STEREOPHONICS

LANGUAGE. SEX. VIOLENCE. OTHER? (2005)

Para empezar la semana me alegra cumplir con una petición, que me hizo ayer mi amiga Atticus, la cuál me pidió algo de esta fabulosa banda del pequeño pueblo minero de Cwmamam, situado en el condado de Mid Glamorgan (Gales), que me parece tan buena y tan apropiada para emprender éste lunes con energía y que atiendo raudo y veloz con una sonrisa en los labios porque ha posibilitado que recupere para mis oídos, después de un cierto tiempo de abandono, las magnificas canciones de este disco. Para la ocasión he elegido el sobresaliente 'Language. Sex. Violence. Other?', todo un tratado de rock de calidad infinita en el que fue su quinto disco de estudio (tras él han sacado un par más), con muchas dudas, porque lo cierto es que tienen una discografía muy completa repleta de trabajos dignos, pero aquí dieron un cierto giro compositivo en virtud de adaptar su sonido a las nuevas tecnologías de grabación y sacaron un discurso más acorde con la actualidad y por eso me ha parecido bien elegir éste. La primera toma de contacto que tuve con ellos fue a raíz de su colaboración con su paisano Tom Jones, en 'Reload', un disco plagado de artistas invitados (The Cardigans, Talking Heads, Cerys Matthews de Catatonia y Portishead entre muchos otros) que hacían duetos con 'El tigre de Gales', quedando para ellos una muy atractiva versión del clásico de Three Dog Night, 'Mama told me not to come'. Me quedé intrigado por saber como sonarían los discos de esa fabulosa banda, particularmente por el encanto de la voz de su líder Kelly Jones, resquebrajada y ronca como la de un viejo bluesman y no sé bien porque tardé mucho en hacerme con alguna obra suya, tanto que incluso los vi en directo (como teloneros de Lenny Kravitz, en un recital muy, muy rockero) antes de tener material de ellos, salvo un tema suelto incluido en la grandísima banda sonora de la película 'I am Sam' (aquí traducida como 'Yo soy Sam'), donde todo eran versiones de The Beatles y ellos atacaban el "Don't let me down", con gran fortuna. Al pasar quel concierto me hice con sus discos poco a poco y de todos me quedo con éste por piezas como la inicial "Superman", que comienza con una introducción a base de guitarras rasgadas y una polifonía en reverb que podría decirse que les acerca un pelín a los mejores Muse, "Doorman", robusta y rocosa delicia eléctrica que no da tregua en su ritmo abrupto, "Brother", donde juguetean con la psicodelia hard-rockera al más puro estilo Kula Shaker, "Devil", que va en progreso subiendo las revoluciones para erigirse en uno de los temas más inspirados del álbum con una buena cubierta instrumental de gravedad marcada, "Dakota", mi favorita del lote, sin duda, elegida como single y que les dio un amplio reconocimiento alrededor del mundo, un corte fantástico, de fuerte carga emocional y belleza pasional, "Rewind", cercana a los Coldplay más épicos, con una base luminosa y unas melodías de frágil templanza, "Girl", digna de una banda de punk-rock garagero o grunge pulido a lo Jet o The Vines, "Lolita", cuyo títuto es un guiño a la hija del vocalista, con unas guitarras preciosas en un de lo más claros parentesis de profundidad del disco, en los que prima el buen gusto por los coros resplandecientes, y "Deadhead", una maravilla abrumada por el coraje impuesto en un estribillo arrollador y unas guitarras redondas. Sensacional trabajo en el que Kelly Jones, Richard Jones, el argentino Javier Weyler y Adam Zandiani, lo bordaron.