lunes, 26 de septiembre de 2016

LUCERO

THAT MUCH FURTHER WEST (2003)

Inaugurando el lavado de cara que le ha hecho al blog mi hábil Sra. Esmiz (que tan bonito tiene su 'Soy una pobre granaina'), tras mi larga ausencia del mismo debido a que blogger me había borrado las plantillas (aunque ya le hacía falta porque ya sabéis que a veces es renovarse o morir), he visto acertado recurrir a uno de los discos que más he escuchado este verano. Dí vueltas a cual sería el elegido para comenzar esta segunda etapa ya que se da la coincidencia de que a este cambio de imagen se suma el hecho de que esta humilde bitácora ha superado en esta semana el millón de visitas desde su creación, algo que me descoloca por completo porque supera ampliamente mis expectativas, y aunque me planteé la idea de hacer algo especial para celebrarlo a través de las escritura, me han propuesto hacer una fiesta más adelante en un local en el que se me permitiría pinchar mucha de la música que he ido presentando por aquí y eso hace que vea más lógico seguir con la rutina y dar la murga promocionando ese evento cuando llegue (si se llega a dar el caso finalmente, que del dicho al hecho hay un trecho). Ha pasado más de un mes desde la última vez que eché unas líneas por estos lares y en ese espacio de tiempo he estado por el pueblo exprimiendo como siempre los encantos del ocio y el descanso rural, dando paseos por esos montes que nunca me cansa recorrer, empleando las horas en recuperar viejos discos que hacía siglos no escuchaba y en ver películas en los ratos que no hacía vida social con los amigos y la familia. En la cúspide de todos los instantes musicales ha estado la banda del gran Ben Nichols amenizando el paisaje con este formidable álbum, un trabajo que va enevejeciendo como los buenos vinos en barrica añeja pero perdurable dejando un regusto afrutado y solemne en el paladar.

Los de Memphis (Tennesse), llevan dieciocho años en la brecha sin hacer un gran estruendo pero si el suficiente ruido como para tener una fidedigna legión de seguidores en su país de origen y un elevado número de adeptos en el continente europeo. Once álbumes de estudio y tres en directo en los que han hecho honor a la declaración de intenciones expuesta en sus comienzos cuando dijeron que su música era 'una síntesis del soul, el rock y el country claramente memphisiana', llevan publicados hasta la fecha siendo este 'That much futher west', mi favorito. Sin desmerecer ni uno solo de los trabajos que engrosan su discografía, me quedo particularmente con este, su cuarto lanzamiento, porque su primera etapa es algo más carnosa y primitiva, mezclando punk rock con sonidos de raíz, algo que ha cambiado con los años en beneficio de un sonido más pulcro que incluye una sección de viento y un coro gospel que suenan de lujo, pero es en ese escenario abordado en sus inicios con una producción y una textura más pastoral como mejor han funcionado siempre, al menos en mi humilde opinión.

Alt-country, cow-punk y unas ligeras pinceladas de emocore forjan la fama de una obra que algunos consideran su cumbre, algo a lo que da fe la circunstancia de que fue con la gira de presentación de estas canciones cuando su popularidad aumentó y pasaron de ser una formación que actuaba en muchos locales de su ciudad y unos pocos de los estados colindantes, a presentarse en festivales y salas de costa a costa de la geografía estadounidense. La voz rota de Nichols, la instrumentación adaptada a lo que piden las canciones y unas letras que se marcan como a la piel un tatuaje significativo, hacen de este tratado uno de los grandes imprescindibles del género en lo que llevamos de milenio. Tomando como referentes a Bruce Springsteen, The Replacements o Whiskytown, elaboraron sin embargo un efecto que tiene muchos más que ver con el rock sureño de los primeros Kings Of Leon o con la sencillez folk de los Uncle Tupelo más añejos. Llenas de expansión occidental, arena polvorienta y maravillosas carreteras abiertas donde los sueños cotidianos más alcanzables se pierden en la telaraña del kilometraje obligado y la promesa de un cielo estrellado, imagino este disco como un himno conceptual para todos aquellos que recorren el asfalto para ganarse el pan.

Uno de esos fantásticos cancioneros que se pueden relacionar con la clase obrera aunque solo sea en esencia y no tanto en temática y que contiene piezas tan exquisitas como la que da título al álbum y que sirve para dar el pistoletazo de salida, un bello medio tiempo en algún lugar entre The Hold Steady y The Bottle Rockets, que progresa sobre una línea de guitarra preciosista y unas teclas constantes, "Mine tonight", mi predilecta del lote, donde sacan a relucir esa emotividad noventera que les relaciona de pasada con gente como Samian o Manchester Orchestra, una pista precisa y luminosa a pesar de su melancolía, "Sad and lonely", cálida en su poso tristón, serena en su templanza rasgada, "Across the river", deliciosa, una melodía entregada a la causa y adornada por un órgano y una fragilidad acústica de escaparate estudiadamente engalanado, "The only one", como si The Appleseed Cast hubieran abrazado las leyes de la música de raíz americana en su exposición más ecléctica y evolutiva, "Hate and jealousy", fulgurante en sus primeros compases, desgarradora en su desarrollo, el corte más guitarrero del repertorio, "Joining the army", corazón conutry y querencia folk de finalidad bluesera en la que quizá sea la composición más deudora de su amplia trayecoria, con un violín que recuerda al utilizado en la banda sonora que hizo Angelo Badalamenti para la tierna cinta de David Lynch, 'Una historia verdadera', "Tonight ain't gonna be good", un martillo pilón donde descargan toda su inmediatez punk-rockera trayendo a la memoria al maestro Jason Ringenberg y a sus The Scorchers, y "Tears don't matter much", de estribillo pegadizo y rompedor, armonía contundente y lírica conmovedora.

