DOVES

THE LAST BROADSCAST (2002)

Contrariamente a lo que se dice, siempre he pensado que el deporte no puede ser saludable en la vida. Ayer fui a jugar un partido de fútbol en campo de césped grande y a las dos carreras me dolía hasta el pelo. Acabé tan hecho polvo que hoy tengo agujetas hasta en las pestañas y francamente me fue imposible actualizar porque estuve toda la tarde en el dique seco y eso que los dos equipos que se formaron para la ocasión estaban plagados de viejunos sin cintura y varios tuercebotas sin habilidad alguna para la práctica de este deporte (grupo este último en el que me incluyo, porque lo mío siempre ha sido el baloncesto y porque siempre he sido un negado con el balón en los pies). Aún con todo me divertí bastante por el hecho de hacer algo diferente a lo habitual y porque dí el pego en una jugada en la que mi colega Martin me centró un balón que reventé en el travesaño tras empalmarlo en el aire, así que con eso tengo para alardear con los amigos para un buen tiempo, lástima que no entrara, porque de ese modo la brasa que les hubiera dado habría sido eterna, pero como fue un misil suficiente como para que nadie allí pensara que soy un paquete, me conformo. Por eso mi plan para hoy se va a limitar a recostarme panza arriba a escuchar música tranquila hasta que llegue la hora de irme al Camp Nou a ver el Barça-Mallorca (menuda sobredosis futbolística voy a coger este fin de semana, pardiez!), empezando por la excepción del día, este magnífico segundo álbum de la banda de Manchester (Inglaterra), Doves. No son meramente reposados, pero su música, una mezcla de brit-pop, rock alternativo e indie-rock, siempre me ha sentado bien en días como este, en los que uno necesita flotar sobre el descanso. Con una dilatada experiencia avalada por cuatro discos de estudio, el trio mancuniano ha logrado convertirse con el tiempo en un grupo respetado y popular dentro del circuito británico y aunque ninguno de sus discos baje el nivel, si tuviera que elegir uno, me decantaría sin dudarlo por este fabuloso 'The last broadcast' que a mí juicio contiene varios de sus mejores temas, empezando por el mejor de todos ellos, "Words", que viene tras una breve introducción instrumental de corte sinfónico, y que con esa guitarra hipnótica y su melodía de juguete atrapa al instante, un tema que considero uno de los grandes hits que ha dejado la música en la última década siendo uno de mis temas predilectos de siempre, la popular "There goes the fear", primer single extraído de este trabajo y que alcanzó los primeros puestos en las listas de su país, todo ello conseguido en un día, puesto que desapareció del mercado misteriosamente de un día para otro, y que cuenta con la más bella melodía del repertorio en onda Pulp, la curiosa "M62 song", una enorme adaptación del clásico tema de los míticos King Crimson, "Moonchild", con cierta afinidad folk, cambiando el registro hacia horizontes lejanos y empleando un sistema de grabación que le da un enfoque algo retro a esta pieza, la volcánica "N.Y.", que empieza con rotundidad rockera para después pasar por pasajes acústicos en un tema que se podría situar en algún punto intermedio entre Starsailor y Elbow, pero que hacía el final se transforma en una locura de distorsiones al más puro estilo Sonic Youth para acabar consumiéndose poco a poco en la suavidad de unas tiernas texturas, la belleza aérea de "Satelolites", que trae a la memoria a los Spiritualized más inspirados con eso pop preciosista de altos vuelos, la incansable "Pounding", segundo sencillo del disco, con un ritmo trotón y una belleza instrumental adorable y que fue utilizada para promocionar los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver (Canadá) de este año, la homónima "The last broadcast", donde deceleran algo su discurso para firmar un extraordinario corte con teclados y coros celestiales, en la línea de los Snow Patrol de "Eyes open", y las apasionantes "The sulphur man" y "Caught be the river", que cierran con hermosura coral y exquisitas cuerdas esta excelente obra interpretada por los hermanos Jez y Andy Williams, Jimi Goodwin y Martin Rebelski, considerado cuarto miembro en la sombra de Doves, con la ayuda eventual de Rosie Lowdell, Brian Madden, Jay Rofe-Turner, Barrington Stewart, Fyza, Lisa Saddoo, Joanne Watson, Paulette Bailey, Celia Goodwin, Rob Shepley, Ian Bracken, Marc Starr, Chris Davies, Billy Booth, Richard Sliwa, Marcus Holdaway, Brian Wright, Jackie Norrie, Andy Robinson, Sally Herbert, Duncan Ashby, Colin Crawley, Marc Bassey, Steve Waterman y Sean O'Hagan, responsable de los arreglos de cuerda.