BRIGHT EYES

I'M WIDE AWAKE THIS MORNING (2005)

Tentado por la proposición que me hizo el gran Burrino hace unos días respecto a crear una nueva entrada sobre la figura de Connor Oberst y su proyecto principal Bright Eyes, he elegido este soleado domingo para llevarlo a cabo. Asimismo utilizo este post para homenajear de paso a este genial burgalés que desde que apareció por aquí hace unos meses, ha dejado multitud de comentarios para mi beneplácito y ha impregnado de luz y buen humor este pequeño rincón cibernético. Por eso, solo puedo recurrir a la que sé que es su banda favorita (al menos de un tiempo a esta parte) para mostrarle mi aprecio incondicional y mi agradecimiento eterno. Me encanta este grupo de Omaha (Nebraska), podría estar hablando horas sobre la fragilidad de sus canciones, lo variado de su propuesta y el loable asentamiento de su discurso en los sonidos de raíz americanos, pero si hay algo en ellos que me conquista a cada escucha es la voz de su líder y ese sentimiento de compromiso que poseen sus letras, críticas, dóciles, melancólicas o furiosas dependiendo del momento. En sus diez discos de estudio editados a día de hoy se encuentran piezas realmente adictivas, con pocos tachones en su historial, incluso cuando nos referimos a proyectos paralelos de este joven artista (Commander Venus, Desaparecidos, Connor Oberst And The Mystic Valley Band, Monsters Of Folk...), unos trabajos que muestran su solidez, su templanza y una calma que ha hecho evolucionar su carrera a través de unas influencias claras que van mutando con el paso del tiempo, hasta llegar a su brillante último disco, que como bien decía mi colega homenajeado a razón de la primera escucha que brindó a 'The people's key' ha alcanzado la sobriedad necesaria como para que le consideremos un grande de este siglo. He querido destacar 'I'm wide awake this morning', porque fue su consolidación, una sobrada genialidad desde el mismo acierto que supuso darse un capricho indietrónico como fue 'Digital ash in a digital urn' y antes de que la crítica se echara encima tildándolo de disco menor (para mí no lo es absoluto, como ya comenté en el post que le dediqué hace poco menos de un año) sacarse a la vez de la chistera esta indiscutible obra maestra. Dos visiones diametralmente opuestas de sus fijaciones, idolatrando a la vez y en dos lanzamientos simultáneos a The Cure y The Smiths en uno y a Gram Parsons, Townes Van Zandt y Neil Young en el otro. Asombroso álbum repleto de colaboraciones y que puso el listón tan alto que solo el tiempo podía esclarecer si sería flor de un día. Para responder a eso, basta con escuchar 'Cassadaga' o simplemente un tema de ese mismo disco, "Four winds", para mí gusto una de las mejores canciones de la historia de la música sin caer en etiquetas. Pero bueno, centrándonos en esta colección de piedras preciosas, me limito a decir que es una labor imprescindible con temas que ya forman parte de la memoria reciente y con unos referentes, entre los que estarían los antes mencionados y otros como Bruce Springsteen, R.E.M., Steve Earle o incluso Fugazi, que al unirse consiguen darle un tono personal al aportar lo mejor de cada iniciativa (aunque suene contradictorio). Solo queda para quién no haya llegado a su música y no haga ascos al mejor country alternativo, introducirse en la magia que brota de "At the bottom of everything", con una intro spoken word que narra una historia de ¿amor platónico? tan disparatada y cómica como catastrófica que van creciendo al entrar la instrumentación y que cuenta con la lujosa participación de Jim James de My Morning Jacket, "We are nowhere and it's now", magistral, emotiva, dulce y mil millones de adjetivos que aún así se quedarían cortos para describir la mejor canción del álbum y quizás la mejor pieza de su discografía, que además cuenta con la prodigiosa voz de la impagable Emmylou Harris, haciendo un monumental dueto dorado con nuestro protagonista, "Old soul song (for the new world order)", sello distintivo impuesto por el lamento vocal quebradizo de Oberst, mientras avanza al melodía hacía un horizonte épico y fluido, "Lua", conmovedora belleza acústica interpretada con la más adorable sencillez narrando la vuelta a la realidad cuando el entorno deja de ser artificial y despiertas en soledad, en una probable metáfora sobre la evasión narcótica, y que para muchos es la pista insignia de su cancionero, "Train under water", un cálido medio tiempo de estribillo prodigioso, "First day of my life", fundamental para comprender su universo de sueños cotidianos, capaz de hacernos sentir identificados y reflejados en su mismo espejo, virtud del artista de hacernos partícipes de su honestidad, que además cuenta con un videoclip entrañable, "Another travellin' song", que aunque su titulo la defina como una prosaica canción de carretera, es trotona, trepidante, vitaminada, optimista y de carácter genuino, contando de nuevo con el apoyo de Emmylou Harris, la cual por cierto repite una vez más en " Landlocked blues", con un tono más tristón y folkie, "Poison oak", nostálgica, transparente y controladamente épica, con una atmósfera sureña muy sabrosa, y "Road to joy", soberbia despedida de ritmo alegre que invita a un tarareo entregado que apaga con entusiasmo el resplandor de la excelencia que cubre esta joya vital. El trío compuesto por Connor Oberst, Mike Moggis y Nate Walcott, contó esta vez con la ayuda de ilustres como Nick White, teclista de Tilly And The Wall, Jesse Harris, habitual acompañante de Norah Jones, Jason Boesel, miembro de The Elected y Rilo Kiley (y también actual marido de la actriz Kirsten Dunst), Matt Maginn, bajista de Cursive, Tim Luntzel, Clark Beachle, batería de The Faint, Alex McManus, componente de The Bruces y colaborador de Lambchop, Maria Taylor, mitad de Azure Ray y pareja sentimental de Connor Oberst, Jake Bellows, voz de Neva Dinova, Andy LeMaster, de Now It's Overhead y los antes mencionados Jim James, voz de My Morning Jacket y Emmylou Harris.