor sentimental incomparable y está entre mis discos favoritos de siempre. Sin embargo en estas semanas recientes a la salida a mercado de su nuevo trabajo, he disfrutado tanto como lo hice en su día con aquella gloriosa puesta de largo con esta colección de canciones que picotean en diversos estilos tales como el pop y el rock en todas sus variantes ya sea hard, progresivo, psicodélico o experimental, la electrónica como recurso de lustre, el funk en su óptica más bailonga e incluso el blues, sin olvidar esos aires tropicales que caracterizaron sus comienzos, aunque esta vez envueltos en tonalidades elásticas que maduran su sonido. Un discurso que reluce en estudio pero que puedo imaginar triunfando por todo lo alto en su traslado al directo, porque son piezas diseñadas para crecer sobre las tablas y que pueden explayarse con la improvisación, pues dan pie a ello. Letras sencillas y empáticas, estribillos pegadizos marca de la casa y la virtud de llevar al oyente a lugares explorados pero sin dejar de hacer fácil la tarea de reconocer que esos terrenos les pertenecen.

El quinteto de la Ciudad de México (México), ha vuelto por sus fueros y lo ha hecho entrando por la puerta grande merced a canciones tan estimulantes como la inicial "Nuevos amigos", en la que ya se pone de manifiesto un salto de calidad importante en su imaginario. La voz de Sant acompañada por el sintetizador de Chimo creando una atmósfera evocadora, es lo que escuchamos en esos minutos segundos del corte de apertura transformándose sobre la marcha en un esperanzador canto optimista con las teclas dirigiéndose al universo Grandaddy y virando el rumbo hacía un ritmo electrónico que incita al movimiento, cuando de repente queda relegado a un segundo plano con la entrada de una base musculosa luciéndose Pony con esa guitarra poderosa, mi tocayo Charls castigando con amor el bajo y Truco aporreando con clase la batería. Luego viene "La magia", un gancho trepidante donde el texto destaca al compás de una línea trepidante que puede recordar ligeramente a The Strokes de 'Room on fire', otra de esas perlas que le llevan a uno a imaginarse rodeado de gente vociferando su melodía mientas la banda la toca bajo un cielo iluminado, "Mala onda", elegida como sencillo de presentación del álbum, inmejorable elección, un tema prolífico, contundente, que recurre al falsete, a un órgano y a unos punteos refrescantes, hasta cerrarse con una parte instrumental prolongada donde se salen literalmente del guión para mutar en una especie de rock band de cinco estrellas como si de una versión desprejuiciada e hispanoparlante de los más recientes Woods o White Denim, se tratara, de la misma manera que se puede decir respecto a The Shins con la preciosa "Ni a bien", una canción coqueta y tierna con un sonoridad muy afín al universo de los de James Mercer, excelente contrapunto a la chispeante "La luna", un trallazo en toda regla que navega entre elementos de la música negra, el post punk juguetón de Devo, el danzar de unos !!! (chk chk chk) y los Gomez de 'In our gun', superando los nueve minutos de duración, la seductora "Golden choice", la cual me vuelve a llevar mentalmente al directo y a verles ejecutar una de esas coreografías ensayadas que tan bien se les dan, en perfecta comunión con el público, una estupenda tonada de poso lento pero cautivador, "Trágame tierra", que por alguna razón me trae a la memoria a Air, y quizá sea porque aún sonando intemporal bebe al igual que las primeras referencias del dúo francés, de aquellas grandes bandas sinfónicas de los 70's tipo Genesis o Emerson, Lake & Palmer, "Nuevo Mexico", una de las composiciones más cercanas a lo ofrecido en 'Norte' con ese latente deje a los también galos Phoenix, la homónima 'Río salvaje', bestial, gigantesca, atronadora en su épica, de herencia tan medieval como folclórica, una de mis favoritas del lote y la primera en el devenir del combo que prescinde de voces en su minutaje, y "TQM", junto a Ximena Sariñana y Elsa Carvajal (conocida por su proyecto Elsa y Elmar), que cierra la faena con broche de oro.

Little Jesus son Santiago Casillas Escobedo, Arturo Vázquez-Vela Montalvo, Carlos Medina, Manolo Sánchez Rucobo y Fernando Bueno. Con su primer lp se comieron medio mundo, visitando varios países y cruzando el charco, incluso su reputación les llevó a ser reclamados para abrir los conciertos de los legendarios The Rolling Stones en su país, y la lógica sigue su curso con este trabajo volverán a cosechar éxitos porque su calidad está fuera de toda duda y con el han dado un paso de gigante en su consagración. Solo espero verlos pronto defender estas canciones en vivo y ya puestos a pedir...que nos regalen una edición especial con temas extras de este sobresaliente 'Río salvaje', tal como hicieron con su antecesor.

spotify:album:5ooYAFLqUJiXfGzjVgG5N0

2 comentarios:

  1. Realmente encantadores... pero más el que escribe aquí :)... Me gusta la frescura de esta banda, lo sencilla y quizá compleja que puede ser, porque hacer canciones que se queden no es tarea fácil. Muy digerible lo que hacen pero con mucha calidad y creatividad. Me da mucho gusto que triunfen y espero que se vuelva una banda representativa, que sigan creando y en fin! larga vida a Little Jesus! :)

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  2. Tú si que eres un encanto, bombón, que te como! :D
    Tienes mucha razón en todo lo que dices sobre Little Jesus, tienen esa virtud de hacer de la sencillez adicción y de la reinvención eficacia.
    Estoy seguro de que van a llegar muy arriba, mucho más de lo que lo están ahora, que ya es mucho.
    Besos a montón, mi linda niña :)

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