Empecé la casa por el tejado y llegué antes a la música de Benjamin Nichols en solitario que a la de su grupo merced a la banda sonora de 'Take shelter' (dirigida por su hermano Jeff, que también cuenta con otros títulos tan interesantes como 'Mud', 'Loving' y 'Shotgun stories'), pero una vez empapado de su talento en compañía puede decir que este tipo y sus muchachos son unos figuras y que este trabajo es solo una muestra más de su arte, porque todo luce a un nivel altísimo. Lucero lo formaban en aquel momento, aparte del mentado fundador (que entre múltiples proyectos paralelos, antes estuvo en Red 40, ha compuesto para el rapero A$AP Rocky, fue el productor de 'A perfect place', firmado por Mike Patton de Faith No More, ha colaborado con David Wingo de Ola Podrida creando música para largometrajes y participó en el segundo disco de Obi), Todd Gill, Roy Berry (componenete a su vez del dúo experimental Overjoid y de The Simple Ones), John C. Stubblefield (habitual colaborador de North Mississippi Allstars, John Murray y Clint Wagner, como artista invitado.

https://www.youtube.com/playlist?list=PL69443755B7104D35

6 comentarios:

  1. Hombre ya, por fin de nuevo up&runnin', estamos de enhorabuena. Lo primero, mis felicitaciones por tu enorme éxito con el blog, te lo mereces, eres una inmensa caja de conocimiento ordenado, algo muuy de agradecer. Pues eso, enhorabuena!

    De vuelta y a lo grande, Lucero son una banda inmensa, carezco de tu capacidad para asegurar qué disco es el mejor, mis escuchas son deslabazadas y desordenadas pero todo lo que hacen me gusta muchísimo, una de mis bandas favoritas.

    Ben trobat!

    ResponderEliminar
  2. Enhorabuena Txarls! Cuantísimas visitas a tu casa musical!
    Desconocía totalmente a Lucero, este disco que posteas me ha parecido preciosísimo. Una vez más: gracias!

    Un abrazaquen

    ResponderEliminar
  3. Hombre Don Joaquin!! que alegría verte por aquí! ya ves que estoy más vago que la chaqueta de un guardia y posteo con menos asiduidad de la que mandan los cánones de un tipejo al que le ha entrado semejante cifra de majos a leer, pero un día de estos me activaré, que me da hasta pena ser tan inconstante, jeje.

    Muchas gracias por la felicitación ante todo.
    Lucero y el bueno de Ben Nichols son pura debilidad. Esa manera de cantar como enrabietada pero tristona, ese modo de tocar la guitarra y esa facilidad para crear canciones rock sin más pretensiones, me parecen dignas de elogio. Quizá no inventa nada nuevo, pero le pone tanta pasión que suena único.

    Me alegra mucho verte por aquí y que coincidamos de lleno en la admiración por estos tipos.
    Espero que estés bien. Un abrazo!

    Ah! anteayer tocaron Slim Cessna's Auto Club en Barna...fuiste? yo no pude, por desgracia, pero me queda el consuelo de que los vi dos veces en inmejorable compañía ;)

    ResponderEliminar
  4. Mil gracias Rous!! :)

    Debo ser justo y decir que el número engordó mucho en los tiempos que ponía enlaces de descarga a los discos, porque siendo realistas ya hace tiempo que esto quedó en familia, entrando y comentando gente que me tiene en buena consideración (creo, jeje) y que tiene la bondad de leerse mis chapas, jaja, pero oye, que me quiten lo bailao! me pone muy contento esa cifra, la verdad.

    El disco de Lucero es muy grarto, verdad? que bueno que te haya gustado. Casi todo lo que hace Ben Nichols, su líder, suena muy placentero, sin complicaciones, muy directo pero efectivo y accesible. Te recomiendo el par de bandas sonoras que tiene por ahí junto a David Wingo, el hombre tras Ola Podrida, que tienen muchos pasajes instrumentales que seguro te encantarán.

    Y nada, que me ha entusiasmado tu visita, el comentario y la felicitación.
    Besosmil.

    ResponderEliminar
  5. Estaba al tanto del bolo de los SCAC pero tampoco acudí, tiene que ser algo excepcional para que me vaya de concierto en domingo, a mí me gustan en días laborables, je, je, pero un domingo noche con los coles al día siguiente y esas cosas, ya sabes, la famiglia es la famiglia. Además, ya tenía entradas para el de Lee Fields en la grande de la Apolo del pasado miércoles, así que más o menos la semana ya la tenía montada. Y la que viene estaré con los Blues Pills que buenos es poco, también la la Apolo; ya los vi cuando vinieron e primeros de año y ahora, con nuevo disco bajo el brazo, tampoco me los voy a perder.

    No dejes de escribir galopín

    ResponderEliminar
  6. Si, la verdad es que el Domingo es el peor día para programar un concierto, estoy totalmente de acuerdo contigo, jeje.
    Tremendo Lee Fields y sus Expressions en disco, imagino que en vivo aún más grande lo suyo.
    Menos mal que tenemos el Apolo en esta ciudad, que de vez en cuando nos trae cosas de este palo, que si no...

    Aquí seguiremos al pie del cañón!

    ResponderEliminar