STEREOLAB

EMPEROR TOMATO KETCHUP (1996)

Ya tocaba que aparecieran por aquí estos genios de Londres (Inglaterra) que revolucionaron el pop a principios de los 90's con su pasión por las largas elaboraciones y su actitud abierta de miras. Con ello me quito una espina más y comienzo una nueva premisa para este nuevo año, que no es otra que rescatar diversos grupos de mi agrado de los que incomprensiblemente no he publicado nada en todo este tiempo. Gracias a una conversación que tuve ayer con el impagable bboyz sobre los objetivos incumplidos en nuestros respectivos blogs, llegué a esta conclusión y a sabiendas de su devoción por esta notable formación, que mejor que empezar a desarrollar la idea con ellos. Una banda que ha sido referencia para infinidad de bandas de distintos estilos, desde el twee-pop al post-rock o incluso la nueva hornada de krautrock, y cuya importancia se hace tan visible en tantas bandas de nuestro país que se hace imposible mencionarlas todas. Stereolab son ya por derecho propio un icono de la música independiente, quizá porque en su propuesta el factor melódico no andaba reñido con los jugueteos experimentales y porque dejaron para la posteridad preciosas perlas post-pop sin renunciar en ningún momento a los coqueteos con otras sonoridades y sensibilidades. Me cuesta mucho elegir un favorito ente sus magnos discos, así que me he decantado por el que tal vez sea el más ilustre de todos ellos, un flamante 'Emperor Tomato Ketchup', que marcó un punto de inflexión en la trayectoria del grupo y tuvo una excelente acogida de crítica y público. En este lanzamiento les encontramos expandiendo su estilo con elementos de hip-hop, jazz, dub y música dance, y creando arreglos instrumentales mas complejos pero siguiendo en la dirección pop de su álbum anterior, el notorio 'Mars Audiac Quintet', un trabajo enrevesado pero que debido a sus brillantes melodías nunca se percibe frío ni inaccesible, con marcadas influencias de The Velvet Underground, Bart Bacarach o François Hardy y que ante todo destaca por ser su obra más concluyente y por un sonido único, fresco, innovador y futurista que se degusta con una grata sensación de optimismo. En resumidas cuentas, este álbum fue la prueba fehaciente de que cuantas más investigaciones promovían los británico-franceses (en realidad en sus inicios fue un dúo compuesto por una parisina y un londinense, aunque lo cierto es que siempre ha sido un proyecto abierto por el que han pasado músicas de muchas nacionalidades), más rentables y pegajosas de volvían sus canciones. Combinando los idiomas maternos de sus dos líderes, nos dejaron maravillas para el recuerdo perpetuo como "Metronomic underground", que coge prestado el libro de estilo del genial compositor Henry Mancini y nos lleva a disfrutar de la marcha de un imaginario guateque en el que conviven el trip-hop, la psicodelia y la electrónica rítmica pero confortable de The Beta Band, "Cybele's reverie", mi predilecta del disco y del grupo con esos dulces juegos vocales y esa sección de cuerda conmovedora, "Percolator", todo un puñetazo hipnótico en los morros del obtuso con una velocidad adictiva y solvente, "Les yper sound", de la que seguro tomaron buena nota bandas orientales como Annemarie o Nagisa Ni Te, y que se manifiesta como una excitante declaración de intenciones emocionales, "Spark plug", la adrenalina de la música disco setentera y la sensusalidad de la chanson de France Gall fundidas en un postre caprichoso de sabro suave, "Olv 26", aires renovados que traen a la memoria a los Yo La Tengo cuando andaban inmersos en su colabóración con Sun Ra, "The noise of carpet", campechana muestra de que también saben crear canciones cortas de espíritu punk garagero vitaminado al más puro estilo Shonen Knife, "Tomorrow is already here", esperanzadora pieza de luminosa progresión semi-instrumental, "Emperor tomato ketchup", pista homónima de base ramoniana y plagada de loops y sintetizadores mágicos, y la magnifica "Anonymous collective", que da por finiquitada esta fantástica colección de canciones con oscuros tejidos arábigos de intima fragilidad lo-fi. El nombre del grupo está cogido de un sello discográfico fundado en los 50's y el título de esta obra proviene de una película japonesa del director Shuji Terayama. Entraron en el estudio a dar forma a estas joyas Laetitia Sadier, Tim Gane, Andy Ramsay, Duncan Brown, Mary Hansen (que pocos años después perdió la vida en un trágico accidente), Morgane Lhote, Ray Dickarty, Marcus Holdaway, Sally Herbert, Mandy Drummond, Meg Gates, Sean O'Hagan y John McEntire (cabeza visible de Tortoise, que además fue el productor elegido para la ocasión).